Rubén Campos, Antonio de la Luz, Soleá Morente, el Turry y Aroa Fernández, anoche en el Teatro Isabel La Católica. festival de la guitarra/Lucía Rivas

Un concierto equilibrado y de 'Plata fina'

Rubén Campos, Soleá Morente y el Turry protagonizan una velada coral y agradecida donde todos los artistas tuvieron espacio para el lucimiento personal

Jorge Fernández Bustos

Granada

Jueves, 29 de julio 2021, 00:57

Con la intención de grabar un DVD a lo largo del concierto, que se ha de llamar 'Plata fina', se presentó ayer en el teatro ... Isabel la Católica, con motivo del quinto Festival Internacional de la Guitarra, el guitarrista Rubén Campos, sin duda uno de los corredores de fondo de la guitarra granadina, para exponer sus más novedosas propuestas, rodeado de músicos y colegas igualmente locales.

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Como segunda guitarra intervino flamenquísimo Antonio de la Luz (se complementaban de manera exacta las dos guitarras); en el cante estuvo arropado por Soleá Morente, Antonio Gómez 'el Turry' y Aroa Fernández, voces bien diferentes, no carentes de personalidad y de espíritu creativo, aunque no estuvieran bien sonorizadas; el bailaor Juan Tomás ilustró con la caja y coloreó el concierto dando una patada por bulerías; Jesús Valero estuvo al bajo; y el baterista Alejandro Hitos aportó la percusión.

Rubén Campos, concentrado en su sonido. Festival/Lucía Rivas

Lejos de acaparar el recital, Rubén, como buen capitán, supo darle su espacio de lucimiento a cada uno de sus tripulantes, brindando una entrega coral y agradecida en un concierto equilibrado y coherente. Una de las pruebas de la valía de un músico es la asistencia de sus compañeros a sus actuaciones y puedo dar fe que el teatro estaba salpicado de flamencos que venían a arroparle.

Rubén Campos, en plena madurez compositiva, expuso sus credenciales tocando por rondeñas en solitario para abrir la noche, rematadas por jaleos extremeños, ya con el resto del grupo. Y, de Badajoz, marchó a Huelva para tocar por fandangos, con su poquito de cante coral, enriquecidos con brillantes escalas. Una de las piezas inexcusables para un flamenco de la tierra es la granaína, que fue tocada con mucho gusto, para acabar por bulerías y después soleá para acabar una primera parte exclusivamente flamenca.

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Soleá Morente se marcó unos pasos de baile. Festival/Lucía Rivas

La segunda parte del concierto, más de búsqueda, comenzó con la adaptación para dos guitarras del tema 'Gnossienne' de Erick Satie, compositor y pianista francés de finales del siglo XIX y principios del XX, que ya musicalizó y le puso letra Javier Ruibal bajo el nombre 'La flor de Estambul', en su disco 'Pensión Triana', de 1994. A este tema le siguió una rumba que se asoma a las formas de Paco de Lucía, en la que toma protagonismo el bajo eléctrico, la travesera tañida por El Turry y la batería.

Unos fandangos abandolaos dieron paso a Soleá Morente, estrella invitada, que aporto 'La alondra', tema que abre su segundo disco de estudio 'Olé Lorelei', de 2018, que, con un fondo de zambra caracolera, encierra una toná por seguiriyas.

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Concierto

  • Músicos: Rubén Campos y Antonio de la Luz (guitarra); Soleá Morente, El Turry y Aroa Fernández (cante); Alejandro Hitos (percusión); Juan Tomás (cajón y baile); Jesús Valero (bajo).

  • Lugar: Teatro Isabel la Católica, anoche.

  • Ciclo: Festival Internacional de la Guitarra de Granada.

Para terminar, Campos se declara morentiano y se asoma a 'Omega' de Enrique Morente (1996) con 'Pequeño vals vienés' (interpretada por Soleá) y los tangos 'Sacerdotes', cuya autoría (letra y música) es del bardo canadiense Leonard Cohen, con lo que termina un concierto de la altura esperada.

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