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Israel Corral subido en uno de sus tanques, un FV432 británico que atesora en una nave industrial en Albolote. FERMÍN RODRÍGUEZ

Tanques de película ocultos en Granada con una única misión: proteger la Historia

Israel Corral tiene una colección privada de militaria valorada en más de 200.000 euros en la que hay grandes vehículos bélicos, 300 uniformes históricos, armamento y cuidadas réplicas construidas por él mismo

Domingo, 29 de diciembre 2019, 00:58

La nave industrial pasaría desapercibida de no ser porque hay un tanque en la puerta, un Trubia A4, el primer tanque que se ... fabricó en España. Dentro, Israel Corral se mueve con soltura, como un soldado diestro en mitad de un caótico desembarco de Normandía. El resto, los no iniciados, se saben apuntados por decenas de mirillas de todos los tamaños, como Butch Cassidy y Sundance Kid antes de enfrentarse al tiroteo final. Esto no es Hollywood, es el polígono de Juncaril, en Albolote. Pero aquí hay historias. Historias de verdad. Un auténtico amor por la Historia.

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Vídeo.

Y esta historia arranca en 1990 con un niño que acude puntual al quiosco, a primeros de mes, en busca de colecciones como 'El mundo en guerra', 'Navíos y Veleros', 'Comandos'... El zagal, lector empedernido de novelas y tebeos de aventuras, observaba entusiasmado las fotos de las revistas: piezas históricas protegidas en museos de todo el mundo. Cinco años después, Juana Mari García Vílchez, su novia de entonces y su esposa de ahora, le enseñó una palabra: 'militaria'. «Que engloba todo lo militar», le explicó. Y en Madrid, añadió, hay mercados callejeros de militaria. «No tardé en ir. Lo primero que compré, con 14 años, fue un gorrito alemán de los 80. Del gorrito pasé al casco, del casco a la chaqueta, al pantalón, a las botas, al correaje, a las armas... Y un día, de repente, estás en lo alto de tu tanque».

Corral, con vistas a la nave desde el FV432 FERMÍN RODRÍGUEZ

Israel Corral Jurado (Úbeda, 1979) está en lo alto de uno de los tanques de su colección, un FV432 británico de la guerra de Bosnia y el Golfo; 15.000 kilos de blindado con motor Rolls Royce. «Una pieza estupenda». Desde ahí arriba se ve perfectamente el DAF YA 126, el típico vehículo que llevaría el malo de turno en el Equipo-A; y el camión alemán de la II Guerra Mundial, un Mercedes que se trajo de Bélgica; y el jeep Willys americano, del 42, que al terminar la guerra se lo quedó el ejército francés hasta 1956 y que él terminaría comprando por 12.000 euros; y se ve, claro, el resto de innumerables tesoros que abarrotan la nave industrial; su arsenal de historias.

Prioridad, deber, pasión

Israel llegó a Granada en 1998 para arrancar su carrera militar. Hoy forma parte del Ejército de Tierra, infantería ligera, y trabaja en el gabinete del teniente general del Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC). «Mi prioridad es mi familia. Me debo al ejército. Y este es –rodea la nave con sus brazos– mi hobby, lo que no quita que lo haga de la manera más profesional posible». Además de «las cosas grandes», como él las llama, cuenta con armamento ligero inutilizado y una enorme colección de curiosidades y uniformes militares. Trescientas piezas originales que van de 1850 en adelante: Guerras Carlistas, Primera y Segunda Guerra Mundial, Guerra de Cuba, Marruecos, Alhucemas, Guerra Civil Española, Argelia, Indochina, Vietnam, Corea... «De prácticamente todas las épocas que se te ocurran, conflictos y países».

Ejército de maniquíes, el DAF YA 126 y Corral, dentro del tanque. FERMÍN RODRÍGUEZ

Esta colección, tasada en más de 200.000 euros (hay vehículos valorados en 30.000 y uniformes que puedes encontrar en un mercadillo), es el alma de su gran proyecto: La Fundación Museo Histórico Militar de Granada. Una fundación que nace para divulgar nuestra Historia a través de la militaria. «Tú puedes contar la historia de una manera monótona. O puedes montar una recreación a escala 1:1 con uniformes, armas, mapas y banderas. Eso hace que el público tenga los ojos como platos y el oído atento a lo que estás explicando».

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Exposiciones itinerantes, recreaciones bélicas, viajes a museos, campos de batalla y ciudades históricas; conferencias y clases extraordinarias en colegios; actividades solidarias... La fundación tiene una vocación eminente por la divulgación, por conseguir «sembrar en el público la inquietud por la Historia». Un reto con el que viaja por toda España, cargado de tesoros, aventuras y anécdotas: «A veces, en las exposiciones, la gente valora más el uniforme de la mili del abuelo, que no tiene ningún valor económico, que cualquier otra cosa. A la gente le gusta porque recupera muchos recuerdos». Recuerdos que Israel cuida con mimo. Una vez, por ejemplo, le vendieron un uniforme de soldado de la Guerra Civil y al inspeccionarlo descubrió una nómina que llevaba en el bolsillo cuarenta años. «Busqué por mercados de monedas la cantidad exacta, 120 pesetas con unos cuantos céntimos y una perra gorda. Y ahora, cuando lo expongo, pongo la nómina con el dinero. Me encantan esos detalles».

Construir el pasado

El Trubia, una réplica realizada con un tractor. F. R.

La frustración de un coleccionista es no poder hacerse con alguna pieza bien porque ya no existe, bien porque es extremadamente cara. Por eso, Israel lleva años reconstruyendo el pasado con sus propias manos y, además de conservar y restaurar piezas originales, las crea. «Hago réplicas cuidadas al detalle. Las construyo aquí, en la nave, normalmente por encargo de asociaciones, instituciones públicas o empresas privadas». ¿Recuerdan el Trubia A4 de la entrada, el tanque del principio? Pues es, en realidad, un tractor. O lo era. Porque parece absolutamente real:la pintura, la chapa, los cientos de remaches, los raíles... «Ya no queda ninguno –dice Israel–. Un museo me ha pedido la réplica, para que los visitantes lo vean con sus propios ojos. Aunque no sea original, las réplicas llaman la atención e invitan a indagar. Así se consigue el objetivo de difundir y divulgar nuestra historia». En la nave también hay un Scout Car de la II Guerra Mundial, un vehículo semiblindado construido con un Land Rover para un club de Cádiz. «La recreación ha costado una décima parte de lo que supondría comprar uno original», aclara. Y al fondo, el esqueleto de un tractor que terminará siendo un BT 5, un tanque de la Guerra Civil que se puede encontrar en el mercado ruso por unos 400.000 euros. «Para este me quedan unos cinco o seis meses de trabajo por delante».

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El buen hacer de Israel y su talento para conseguir réplicas tan exactas han generado una onda expansiva que resuena por toda España. «Me llegan todo tipo de peticiones –cuenta, sonriente–. ¿Me puedes fabricar los espárragos de Rommel? ¿Podrías hacernos un búnker para un recreación? ¿Nos ayudas con un decorado? ¿Construyes una garita? No me aburro. Y a mí me encanta». Una vez, incluso, participó en la recreación del asedio de Groenlo, en Holanda, con otras 1.500 personas de toda Europa que interpretaban a los tercios españoles.

«¿El gran sueño? Crear el Museo Histórico Militar de Granada»

Israel Corral

Israel pasea por la nave con la frase de Indiana Jones en la cabeza: «Esto debería estar en un museo». Y no en un museo cualquiera: el Museo Histórico Militar de Granada. «Tengo una colección grande y muy completa. Tengo los conocimientos. Pero no tengo la capacidad de poner un local que sirviera para mostrarlos de manera permanente, me sería imposible». El granadino –de adopción– tiene un proyecto redactado que está moviendo entre las instituciones granadinas. «Le quiero dar un impulso al proyecto en 2020. No sé si lo conseguiré, es el cuento de la lechera. Me gustaría convencer a Ayuntamiento, Diputación y Universidad. Creo que en Granada encantaría... Imagina un museo en el que te pudieran contar toda la historia de la reconquista española, o una recreación exacta del palacio de Carlos V. Son maneras muy sencillas y atractivas de contar la historia. Mi colección, por su variedad y su cronología es fácil de disfrutar. Es colorida. Es muy divertida».

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No es un sueño tan imposible. «Tenía algo medio hablado... –advierte– En el parking del Triunfo encontraron los subterráneos de la antigua Plaza de Toros. Eso se lo quedó el Ayuntamiento de Granada y, cuando les conté la idea, se interesaron en la posibilidad de convertir la primera planta en el museo. Sería bestial».

«¿Quieres que arranquemos alguno de los vehículos?»

Paseando por la nave, Israel se golpea el pie con un pequeño coche de juguete, un correpasillos blanco que estaba camuflado entre los tanques. «Es de mi hijo. Mi auténtico gran tesoro, Máximo», dice orgulloso mientras asiente con la cabeza a la pregunta que ni siquiera llega a pronunciarse en voz alta. Sí, Máximo, como el de 'Gladiator'. «¿Quieres que arranquemos alguno de los vehículos?», pregunta antes de salir. El motor ruge como un dragón y él, divertido, se despide con las manos al volante y el gesto de Hannibal Smith: «¡Me encanta que los planes salgan bien!». Ya sabe, si tiene usted algún problema y se lo encuentra, quizás pueda contratarlo.

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El Mercedes de 'Valikiria'. En la galería, una recopilación de imágenes de las actividades de la Fundación por toda España F. R.

El camión de Tom Cruise, el coche de Demi Moore y el Doctor Jones

Escena de la película Valkiria.

En 'Valkiria' (Bryan Singer, 2008) se usaron tres camiones alemanes de la II Guerra Mundial. Auténticos. Salen al final de la película, entrando en la plaza donde se está formando el batallón de protección al que intenta acceder Tom Cruise. Pues uno de esos está aquí, en Granada, en la nave de Israel Corral. «Al terminar el rodaje lo subastaron y lo compró un grupo de recreación histórica de Bélgica. De allí se fue a Inglaterra. Luego lo compró un conocido de Fuengirola. Y hace unos años se lo compré yo a él. Es una gozada de camión». ¿Y el DAF YA 126? Efectivamente es el típico coche que usan los malos en películas y series. El suyo en concreto lo pueden ver con Demi Moore en 'La teniente O'Neil' (Ridley Scott, 1997).

Porque si la militaria apasiona a Corral, el cine y la televisión no es para menos. De hecho, desde su Fundación Museo Histórico Militar de Granada ofrece todo su arsenal de reliquias y de réplicas para rodajes, así como su asesoramiento experto y, por supuesto, su servicio para construir lo que haga falta. Ahora mismo está enfrascado en un proyecto con el actor y director Jaime Ordóñez (habitual compañero de José Mota; le han visto en 'El Bar' o 'Las brujas de Zugarramurdi', entre otras muchas): «Me pidió que le ayudara con una comedia que está rodando en Málaga sobre las películas y las series bélicas de los 80. Y lo estamos pasando muy bien».

El coleccionismo y su profundo conocimiento de la Historia ha generado, además, un nexo con áreas que, a priori, podrían parecer alejadas. Para el 30 aniversario del rodaje de Indiana Jones en Guadix preparó una motocicleta con sidecar, transformó a un compañero del cuartel en Sean Connery y él, claro, interpretó al mismísimo arqueólogo. Ha convertido tanques en armamento del ejército de Hydra para una exposición sobre el Capitán América, de Marvel. Ha construido el carrusel del payaso de 'It'. Una vez construyó un AT-AT para una muestra de 'La Guerra de las Galaxias'... «Lo que pasa es que la militaria y el cine están muy unidos. Cuando los coleccionistas vemos 'Star Wars' nos fijamos en que los soldados llevan el correaje mills, la ametralladora sterling, el casco... Todo está mezclado. El coleccionismo de militaria te ayuda a participar en el mundo del cine y la televisión».

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