El Parque de las Ciencias contraataca: la conquista del espacio

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy... Bueno, en realidad no era tan lejana. Lo cierto es que fue en esta misma galaxia, aquí, en nuestro planeta. Pero sí que fue hace tiempo, en 1966. Aquel año nació Jordi Gasull, el niño que aún se emociona al contar su primer recuerdo, frente al televisor: «Había señores vestidos de blanco andando por la Luna. Y luego pusieron una película en la que salían hormigas gigantes». Aquello fue el inicio de una vocación imparable por el espacio. Luego, con 11 años, vendría 'Star Wars' y Jordi tuvo claro que su propósito en la vida sería construir robots. Pero como los robots que le apasionaban de verdad eran los de la imaginación, dejó el camino de la Ingeniería para emprender otro como contador de historias. Ese Jordi sería guionista y productor de películas como 'Atrapa la Bandera' o 'Tadeo Jones'. Y si les parece que toda esta historia no tiene nada que ver con la primera exposición de la nueva normalidad del Parque de las Ciencias, esperen, que todo está asombrosamente conectado.

Gasull empezó a coleccionar figuras de 'Star Wars' de pequeño. «Darth Vader fue la primera, mi favorita», dice. Llegó a tener una colección tan espectacular que un tipo se ofreció a comprársela por una cantidad importante. Finalmente accedió y usó ese dinero para ampliar su colección de 'Madelman'(¿recuerdan las figuras de acción?). Y otra vez, llegado el momento, surgió otro comprador. Al principio no quería venderla, pero finalmente lo hizo por una razón: «Con aquel dinero me compré el traje espacial de Jim Irwing. Empecé a exponer el traje por ahí y con el dinero que sacaba me hacía con más material del espacio. Y así llevo 21 años». ¿El resultado? Alucinante.

Hace tres años, Gasull visitó Granada con motivo del estreno de 'Tadeo Jones 2'. Entonces fue cuando conoció a Manuel Roca, comisario de la exposición y jefe del departamento de Producción del Parque de las Ciencias, y le contó su historia con el coleccionismo espacial. Tres años después, 'Tocar el cielo: Explorar el espacio' es una realidad.

La colección de Gasull es el núcleo de la exposición, pero el viaje es mucho más grande. Nada más entrar, una enorme Luna nos recibe desde su cara oculta. «Aquí alunizamos por primera vez», explica Manuel Roca mientras señala el lugar exacto con un puntero láser. Las primeras salas, centradas en el nacimiento de la curiosidad en el ser humano, sirven como prólogo a lo que está por venir: telescopios, espectómetros y todo tipo de instrumentos creados por el hombre para aprehender el universo.

El público también podrá conocer mejor a Emilio Herrera Linares, ingeniero granadino que realizó aportaciones fundamentales a la aeronáutica y la astronáutica. Se expone tanto el telescopio original que utilizó Herrera, como una réplica de su prototipo de escafandra estratosférica, similar a la de los buzos, diseñada por él. Además, se exponen 25 réplicas y maquetas entre las que destacan la de la sonda Rosetta, el cohete 'lanzasatélites' Ariane 5, fabricado por Airbus para la Agencia Espacial Europea, o el soviético Sputnik 1, primer satélite artificial de la historia, que se muestra en tamaño original.

A continuación hay una sala con la impresionante colección de meteoritos de Miguel Ángel Contreras. Rocas que llevan aquí, en nuestro sistema planetario, 4.560 millones de años. Dicho así, tal vez, no les suene todo lo apasionante que es. Probemos con esto: ¿Saben lo que se siente al tocar una estrella fugaz? Porque hay una. También podemos observar con lupa fragmentos de Marte o trozos de la Luna. Está incluso el meteorito que le cayó encima a un niño, en Cuba, hace un par de años -tranquilos, sobrevivió-; o el que atravesó a una vaca en Venezuela -no, ella no sobrevivió-.

Tras despertar nuestra curiosidad con los meteoritos y sus historias, llegamos a la colección de Gasull. Junto a los trajes de astronauta que ya se exponen hay un hueco que se completará, esperan desde el Parque, a principio de julio, cuando el ministro Pedro Duque vendrá para incluir en la exposición su propio traje espacial. Los trajes están expuestos por capas, de manera que el visitante pueda realmente satisfacer su curiosidad: ¿Cómo se mueven? ¿Cómo afrontan los cambios de temperatura? ¿Cómo se protegen? ¿Cómo se rascan la nariz con la escafandra puesta? ¿Cómo orinan...?«Este es el traje de Jim Irwing, el que usaba para entrenar. Idéntico al que llevó en la misión Apollo 15», explica Gasull.

Luego están el gorrito Snoopy, la matrícula del primer Rover que circuló por la Luna, un machete de astronauta de las misiones Gemini y Apollo, un guante utilizado en la misión Apolo 10, una bandera española que estuvo presente en la Luna, los cascos de comunicaciones de la URSS y de los Estados Unidos o el reloj Omega Speed Master que utilizó el astronauta Miguel López-Alegría en la ISS... Y así hasta doscientas historias.

Pero ¿de qué sirve esto de la Astronomía? Si es de los que busca utilidades para todo, disfrutará con la sala de experimentos y de divulgación con la que se cierra la muestra: averigua tu peso en el resto de planetas, juega con los trajes, demuestra tu habilidad en condiciones espaciales, replica la misión que salvó a la Discovery... Una decena de actividades para toda la familia.

Ah, y antes de marcharse, no olviden asomarse por una réplica exacta de la ventana por la que miran los astronautas de la Estación Espacial Internacional: qué sensación tan sobrecogedora. Y qué bueno volver a volar con nuestra nave espacial.