Una actuación del Festival de Música y Danza. ALFREDO AGUILAR

¿Es cara la cultura en Granada?

El coste de espectáculos como el teatro o la música, en rangos similares a Málaga o Sevilla

Jorge Pastor

Granada

Domingo, 10 de febrero 2019, 00:56

El tren está en marcha. Si ninguna fuerza mayor lo impide, Granada aspirará a la Capitalidad Europea de la Cultura en el año 2031, coincidiendo ... con el quinientos aniversario de la fundación de la Universidad de Granada por parte del emperador Carlos I. Una asociación, esta de Granada con la universidad, que se encuentra en el origen del magma cultural en Granada, a lo que habría que sumar la alargadísima sombra de la Alhambra, el monumento más visitado de España y el gran motor económico de la floreciente industria turística, y el universo imantador de Federico García Lorca, de su obra, de su vida y de su trascendencia literaria dentro y fuera de España.

Publicidad

A pesar de los malos resultados que año tras año arroja el Observatorio de la Cultura de la Fundación Contemporánea, publicados ayer por este periódico, Granada sigue siendo sinónimo de cultura, un sector que quedó tocadísimo tras el tsunami de la crisis y que, sometido a las reglas del mercado, está resurgiendo gracias a una oferta sustentada en el talento y gracias a una demanda que, como reconoce el propio empresario Enrique Cornejo, que programa en el Teatro Isabel la Católica, llena todas las funciones en el emblemático espacio escénico de Puerta Real. ¿Es cara la cultura en Granada? A la vista de la afluencia de público a los eventos, parece que no. Desde luego, no es más cara que en otras ciudades como Málaga, muy reforzada ahora con el nuevo teatro de Antonio Banderas, Córdoba o Sevilla, por ceñirnos al ámbito de la comunidad autónoma andaluza.

Vayamos con algunas comparaciones que, a tenor de las cifras, no parecen tan odiosas. Según el último Anuario de Estadísticas Culturales, la actividad cultural más frecuente, después de escuchar música y leer, es acudir al cine. Lo hacen al menos una vez al año el 54% de los ciudadanos. Más allá de la percepción que cada cual tenga del coste de las entradas –las circunstancias económicas familiares juegan ahí un papel clave–, lo cierto es que ver una película en la gran pantalla no es más oneroso para un granadino, aunque haya diferencias tarifarias notables entre unas salas y otras.

Pongamos un ejemplo. Ahora mismo todos los exhibidores de Granada están proyectando 'Aquaman', una producción americana de superhéroes dirigida por James Wan y con un reparto entre cuyos actores se halla Willem Dafoe. Sin tener en cuenta el día del espectador ni los descuentos especiales para colectivos como los niños de 3 y 13 años, usted puede pagar 8,20 euros por verla, pero también hay otros cines que están cobrando 6,80 euros. Prácticamente lo mismo que en Málaga (6,90 euros), siempre teniendo en cuenta la tarifa más baja, o en Córdoba (7 euros). Se trata, en definitiva, de 'perder' un rato buscando y cotejando. Una diferencia superior al euro quizá merezca la pena, especialmente cuando acuden varios miembros del hogar y haya que sumar otros extras como las típicas palomitas o los típicos refrescos.

Publicidad

Después del séptimo arte, lo que más gusta es acudir a conciertos. Al menos eso respondieron el 24,5% de los encuestados. La oferta en Granada es amplísima y variadísima. Ha habido fines de semana con casi cien actuaciones encarteladas. La horquilla va desde el gratis total hasta bandas y solistas de referencia que siempre incluyen una parada en Granada en sus giras nacionales. Es el caso de Ketama, que retorna a los escenarios con 'No estamos locos'. Tocarán en toda España, empezando por su tierra, Granada. Basta con meterse en su web para comprobar que las entradas valen más o menos lo mismo en la infinidad de ciudades que visitarán en los próximos meses. Si nos ceñimos al patio de butacas –o zonas análogas– estamos hablando de 44 euros en Granada (incluidos recargos), lo mismo por ejemplo que en Málaga. En Córdoba, sin embargo, es casi diez euros más barato, pero el público está de pie. Las características funcionales y el diseño de cada edificio son claves.

Tres cuartas de lo mismo sucede con el teatro. Acceder al Isabel la Católica no supone, comparativamente, un desembolso superior a otras plazas. Todo depende del espectáculo y del caché de la compañía. Mención especial merece el Teatro Alhambra, perteneciente a la red de teatros de la Junta de Andalucía. Al igual que sucede con el Cánovas de Málaga o el Central de Sevilla, los precios oscilan entre los 15 y los 25 euros, un importe, a priori, más que asumible para el bolsillo medio. Pongamos el foco en lo más reciente. La entrada general para La Isla, de Histrión, con fechas de representación de 8 y 9 de febrero, cuesta tan sólo 18,23 euros, una cantidad que se reduce en dos euros cuando se trata de estudiantes, desempleados, titulares de tarjeta joven o de la tercera edad, jubilados, abonados mensuales y niños. En Sevilla 'Ilusiones', de Miguel Ángel del Arco, también los días 8 y 9 de este mes, ha agotado todo el papel por veinte euros. En Málaga, sin embargo, los 'Monstruos brutales asustados' de la compañía Incendio Fugaz se pueden ver por 12,23 euros. Una diferencia más acusada, pero que no es la norma.

Publicidad

Un sector en crecimiento

Pero todo este análisis se quedaría cojo si no se valorara también 'la cosa' desde una perspectiva más economicista. La industria cultural, como el resto de actividades productivas, sólo se sostienen si detrás hay consumidores. Si extrapolamos a Granada los resultados de la Encuesta de Hábitos Culturales en España, que elabora el Ministerio de Cultura, la cultura da empleo a cerca de 14.000 personas en la provincia de Granada. El 6,6% de las empresas de Granada, según el Instituto de Estadística de Andalucía (IEA), operan en el ámbito cultural. La Encuesta de Presupuestos Familiares, también del IEA, recoge que el capítulo 'ocio y cultura' supone el 5,5% del gasto de los hogares en la comunidad. Exactamente 1.514,15 euros en magnitudes absolutas. Hace cinco años esta cifra era de 1.431,90 euros. Una evolución que debe enmarcarse en el contexto de la recuperación de la economía.

Uno de los principales promotores de Granada es Enrique Cornejo, cuya empresa, Iniciativas Empresariales, se adjudicó en su día el contrato del Isabel la Católica –programa un fin de semana al mes–. Bajo su punto de vista, el teatro, como expresión cultural, no debe desenvolverse en una suerte de ofertas. «La estructura es la que es y los actores no se contratan más que en función de lo que cobran», asegura. «Al final se trata de manejar unos precios medios, como se lleva haciendo en mis cincuenta y seis años de trayectoria, y que vienen determinados, a su vez, por el coste de la vida en cada momento», explica Cornejo, quien considera que el valor de los espectáculos en Granada está en sintonía con el que puede haber en Málaga, Sevilla e incluso Madrid.

Publicidad

Papel principal

Cornejo entiende que el principal papel de las administraciones debe ser la disposición de inmuebles en condiciones óptimas, «no el de productores porque no están hechas para eso ni tienen estructura; la responsabilidad de la programación debe ser privada, que debe ofrecer calidad a un precio razonable, como sucede en Granada». «Yo estoy muy conforme con la relación que tengo con el Ayuntamiento de Granada, basada en el consenso, y el balance después de estos dos años es que el Isabel la Católica se llena en todas las funciones que hago».

«La respuesta de Granada a las iniciativas culturales es importante; de nada vale que haya apoyos, si previamente no se ha predispuesto a los consumidores para que haya un respaldo con su presencia», reflexiona Enrique Cornejo. «Mi experiencia es que Granada tiene uno de los mejores públicos de España, y se lo digo con conocimiento de causa porque también estoy en otros puntos de España», añade. Según Cornejo, vivimos unos momentos en que la cultura, en su concepto más amplio, «puede solucionar muchísimos de los problemas que tiene la sociedad porque está incorporada a nuestra escala de valores». «Además de la lealtad, el trabajo o la honradez, la inquietud por desarrollar el saber debe de ser una prioridad». En este sentido, Cornejo aboga por la unión y la coordinación entre los agentes culturales.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad