Una avería en las venas del Patio de los Leones de la Alhambra

En menos de cuatro horas el problema estaba resuelto gracias a la habilidad de los profesionales y gracias también «al magnífico trabajo de documentación que se realizó durante la gran rehabilitación acometida entre 2002 y 2012», resalta el arquitecto conservador de la Alhambra, Antonio Peral. «Existen datos muy precisos de por dónde discurren todas las tuberías para resolver en poco tiempo cualquier tipo de contingencia».

Y así fue ayer. A las once de la mañana la visita pública estaba completamente normalizada –por el Patio de los Leones pasan todos los días ocho mil visitantes–. Cualquier intervención en este espacio, uno de los principales iconos del patrimonio nacional, está protocolizada. Lo primero fue la detección del punto exacto de la fuga con tecnología de micro cámaras a través de una sonda. Una técnica parecida a la endoscopia que se realiza en los hospitales. Un impresionante viaje por las arterias del Patio. Un chequeo para comprobar, al mismo tiempo, que no hay más pérdidas. «Imagínate todo lo que tendríamos que levantar si no dispusiéramos de toda la información que se recopiló cuando se hizo la obra», asegura Peral.

¿Qué ha sucedido? La explicación está en los propios materiales empleados en su día. Se optó por unas conducciones flexibles de plástico que se valoraron como las convenientes, pero que quince años después han dado fallo sencillamente por mera obsolescencia. El tramo afectado se ha cambiado por otro de goma por el que discurre el caudal de una de las fuentes de suelo situadas en este extremo del Patio. La ductilidad es más efectiva que la rigidez del policloruro de vinilo o del cemento, por ejemplo. Al menos en redes de abastecimiento como esta.

Y es que en el Patio de los Leones, un verdadero tesoro, todo está perfectamente controlado. Por lo pronto, el funcionamiento de la fuente se monitoriza durante las veinticuatro horas del día. A ello se suma la limpieza diaria de cualquier tipo de depósito. No hemos de olvidar que tanto la taza como los leones no son copias. Son los originales que se colocaron entre 1362 y 1391, durante el reinado de uno de los sultanes que más impronta dejaron en la Alhambra, Muhammad V. Existe una réplica exactamente igual en uno de los patios del Edificio de Nuevos Museos de la Alhambra, pero nunca llegó a instalarse. En este clon se puede observar el entramado de cañerías que hay debajo.

Durante los meses más lluviosos, entre diciembre y marzo, las doce esculturas se cubren con una especie de 'pijamas' para evitar que la lluvia se congele en los intersticios del mármol blanco de Macael con el que fueron fabricadas.

También existe una supervisión constante de los morteros de cal y de cualquier deterioro de los elementos decorativos. En estos momentos se está avanzando en el proceso de licitación para la restauración de las columnas desde la base hasta el friso de las maderas y también de las yeserías. Un proyecto de gran envergadura que se realizará por fases –se prolongará durante varios años– a fin de que los turistas puedan seguir disfrutando del Patio de losLeones en todo su esplendor.

Y es que la Alhambra, como sucede con todos los edificios erigidos en piedra, sufre la incidencia de los elementos. Fundamentalmente el clima y también la acción directa e indirecta de los propios humanos. La directa relacionada con esas ocho mil almas que la recorren a diario –el número de entradas está limitado– y la indirecta por agentes como la contaminación atmosférica. Aunque la Alhambra esté alejada de las grandes concentraciones de tráfico rodado de Granada, algo también se lleva.

El esquema estructural del Palacio de los Leones responde al de la tradicional vivienda hispano-musulmana. Es decir, en torno a un patio central a cielo abierto que sirve de eje a la vida familiar se distribuyen las habitaciones polivalentes, con planta baja y al menos una planta superior o algorfa.

El Patio adopta un esquema de crucero, con fuente central, del que se encuentran precedentes y consecuentes tanto en la España musulmana como en el resto del mundo islámico. La perfección proporcional y visual que añade al patio la arquería corrida en todo su perímetro, lo ha convertido en uno de los ejemplos arquitectónicos más universales y admirados.