Amparanoia inaugura la primaveral serie de conciertos de los Momentos Alhambra

Como si fuera la primera vez, todos, público, músicos, técnicos etc. estaban emocionados por volver a iniciar el ritual. En el caso de los espectadores agotaron en 48 horas las entradas. Aunque con un aforo limitadísimo y gente en la puerta sin poder entrar, estaría bien que los 'invitados' que no acudan lo comunicaran a tiempo, por respeto a los que sí quieren estar.

Amparo ha resumido a la banda a un formato portátil, el que cabe en un coche, con su habitual Willy Fuego en la guitarra y segunda voz, y el ardiente percusionista Xarate, tanto que el cubano/marroquí tenía un ventilador propio en su set para airearse. Y falta le hizo, porque el calor del mediodía en el Carmen de los Mártires convirtió los folletos publicitarios de la cervecera en improvisados sombreros y abanicos a compás. Para el próximo, junto al dispensador de gel alcohólico, otro de Aftersun. Los más previsores se llevaron sus propios 'panamás', y bebidas, muy apropiadamente de la marca patrocinadora, todo un detalle.

La reducción triangular de la orquesta de Amparo –de hasta diez miembros– comprime su exuberante sonido a la esencia más natural. Con sabor a madera, y fronterizo en su inspiración; cruzando sin visado las iberoaméricanas, de cuyos ritmos populares se nutre la alcalaína; por cierto que con una voz ligeramente rozada que añadía un plus de veracidad a lo cantado. Cancionero en el que los recientes temas de Himnosis Colectiva engranan perfectamente con su repertorio tradicional. Material tan reflexivo por momentos –ella tiene publicado un libro de 'exoayuda'– como siempre festivo, aunque hubiese que bailar en la misma silla, poniendo a prueba su calidad, y corear con la sordina de la mascarilla. Impecable el público sin moverse de sus sitios.

Amparo usó la guitarra (¡la azul decorada en México se la 'desaparecieron' Ay!), y también el juguetón ukelele, mientras que Fuego matizaba el detalle fino, con arreglos preciosistas en 'Seguiré caminando' o 'el wah-wah en el reggae Ven', por ejemplo. El calor aceleró el final del programa, donde no faltó un recuerdo a Colombia: «no estáis solos, el mundo os está mirando». Momentos Alhambra sigue, la música ha vuelto.