Aitana Sánchez-Gijón. E. P.

Aitana Sánchez-Gijón, Goya de Honor en Granada

«Estoy aturdida, en shock, emocionada, muy feliz, abrumada, agradecidísima y muy revuelta desde que recibí la llamada de Fernando Méndez-Leite», afirma la actriz

Iker Cortés

Jueves, 17 de octubre 2024, 11:55

Cuenta Aitana Sánchez-Gijón (Roma, 1968) que cuando recibió la llamada de Fernando Méndez-Leite, presidente de la Academia de Cine, hace un par de ... semanas, su primera reacción fue echarle la bronca. La actriz de 55 años no entendía que siendo «relativamente joven» fuera a ser galardonada con el Goya de honor 2025. «Siempre he considerado que este premio debían recibirlo personas con una trayectoria más larga o en un momento de la vida posterior y me sorprendió muchísimo que tomaran esta decisión y se lo discutí», explicaba divertida esta mañana a los periodistas, durante el acto en el que se ha hecho el anuncio.

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Pero luego Méndez-Leite le dijo: «¿Me lo vas a rechazar?». Se hizo el silencio y tras pensarlo unos segundos contestó: «No lo voy a rechazar porque además me estoy dando cuenta de que si te digo que no ahora porque considero que no me lo merezco lo suficiente, el día que piense que ya he hecho méritos, a partir de los setenta, igual no me lo dais». Al margen de la anécdota, Sánchez-Gijón reconocía esta mañana estar «aturdida, en shock, emocionada, muy feliz, abrumada, agradecidísima y muy revuelta» desde que Méndez-Leite le telefoneó con la noticia, una hora antes de viajar a Guadalajara para representar una función de 'La madre'.

Con 40 años de profesión a sus espaldas y 38 desde que debutó en la gran pantalla, la actriz se convierte en la segunda persona más joven -el primero fue Antonio Banderas- que recibe este galardón honorífico. Durante el anuncio, el presidente de la academia subrayó que la actriz es «muy querida y respetada por sus compañeros y reconocida por el público y la crítica desde sus comienzos. Una actriz completa: seria, responsable, competente, cercana y que sabe otorgar a todos sus trabajos verdad, sinceridad y profundidad». Lo recogerá en la gala de la 39 edición de los Premios Goya, que se celebrará el 8 de febrero en la ciudad de Granada.

Concha de Plata a la mejor actriz del Festival de San Sebastián por 'Volavérunt', de Bigas Luna, el Goya de honor será el primer cabezón que recoja pues hasta el momento solo había sido nominada en una ocasión por 'Madres paralelas' (Pedro Almodóvar, 2021), a mejor interpretación femenina de reparto. Sánchez-Gijón se ha puesto al servicio de directores como Fernando Fernán-Gómez, Pilar Miró, Vicente Aranda, Gonzalo Suárez, Jaime Chávarri, Imanol Uribe, Fernando Colomo, Adolfo Aristarain, Juan José Campanella, Manolo Gómez Pereira o Patricia Ferreira, trabajos que ha compatibilizado con sus extraordinarios trabajos en la escena y con populares personajes en series de televisión. Como recordaba esta mañana Méndez-Leite, durante la presentación, no sería extraño que, como ocurrió con Antonio Banderas, la actriz recogiera primero el Goya honorífico y en años venideros otro a la mejor interpretación.

Desde luego ella se siente «en un momento estupendo» como actriz. «Estoy plenitud de facultades. Siento que toda la vida vivida y toda la experiencia acumulada me han dado un bagaje. Conozco mejor mis herramientas, soy más consciente de mis recursos, de lo que puedo o no puedo hacer y estoy también más en paz con mis limitaciones y me doy más derecho a jugar y quizás a arriesgarme más», aseguraba. A su juicio, el premio es «un espaldarazo a mi carrera y una inyección de vida y amor» de sus compañeros de profesión. Una profesión, recordaba, en la que lleva «toda la vida». No en vano, antes de dedicarse profesionalmente a la interpretación, cuando apenas contaba con diez años, ya hacía sus pinitos participando en programas de televisión o en giras de teatro con La Barraca. «He nacido casi siendo actriz y sentir que esa trayectoria de vida es reconocida y vista por mis compañeros de una manera tan generosa es algo que me emociona profundamente porque yo creo que muchos de los que nos dedicamos a esto lo hacemos porque necesitamos ser amados y esto es una prueba de amor máxima», aseguraba.

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Un vistazo a su perfil en IMDB, la base de datos más amplia de la industria audiovisual, recoge casi ochenta producciones entre películas y series de televisión. Precisamente, empezó en una con tan solo 16 años, 'Segunda enseñanza', título que fue cantera para algunos de los mejores intérpretes españoles. Entonces, reconocía esta mañana, era incapaz de imaginar hasta donde podía llegar. «Solo deseaba ser actriz, deseaba eso como nada en el mundo. Era una certeza, que tuve la suerte de que me saliera bien, porque podía no haber salido. No me imaginaba nada de lo que luego ha pasado, sencillamente me lo he ido encontrando por el camino. También he podido hacer ciertas elecciones conscientes. Lo que he intentado siempre es tomármelo con mucha seriedad, pero también sin perder de vista que es un juego y a la niña interior que juega, imagina, se comunica con otros, que mira a los ojos a los demás e intenta sacar hacia fuera algo del alma humana a través de todos esos personajes», ha explicado.

Estos días, claro, la actriz esta haciendo un repaso a lo que ha sido su vida delante de los focos y sobre el escenario, pensando ya en ese discurso con el que se dirigirá a los académicos en Granada. Hoy hablaba del «privilegio» que ha supuesto rodar con compañeros de distintas generaciones y mencionaba dos nombres: los de Óscar Vidal y Alicia Hermida, sus maestros en el teatro. «Cuando era una niña empecé a dar clases de teatro en la escuela María Galleta y Óscar fue mi primer profesor de teatro y ahí tuve una epifanía y dije que quería dedicarme a esto toda la vida», contaba.

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Sánchez-Gijón también se permitió dar un consejo a quienes estén empezando en la profesión. «Yo les diría que se formen siempre. Oigo a mucha gente joven decir eso de que quiere ser actor, pero no sé si lo confunden con ser famosos. Esto es una vocación, es como un sacerdocio y es muy duro dedicarse a esto y tiene que ser una vocación real, no puede ser algo epidérmico o por razones secundarias, tiene que ser porque necesitas contar historias distintas, convertirte en otros. Así que les aconsejaría que se formen, perseveren, que no pierdan la paciencia y que piensen que muchos de ellos tendrán que vivir de otras cosas porque a lo mejor no pueden dedicarse exclusivamente a esto y se tienen que preparar psicológica y emocionalmente para soportar el camino de incertidumbres, decepciones, frustraciones y también alegrías que depara esto», dijo quien se considera «una privilegiada» por formar parte del 7% de actores y actrices que pueden vivir exclusivamente de su trabajo.

«No he tenido gran ambición»

Hubo tiempo también para hablar sobre su carrera al otro lado del charco. Un camino que comenzó con 'Un paseo por las nubes' (Alfonso Aráu, 1995), película que coprotagonizó junto a Keanu Reeves y terminó dos años más tarde con 'Ni el tiro final' (Juan José Campanella, 1997). «La verdad es que yo no he tenido una gran ambición. A mí hay cosas que me han sucedido un poco por casualidad o por la perseverancia de otras personas«, explicaba. En el caso de 'Un paseo por las nubes', fue Alsira García Maroto, la representante de la actriz durante 33 años, quien se empeñó en que hiciera una prueba para la película de Alfonso Aráu, que estaban probando a mujeres mexicanas en EE UU. »Enviamos el VHS y finalmente hice la prueba presencial en Los Ángeles«, explica quien en esos momentos estaba rodando 'La regenta' y ocultó al productor que se iba cuatro días allí. «Después hice la película con Campanella y me llevaron a conocer todos los estudios de Hollywood. Me enseñaban guiones, me preguntaban con quien quería trabajar, que había una película con Harrison Ford... 'Pues ese mismo', decía yo. Me parecía todo una gran mentira divertidísima, pero que no me creía nada. Además tenía claro que iba a volver a casa. Iba a empezar con la producción de 'La gata sobre el tejado de zinc caliente' y mi compañía me estaba esperando. Yo decía: 'Si me tienen que salir cosas, ya me saldrán'. Pero es verdad que había que estar allí. Hice un par de pruebas para dos películas pero no me cogieron y no estuve allí así que no me lo trabaje allí porque no me brotaba. Me hubiera encantado, ¿eh? Pero quedarme allí me parecía de una soledad...».

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La actriz, que fue la primera de la Academia de Cine, entre 1998 y 2000, recordó también cómo ha cambiado la institución, cuya sede hace años se encontraba en un piso. «Era fantástico. Se apilaban todas las donaciones que se hacían a la academia de archivos y ya no había sitio para guardar las cosas y estaban apiladas en los pasillos. Una de las grandes batallas que no consiguió José Luis Borau y que me pasó el testigo, fue conseguir que Patrimonio nos cediera un lugar adecuado y a la altura de las necesidades de una academia como la nuestra, que estaba ya creciendo más de lo que podía abarcar en ese momento. Y sí, gracias a esas reuniones con el Ministerio de Cultura y el presidente del Gobierno, que en esos momentos era José María Aznar, Patrimonio nos concedió este palacete. Fue un orgullo».

Como recordaba Méndez-Leite esta mañana, hasta el momento han sido treinta hombres y nueve mujeres -con el que recibe Sánchez-Gijón- los que han obtenido el Goya de honor, si bien quiso dejar claro que en los últimos diez años han sido cinco hombres y cinco mujeres. El último que lo recibió fue el director de fotografía y restaurador fílmico Juan Mariné Bruguera. Otros de los homenajeados en los años anteriores son Carlos Saura, José Sacristán, Ángela Molina, Marisol, Chicho Ibáñez Serrador, Marisa Paredes, Ana Belén, los hermanos Ozores, Antonio Banderas, Jaime de Armiñán, Concha Velasco o Josefina Molina. «Voy a ver si asimilo esto», se despedía esta mañana de los periodistas.

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