Dos visitantes, ante algunas de las obras que integran la muestra. PEPE MARÍN

Coleccionistas de Granada, del salón al Palacio

Un total de 13 amantes del arte que lo disfrutan en sus hogares sacan sus tesoros con la exposición 'Custodia temporal' en Condes de Gabia

Miércoles, 26 de febrero 2025, 00:36

Cuando alguien imagina a un coleccionista de arte, piensa en una persona alojada en una casa impresionante, con capacidad para exponer grandes formatos y presumir ... de su propiedad ante las visitas, copa de champaña en mano. Ciertamente, existen esnobs que responden perfectamente a este perfil. Sin embargo, hay muchos otros ciudadanos más o menos anónimos que no tienen casas suntuosas, pero sí colecciones de arte más que interesantes, con los que nos cruzamos en la calle sin saber, quizá, que son propietarios de obras de grandes maestros contemporáneos, adquiridas pacientemente en ventas o subastas –a veces, por herencia– y que incluso, en algunos casos, hicieron apuestas que les han salido más que rentables.

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De todo hay en la exposición 'Custodia temporal' inaugurada ayer en la sala alta del Palacio de los Condes de Gabia, y en cuyo interior se esconden más de 100 tesoros que han pasado del salón de domicilios privados a las paredes de dicho Palacio. En total, son 13 los coleccionistas que han prestado obras; algunos, quizá por precaución o pudor, solo han colocado sus iniciales en la relación de prestatarios: A.R., Arcas-Garrido, Ariztondo & Gollonet, Campos. E.L. & J.F., Eduardo Quesada Dorador, El Silo Eléctrico, Font-Irwin, Medianoche0, MLR, Moreno-Torres, Santiago Ydáñez y Juan Alfonso Contreras, este último, el único presente en el encuentro con los medios de comunicación previo a la inauguración en sí.

«La idea de la exposición es evocar los espacios domésticos donde se pueden ver las obras. Por ello, cada una conserva su marco original, y en algunos casos, están colocadas de forma densa, de forma distinta a la cual se exhiben en los museos, buscando la huella de su origen», asegura Francisco Baena, responsable del Departamento de Artes Plásticas de la Diputación y comisario de la muestra.

La nómina de autores representados es amplísima, y los nombres apabullan: Henri Matisse, Manuel Ángeles Ortiz, Rafael Alberti, Darío de Regoyos, Ignacio Zuloaga, Kees van Dongen, José María Sert, James Ensor, Egon Schiele, Georges Braque, Pierre Bonnard, Alberto Giacometti, Joan Miró, Soledad Sevilla, Rosa Brun, Bruce Davidson, José Guerrero, Ismael de la Serna, Julio Juste, Santiago Ydáñez –presente en colecciones ajenas– y Simón Zabell, entre muchos otros, dan color y calor a unas paredes blancas sobre las que comparten espacio pinturas –la mayoría–, esculturas, grabados, dibujos, fotografías, libros de artista e incluso videoarte. «Todos los grandes de las vanguardias están representados en la muestra», destaca Baena. «Es una panorámica artística que abarca todo el siglo XX e incluso las primeras décadas del XXI. Hay obras realizadas el año pasado. Nos interesa aunar colecciones casi institucionales con otras que están comenzando. Hemos tomado conjuntos coherentes, representativos, que complementen bien entre ellos. Y también queremos destruir el cliché del coleccionista que es un gran potentado», afirma el comisario.

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El coleccionista Juan Alfonso Contreras, ante uno de los cuadros cedidos para 'Custodia temporal'. PEPE MARÍN

Juan Alfonso Contreras agradeció la labor de comisariado de Francisco Baena, «que ha permitido una buena conexión entre las partes que forman el todo de la exposición». Es curioso que entre los implicados en la muestra no todos se conozcan, «y estar juntos en este proyecto es una excelente oportunidad para hacerlo», comenta. Si se habla de qué distingue a un coleccionista de un 'acumulador' de arte, Contreras lo tiene claro: «El coleccionista tiene principalmente un afán de construir un determinado argumento o discurso en torno a temas que le preocupan o sobre los cuales investiga. Por ello, se pasa la vida persiguiendo las obras que, considera, forman parte de ese discurso».

Ello implica comprar con criterio, calma y determinación. «En mi caso, la compra tiene un componente racional, casi científica. Analizo la producción de cada artista, su trayectoria... De todas formas, ha habido algún caso de compra compulsiva, de amor a primera vista», añade. Lo que es clave, como en casi todos los aspectos de la existencia, es saber qué te gusta y qué no. «Hay obras que están en mi línea, y obras magníficas que no lo están. Las primeras me interesan y las segundas las respeto, pero no me interesan», dice.

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En cuanto al mercado del arte, el coleccionista granadino destaca que está en un punto de ebullición inusitado. «Las cifras, en términos de valor absoluto y en participación sobre el Producto Interior Bruto español e internacional no paran de crecer. Las valoraciones para la feria ARCO, que comienza en un par de semanas, están disparadas con respecto a ediciones anteriores. No sabemos qué va a ocurrir, porque cada vez es mayor el número de inversores que entienden el arte como negocio». Lo cierto es que, a tenor de lo visto en Condes de Gabia, hay inversiones en belleza que merecen la pena.

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