En busca del Quijote de Al-Ándalus
Ignacio Guarderas estrena 'El espejo del califa', documental sobre el poeta Álvarez de Sotomayor que es, además, parte de su tesis en la UGR
Ignacio Guarderas Merlo estrenó el miércoles 24, en el Palacio de Condes de Gabia, su última película: 'El espejo del Califa'. Una película que es ... un documental, un ensayo antropológico, un relato biográfico, un poema audiovisual, una ficción muy realista... Y, también, el resultado de su tesis en la Universidad de Granada.
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«La presenté en enero de 2025 y salió muy bien, sobresaliente cum laude», ríe el cineasta al teléfono, por las calles de Madrid. Guarderas comenzó este curso como profesor de Cine y Narrativa Audiovisual en la Escuela de Artes TAI, una labor que compagina con la escritura y los rodajes. Quién le iba a decir a él, que pasó tantos años cortando entradas en los cines Verdi, que un día la pantalla sería suya.
Tras competir en el Festival de Cine Europeo de Sevilla con 'Ojalá mañana', la emocionante película sobre una familia que terminó rompiendo las fronteras de su propio guion (el padre de esa familia murió al terminar el rodaje), Guarderas sigue reflexionando sobre las historias y sobre cómo contamos las historias.
«'El espejo del califa' es el fruto de mi doctorado de Antropología Audiovisual con el profesor José Antonio González Alcantud. Parte de una idea que me atrae: la imagen, lo que vemos en una escena, es dos cosas al mismo tiempo: lo que señala y la cosa que señala. ¿Sabes lo de cuando el dedo apunta a la luna, el tonto solo ve el dedo? Pues yo propongo que también veamos el dedo».
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La película comienza con un viaje a Cuevas de Almanzora, donde Guarderas descubre un museo dedicado al poeta José María Martínez Álvarez de Sotomayor. «Había una foto suya vestido a la usanza árabe. Y leo que construyó un castillo con forma arabesca y que él decía, más en plan de juego o bufa, que era el Califa de Calguerín...
Ahí empiezo el documental sobre esa figura, todo un Quijote de Al-Ándalus». Encontrado el protagonista, el granadino abre una segunda vía en la película, un subtexto fílmico que pone en cuestión el mero hecho de retratar a alguien. «¿Se puede representar a alguien, su realidad? Sotomayor se convierte en un espejo en el que yo mismo me miro. Verás, esto es algo que le cuento a mis alumnos: cuando un pescador tira su red al mar, nos llevamos parte del mar, pero eso no es todo.
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El mar es más grande. Nosotros, a la hora de representar a otro, no contamos al otro, en realidad nos estamos representando a nosotros mismos porque son nuestras propias redes».
Un collage
En la película, Guarderas charla con un grupo de teatro de Cuevas de Almanzora para ver como cada vecino ve al poeta Sotomayor de una manera distinta. «Y así se construye mi tesis –sonríe–. Una película de una hora y cuarenta y cinco minutos que es un collage zigzagueante que va de un lado a otro para hablar de muchas cosas».
Después del estreno en Condes de Gabia, acogido y respaldado por Film in Granada, la oficina de cine de Diputación, Guarderas ya está inmerso en otro proyecto: 'El mito de la taberna'. «Es una película etnográfica y ensayística filmada en un bar. Quiero que el continente sea parte del contenido.
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El bar tiene la alienación de la caverna de Platón, es un lugar de resistencia donde se habla, se inventa, se fantasea... pero donde lo más importante no es lo que se cuenta, es el hecho de contar».
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