Una enfermedad fulminante acabó con la vida de la granadina Rebeca Galera

Rebeca, de 31 años, presumía con orgullo de ser la primera y única mujer astrónoma en la historia de su municipio, Puebla de don Fadrique. Licenciada en la Universidad de Granada, donde destacó como estudiante, se incorporó al IAC en 2014 a través de un contrato predoctoral de personal investigador en formación bajo la supervisión de los investigadores Antonio Mampaso y Romano Corradi.

Romano Corradi, precisamente, recordaba ayer a su alumna y compañera con palabras de cariño y de dolor. «Falleció por una enfermedad fulminante. Este mes pasado estaba trabajando con nosotros, a punto de terminar su tesis doctoral... Y ha muerto en una semana. Ha sido muy duro. Su novio estuvo con ella todo el tiempo», suspira Corradi, al teléfono.

Rebeca estudiaba cómo mueren las estrellas, las fases finales de su vida. «Las estrellas mueren de una manera espectacular, con una gran explosión, formando grandes nebulosas;su último momento de gloria. La estrella –sigue el astrofísico– se lleva consigo todos los elementos químicos que ha creado y eso puede terminar creando otras estrellas, otros planetas, otros seres vivos».

A esas hermosas explosiones Rebeca las llamaba «mis luciérnagas verdes». Sus conocidos la definen como una persona muy querida, muy inquieta, con una gran capacidad de divulgar el conocimiento con pasión. «La echamos de menos», dice Corradi. El final de una estrella brillante. Que su luz verde sirva para iluminar otros caminos. Descanse en paz.