Benjamín Prado, Juan Pinilla y David Caro, poesía a flor de piel

Con sus 1,90 metros de altura, Benjamín se acercó al micrófono para, con su voz grave, leer una decena de poemas entre los que destacaba el paso del tiempo. Comenzó con 'Vieja gloria', en una de cuyas estrofas afirma: «Una vez fui el poeta más joven del congreso/ hasta que de repente,/ en un visto y no visto,/ ya era una vieja gloria». Por su parte, Juan Pinilla demostró su gran capacidad artística con creaciones musicales basadas en una colección de poemas de 'La otra sentimentalidad', que inició con la 'Canción de mediodía' de Álvaro Salvador, al que seguiría 'Nocturno' de García Montero; el poema 'Riadas' de Antonio Jiménez Millán, que fue por malagueñas, y el de Ángeles Mora, 'Elegía y Postal', en aires de guajiras; seguidos de 'Troppo mare' de Javier Egea, 'Hatillo para un ocaso de Teresa Gómez', 'La luz del cuarto aquel' de Inmaculada Mengíbar. También sorprendió a Prado al interpretar su poema 'Tú ya me entiendes'.

Benjamín continuó con la lectura de 'Las noches en Granada', que dedicaría en ese momento a Álvaro Salvador y Pepa Merlo; el curioso poema titulado 'País' que finaliza con los versos: «Mi hermoso país se llama España/ y es la capital de la alegría». Después leería 'El año de Almudena', escrito al inicio de su enfermedad y del que tuvo que reescribir los últimos versos por «el final que ya conocéis todos».

Concluyó la velada con un poema dedicado a su mujer, 'La mujer más hermosa de la tierra', y 'Una ventana tiene más vidas que un espejo', en la que ofrece su idea de la poesía. Por aquello, «de estar en el 50º aniversario de la muerte, o quien sabe asesinato de Pablo Neruda», Benjamín leería un poema dedicado a su poeta chileno favorito, titulado 'El soñador', en tanto que Juan Pinilla cerraría el acto cantando el 'Yo pisaré las calles nuevamente', popularizado por Pablo Milanés.