El castillo que emerge en el Cerro de Montefrío
El equipo de arqueólogos que dirigen Juan Manuel Ríos y Alberto García está descubriendo torres, murallas y cientos de restos cerámicos de una de las fortalezas clave del emirato nazarí de Granada
Diego de Siloé, el gran Diego de Siloé, dejó su huella en decenas de edificaciones por toda la provincia. En todo lo alto del Cerro ... de Montefrío, entre 1549 y 1563, dirigió la construcción de la Iglesia de la Villa. La sacristía, donde antaño el cura se embutía la casulla, preparaba los arreos para la homilía y recibía a los fieles, se ha convertido ahora en un laboratorio. Un laboratorio donde la arqueóloga María José Peregrina recepciona, lava y clasifica los restos materiales que están aflorando en las excavaciones que se están acometiendo fuera, en el Cerro. «Unos días llegan decenas y otros cientos», comenta María José mientras calibra un fragmento cerámico. «Aquí han salido ataifores casi enteros, lozas doradas que había en los hogares de las familias más pudientes y brazaletes de vidrio trenzado», asegura.
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A su lado, Juan Manuel Ríos, director junto a Alberto García del Proyecto General de Investigación (PGI) 'Villa Fortificada y Castillo de Montefrío', acaba la fotogrametría de uno de los grandes descubrimientos realizados semanas atrás, una torre que tuvo siete metros de altura desde la que las tropas nazaríes avistaban las amenazas que les llegaban por el sur. «Había indicios de su existencia pero había que fundamentarlo para estudiarla y analizarla», afirma con satisfacción.
Sí, aunque parezca difícil de creer, nunca se había llevado a cabo ninguna campaña arqueológica en el Cerro de Montefrío. La primera fue en 2024, la segunda se ha desarrollado entre mediados de abril y mediados de junio y, lo más importante, habrá cuatro más. Todo gracias a ese PGI comandado por Ríos y el profesor Alberto García y que se está materializando gracias a Arqueología y Patrimonio Histórico, una 'spin off' de la Universidad de Granada. «Uno de los grandes objetivos del PGI, que surge del grupo de investigación Prinma (Hum1035), es identificar las distintas fases de ocupación que ha tenido del Cerro a lo largo del tiempo», apunta.
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Los avances no solo aportarán datos cruciales sobre cómo era la villa fortaleza de Montefrío, crucial para la defensa del emirato de Granada cuando Alcalá la Real sucumbió ante Alfonso XI, sino que también servirán para poner en valor este yacimiento que explicará el pasado de Granada desde los íberos hasta la actualidad.
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El concejal de Cultura de Montefrío, Miguel Ángel Camacho, asegura que entre una subvención europea de 2,95 millones de euros y otro millón del 2% Cultural se acometerá desde ahora hasta 2028 una ambiciosa intervención que permitirá la recuperación de las principales estructuras tanto en el recinto bajo, donde según Torres Balbás llegó a haber 170 casas en los tiempos del Reino Nazarí, como en el alto, donde se localizaba la alcazaba. Está prevista la habilitación de miradores y la musealización de todos los elementos de interés, a fin de que los visitantes se lleven una visión general de la relevancia que tuvo el Castillo de Montefrío entre los siglos XIII y XIV –la toma por parte de los Reyes Católicos se produjo el 25 de junio de 1486–.
Tres sondeos
Pero volvamos al aquí y ahora. En este ejercicio se han realizado tres sondeos, uno en el fortín cristiano, otro en la alcazaba medieval y un tercero en la puerta del arrabal. Y el subsuelo del Cerro de Montefrío no deja de aportar valiosos datos sobre la fortaleza, tanto en la zona superior como en la inferior. En la primera se tuvo constancia de tres torreones, mientras que en la segunda hay seis cilíndricos y uno rectangular conectados por diez lienzos de muralla. Todo ello es lo que se pretende restaurar con los cuatro millones de euros que dispone el Ayuntamiento. «Montefrío llegó a funcionar como una miniciudad con espacios domésticos, productivos, mezquita...», dice Ríos.
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Y es que era una plaza estratégica. La mirada se pierde en el horizonte. Desde ahí arriba se observan perfectamente los valles surcados por los arroyos Fuente de Molina y Cruz Gorda. También la Sierra de Parapanda un poco más lejos. Y, por supuesto, todo Montefrío en una impresionante panorámica de 360 grados. Las guarniciones nazaríes oteaban cualquier tipo de peligro proveniente de los cuatro puntos cardinales. El cadí, como autoridad al servicio de los sultanes, regía el territorio y tomaba decisiones de tipo administrativo. Buena prueba de la importancia del Castillo de Montefrío es las dimensiones de su enorme aljibe.
Juan Manuel Ríos está realizando el análisis de todos los paramentos que no están bajo tierra. Está determinando no solo las técnicas constructivas, sino también los sistemas de adosamiento. Con todo ello se obtiene la secuencia cronoconstructiva. A través de técnicas como la fotogrametría y el uso de software CAD, se está documentando gráficamente con precisión todo el yacimiento, generando planimetrías detalladas.
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