Pablo Gálvez (izquierda) en una escena de 'La cambiale del matrimonio'. amati bacciardi

El barítono Pablo Gálvez, estrella en la edición más especial del Festival Rossini

El cantante granadino hizo el Norton de 'La cambiale del matrimonio' durante cinco funciones en el segundo festival europeo en celebrarse tras el de Granada

JOSÉ ANTONIO MUÑOZ

GRANADA.

Jueves, 3 de septiembre 2020, 00:43

La ciudad de Pésaro respira por la tráquea de su cisne, Gioacchino Rossini. Cada año, al ejemplo de lo que ocurre en Bayreuth con Wagner, ... la villa costera italiana organiza un festival monográfico en torno a la obra de su más famoso hijo. Después de que Granada se pusiera en primera fila mundial al mantener su Festival de Música y Danza con éxito, el ciclo dedicado al autor de 'El barbero de Sevilla' ha sido el segundo en aguantar el tipo, si bien en una versión reducida. Una de las estrellas de los dos títulos operísticos que han integrado la programación, al margen de varias galas líricas, ha sido el barítono granadino Pablo Gálvez, quien incorporó el papel de Norton en 'La cambiale del matrimonio', uno de los más chispeantes títulos del repertorio rossiniano.

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Gálvez ha pasado unos días por Granada, camino de su próximo compromiso en el Hostal de los Reyes Católicos de Santiago de Compostela, en un recital exclusivo que tendrá lugar en los próximos días. Este iba a ser un año casi perdido, pero la buena suerte -y el gran cartel dejado en sus anteriores intervenciones en este Festival-, han hecho que se cuente con el intérprete en un ciclo en el que, por mor de los recortes, apenas han cantado una decena de solistas.

«Recibí la llamada de mi agente a mediados del mes de mayo», recuerda. «Semanas antes había cantado con Ainhoa Arteta en una gala lírica en Cuenca, y tras la pandemia, me había ocupado en estudiar y preparar repertorio, pero de repente sonó el teléfono». La idea inicial era que Gálvez hiciera el papel de Don Prudenzio en 'Il viaggio a Reims', la otra ópera finalmente representada en el festival de este año, con escenografía del español Emilio Sagi. «Me escribieron con todo cogido entre alfileres», rememora el barítono. «No sabían si el festival se iba a celebrar o no, pero desde el primer momento contaron conmigo».

Cambio de título

Con el papel aceptado, Gálvez se puso manos a la obra con un papel que ya había interpretado, por otra parte, en 2018. El actual intendente -director- del Festival, el peruano Ernesto Palacio ('fabricante' de la carrera del tenor Juan Diego Flórez o de la mezzosoprano Daniela Barcellona), comunicó al granadino que debería estar en Pésaro para la segunda quincena de julio, con el fin de iniciar los ensayos, si todo iba adelante.

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Sin embargo, todo cambió a primeros del mes de julio, días antes del inicio de los ensayos. «Diversos motivos obligaron a un cambio de cantantes, y de hacer dos funciones con 'Il viaggio...' pasaron a ofrecerme hacer cinco con el papel de Norton en 'La cambiale del matrimonio'. Aunque es un papel para bajo, no es un bajo al uso, ya que se encuentra a medio camino entre el bajo con cierto color y el barítono. Así que me lancé y dije que sí».

La apuesta era complicada, sin duda, pero el granadino supo salir de ella airoso, a pesar de que los ensayos fueron algo más que difíciles, y de que era la primera vez que incorporaba a Norton. «Los primeros días especialmente, tras hacernos a todos los oportunos test, estábamos viendo que cantábamos algo cohibidos por la propia situación. Pero con el paso de los días, nos fuimos soltando y volviendo a ser nosotros mismos», afirma.

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Así, tras cantar el mencionado recital con Ainhoa Arteta, en ocho días se tuvo que estudiar la ópera, donde su personaje permanece en escena la mayor parte del tiempo. «Fue un trabajo difícil porque se modificó la fisonomía del teatro para respetar el aforo, se subió la orquesta del foso... Era una producción complicada, pero al final tuvimos cinco llenos y el resultado de las críticas ha sido fantástico, así que estoy muy contento». Ha sido un mes, además, tranquilo en lo sanitario: «La mascarilla no era obligatoria en la calle, y no se había registrado ni un caso en semanas», afirma.

De cara al futuro, como ocurre con el resto del mundo operístico, Pablo Gálvez prefiere contener la respiración. Tras el recital en Santiago de Compostela, se abre una temporada llena de incógnitas, con muchas producciones aplazadas y también con varios proyectos en marcha.

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