García Asensio dirige ante un alumno y los miembros del Coro de Ópera de Granada. PEPE MARÍN

Aprendices de maestros en el podio

García Asensio enseña en Granada. Doce alumnos se dieron cita en el Falla con el Coro de Ópera de Granada para aprender cómo dirigir la parte vocal de un concierto

Viernes, 19 de febrero 2021, 01:54

Es media tarde en el Auditorio Manuel de Falla, y las luces se van encendiendo poco a poco. Bajo ellas, Enrique García Asensio (Valencia, 1937), ... uno de los directores de orquesta que han hecho historia de la música en España, pionero en la difusión de esta en televisión con el programa 'El mundo de la música', emitido por TVE –entonces, la única– entre 1976 y 1980. Entonces, a los jóvenes participantes –era un programa infantil y juvenil– les regalaba una batuta. Ahora, rebusca en su batutero una para que la use el primero de los alumnos que sube al podio. Se le ha olvidado. «Imperdonable. Pero tengo para todos», dice con un deje de humor.

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García Asensio participó en el Curso de Dirección de Orquesta que se celebró de forma paralela a la Guadix Clásica, y que en esta última edición, con la colaboración del Coro de Ópera de Granada, culminó en un concierto donde se interpreta el 'Réquiem' de Fauré. «Granada es como mi casa. He dirigido en el Festival a la Orquesta de la RTVEy la Orquesta Nacional muchas veces. Y este auditorio Falla me trae muy buenos recuerdos», afirma el veterano director.

No es la primera vez que el valenciano comparte su sabiduría con los futuros directores, llegados tanto de Granada como de otras provincias. Pero es la primera vez que su magisterio se ha centrado en una obra coral. «Nuestro objetivo es que quienes aspiran a dirigir una orquesta sepan también hacerlo con el coro al unísono», comenta. Porque, aunque parezca que los coros a veces andan 'solos' y que el director debe centrarse en los músicos, nada más lejos de la realidad. «Las dificultades son muchas, pero quizá la más importante sea el asunto de los textos», asegura. «Hay obras en alemán, en italiano, inglés incluso en latín, y hay letras, como las 't', las 'm' o las 'n' finales, que requieren un cierto esfuerzo para que el coro no parezca un nido de ametralladoras», dice.

Por las características y la duración del curso, quienes han acudido a él son ya personas de cierta trayectoria, permeables a la técnica de Celibidache, en la que García Asensio basa su método, «aunque he completado mucho las enseñanzas del maestro». De sus pupilos, destaca su vocación y una capacidad que les ha llevado, en muchos casos, a dirigir en bandas y agrupaciones musicales de fuste.

Sobre el uso o no de la batuta, algo que ocupa no pocas conversaciones entre los aficionados, García Asensio es esencialmente práctico: «Cuando conocí a Lorin Maazel, y ambos andábamos en la veintena, dirigía sin batuta. Pero cuando le hicieron director de la Ópera de Berlín, los cantantes empezaron a negarse a cantar si no la llevaba. Para dirigir ópera pienso que es fundamental, porque si no, no se le ve bien. La batuta es la prolongación del brazo, y magnifica el gesto para que quien está trabajando a decenas de metros de ti sepa lo que quieres».

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Ilusión

Guillermo García, granadino de Alfacar, era quizá el único neófito con el maestro García Asensio. Toca la tuba, pero desde que se inició en la música, con nueve años, ha querido ser director de orquesta. «Llevo dos años preparándome en firme, y tener la oportunidad de aprender con el maestro es algo estupendo». Su espejo más próximo es el director de la Banda Municipal de Granada, Ángel López Carreño. Quisiera que su trayectoria en el podio estuviera marcada por el descubrimiento y la puesta en valor de nuevas obras, más que por dirigir el canon, algo que por otra parte le encantaría. Confía en formar parte de una generación que, a pesar de la dureza que supone dedicarse profesionalmente a la música, sean capaces de transmitir energía y buenas vibraciones al público. «Cuento con el apoyo de mi familia, y espero que este sueño se haga realidad», afirma.

Frente a García Asensio y los aspirantes a director, estuvo el Coro de Ópera de Granada. Su directora artística, Carmen Checa, destaca la importancia de cursos como este: «Nos sentimos parte de un proyecto novedoso, porque rara vez los directores tienen la oportunidad de enfrentarse a orquesta y coro para practicar. Hemos aprendido mucho de García Asensio; tiene una técnica impecable. Al final, nosotros, como cualquier coro, funcionamos según la calidad de quien tenemos enfrente, y con él, es imposible perderse». Checa agradeció la oportunidad de estar en Guadix Clásica «en un año en que nuestros proyectos se han visto afectados por la pandemia. Agradecemos a Ricardo Espigares la oportunidad de participar en este prestigioso ciclo, y estamos seguros de que este 2021 será un año de crecimiento para nosotros. Ilusión y ganas no nos faltan».

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