Amancio Prada vuelve a Granada para cantar a San Juan de la Cruz
El leonés trajo el 'Cántico Espiritual' a un teatro rendido a su voz y su palabra, en un recital homenaje al funcionario Jesús Fernández
De nuevo, Amancio Prada. Y de nuevo, en el Festival Internacional de la Guitarra, el cual debería instituir ya un día dedicado a su figura, ... ya que su presencia se ha convertido en una bendita costumbre. Su melena leonina y blanca volvió a iluminarse bajo el solitario foco, y su voz –un milagro, después de tantos años– y su guitarra, volvieron a obrar ese pequeño milagro que sus seguidores fieles tanto aprecian. Esta vez, además, en recuerdo de Jesús Fernández, quien fuera jefe del Área de Cultura del Ayuntamiento durante décadas, fallecido prematuramente en diciembre del pasado año.
Publicidad
Y hablando de milagros, el concierto de anoche estaba dedicado a uno de los santos más importantes de la Iglesia, san Juan de la Cruz, con una vinculación tan estrecha con Granada, transido de amor en aquel convento de los Mártires. El de anoche, aunque anunciado con el reclamo del doctor de la Iglesia, tuvo una primera parada en los versos del hindú Rabindranath Tagore, que sirvió para introducir las palabras del 'Cántico Espiritual', comenzado a escribir en una Navidad de 1577 tras un secuestro fratricida, perpetrado a vueltas con la reforma de la institución carmelita. Una fuga de película, descolgándose con una manta por una ventana, supuso el punto de partida real de esta magna obra, como recordó Prada.
Llama de amor viva
Tras la introducción y la anécdota, llegó 'Llama de amor viva', ya escrito en Granada: «¡Oh llama de amor viva, que tiernamente hieres de mi alma en el más profundo centro! Pues ya no eres esquiva, acaba ya si quieres; rompe la tela de este dulce encuentro...». Un ejemplo claro de la revolución que en el santo produjo la cercanía con el Creador, con figuras como las lámparas ardientes, las profundas cavernas, el calor y la luz como metáforas que muestran la eterna dualidad de la luz y la oscuridad que acechan a todo mortal. El leonés estuvo muy cómodo, con su guitarra favorita, original de Arcángel Fernández, discípulo del gran luthier Marcelo Barbero.
Un dúo de chelos acompañó al cantautor en la interpretación de 'Canciones entre el alma y el esposo', ese largo diálogo de amor que implica a criaturas, rincones y universo en un juego que hoy podría incluso sonrojar a algunos, así que imagínense en el siglo XVI. Muy preciso Prada, muy generoso en el esfuerzo, sin regatear ante un público que aplaudió muy especialmente esta obra, y que la interrumpió en algunos momentos. Y muy a punto los chelistas, en una partitura que Prada interpreta a ritmo cambiante, lo que implica un esfuerzo extra.
Publicidad
Hoy, continúa el Festival con la leyenda de la guitarra Pepe Romero, felizmente 'granadinizado', en un recital en el que, una vez más, dará muestras de su sapiencia. Será a las 21.30 horas, y aún quedan entradas disponibles.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión