'Gustavo', el cómic que satiriza los estereotipos
Tras el gran éxito cosechado con el cómic 'Las aventuras del pequeño Gustavo', sus autores volverán con nuevas y divertidas historias de este entrañable personaje
A. BenÍTEZ
Viernes, 4 de febrero 2022, 22:15
Para ser feliz, dicen que hay que poner en la vida un poco de sentido del humor. Pero, a veces, las circunstancias no acompañan lo ... suficiente. Es aquí donde entra en juego la labor de artistas como los autores del cómic 'Las aventuras del pequeño Gustavo' (Editorial Drakul, 2021), el almeriense Antonio García Fernández, Sr. Curri (guionista) y el jienense afincado en El Ejido Santi Girón (dibujante), quienes este año vuelven a la carga con la publicación de un nuevo volumen con nuevas historietas de este entrañable y divertido personaje .
Pero... ¿Quién es Gustavo? «Gustavo es un niño un poco tonto, es hijo único y tiene unos padres peculiares: su madre tiene un carácter explosivo y su padre dice que trabaja en algo que nadie sabe lo que es y que le obliga a trasnochar y salir de fiesta cada día», explica García, su creador, «Gustavo está enamorado de su prima Macarena y tiene otro primo, que se llama Anthony, que le hace la vida imposible».
La idea del personaje surgió en una terraza de un bar. «Había un hombre hablándole con muy mala educación a una camarera que estaba embarazada porque no le traía rápido una tapa que había pedido, y empecé a pensar en cómo habría sido la infancia de ese tipo para llegar a ser esa persona de mayor», relata García, «aunque, con el tiempo, me he dado cuenta de que puede ser que ese hombre tuviese un mal día y que, en realidad, no fuera tan mala persona como parecía».
García nunca había hecho nada relacionado con los cómics y, como no sabía en qué formato se escribían los guiones, empezó a hacer directamente un 'story-board,' que es un boceto de lo que será el cómic después. «Iba avanzando un poco a ciegas en esta historia y, cuando llevaba 20 páginas o así, le mandé mis viñetas a Santi, que es amigo y es uno de los grandes del cómic de Almería, para ver si iba bien», revela.
El guion se inspira en una tradición de costumbrismo, según García. «Creo que los personajes parten de arquetipos reconocibles y, a partir de ahí, van evolucionando hasta convertirse en algo diferente». Como él mismo indica, las influencias se ven claramente, como «El pequeño Nicolás» de Sempé y Goscinny, «Manolito Gafotas» de Elvira Lindo, «El repelente niño Vicente» de Rafael Azcona, «Celia» de Elena Fortún... Aunque también de series de dibujos animados, como «Los Simpsons», «Padre de familia» o «South park».
Siguiente paso: la ilustración
El libro, de una forma u otra, ya estaba en proceso. «Antonio me enseñó un cómic ya terminado», recuerda este ilustrador. «Yo creí que me iba a pedir que le diera clases de dibujo, y ya estaba pensando en cuánto le iba a cobrar, cuando va y me dice: 'Si lo dibujases tú quedaría mejor'. En fin, que me lo leí y me hizo gracias. Vamos, que me reí bastante… bastante tirando a mucho», revela. Cristina, su mujer, se lo leyó también y le dijo: «Esto del Curri está muy bien, ¿eh?». Así que se dijo: «Igual tienen razón estos dos», y decidió dibujarlo.
Girón ya tenía una forma definida de Gustavo en los dibujos de Antonio: un niño «con un gran cabezón redondo, muy pocos rasgos (solo ojos y boca) y cuatro pelos lacios y lamidos en la cabeza», dice. No tuvo que imaginar demasiado. «Se trataba de crear algo tan sencillo en su forma que cualquier lector pudiese sentirse identificado con él», sostiene, «lo imaginé bastante 'tontico', como que no se enteraba muy bien de lo que pasaba a su alrededor, pero con buen corazón, es decir, más 'tontico' todavía».
La mayoría de los personajes del tebeo son estereotipos, según Girón. «En el cómic se usan muchos estereotipos gráficos», añade, «solo tenía que simplificar al máximo los rasgos y quedarme tan solo con lo fundamental para dibujar un padre 'casposillo', una madre 'cotilla', un primo 'tocapelotas', una prima 'angelical', una tita 'feminista', etcétera».
Aunque el cómic contiene muchos pasajes hilarantes, hay algunos que han causado auténticas carcajadas. «Me he reído mucho con muchas escenas, hay gags para todos los gustos y resulta difícil quedarse con uno», explica Girón, «pero, si he de mencionar alguna en particular, diría que la escena en que le ponen a Gustavico el mote de 'Gustavico el peo' es una de mis favoritas. ¿Quién no ha hecho tonterías de ese calibre en el colegio?».
Un duro proceso creativo
«La verdad es que el 'Gustavico' nos ha traído muchas alegrías», asegura García, «para mí, sobre todo, pasar muchos ratos con Santi, que es un tío muy divertido y con el que siempre se pasa bien». Otro momento también importante fue cuando consiguieron un acuerdo con la editorial de la Universidad de Almería y, posteriormente, con la editorial Drakul para que publicaran y distribuyeran el cómic a nivel nacional. «A ambas editoriales y, sobre todo, a Miguel Gallego de Edual y a Javier Ortiz de editorial Drakul, les estaremos eternamente agradecidos», apunta este joven autor almeriense. Otra cosa genial para ellos ha sido la reacción de la gente que lo ha leído. «Es algo muy chulo cuando, gente que no conoces, te manda un mensaje por redes sociales para decirte que ha pasado un rato muy bueno leyendo el 'Gustavico'».
Algo que no dejan de señalarles algunos padres, es que «se lo llevaron a casa para ellos, porque les hacía mucha gracia, pero que sus hijos de 10 años, aunque no entienden bien todos los chistes, porque algunas bromas son para un público de más edad, lo leen y lo releen, porque se parten de risa, sobre todo con el personaje de Cervecita, el gato del pequeño Gustavo», comenta García divertido.
Por otra parte, han salido bastantes críticas y, de momento, todas han sido muy buenas, según ellos mismos dicen, e incluso les han incluido en una web especializada, Heraldo de Galactus, como uno de los 33 mejores cómics nacionales de 2021.
Pero no todo el campo ha sido orégano, porque tuvieron dos intentos de hacer el cómic. «La primera vez trabajamos unas 30 páginas y lo dejamos, porque Santi dibujaba los personajes y los fondos muy bien, como él dibuja, que es un profesional, pero precisamente por eso, porque estaba todo muy bien dibujado, la historia dejaba de tener parte de gracia», asevera García, «así que lo dejamos un tiempo, y yo diría que ese fue un momento amargo, porque parecía que el proyecto se quedaría ahí». Pero, al tiempo, volvieron a verse. «Convencí a Santi para que dibujara mal, como si fuera un niño pequeño, que es como yo hacía los bocetos, y el proyecto arrancó», asegura con gran satisfacción.
Segundas partes... ¡mejores!
El éxito obtenido con el libro, les ha animado a gestar una secuela, que bien podría convertirse en una serie en el futuro. Esta segunda parte, aunque está prácticamente terminada, aún necesita algunos retoques.
Según explica Girón, «el estilo gráfico de este tebeo es muy sencillo y creo que poco va a cambiar a ese respecto», dice en referencia al nuevo volumen, en preparación, «también nos gustó bastante cómo quedó el color, así que mantendremos esa paleta de tonos poco saturados».
Mientras que los dibujos del primer álbum están realizados sobre papel, en esta segunda entrega, Girón ha comenzado a trabajar de manera totalmente digital. «Esto me permitirá corregir con más agilidad y precisión y espero que eso mejore la calidad del arte final».
El cómic, ¿en alza?
Por la cantidad de publicaciones que están apareciendo, podría decirse que el cómic está en auge. «Tal vez», opina Girón, «hay muchas novedades, mucha producción editorial». Para él, el cómic ha dejado de ser «esa cosa para críos» y ahora es fácil ver «a cualquier 'gafapasta' que se precie con una novela gráfica bajo el brazo». Pero es raro, asegura, que un nuevo título venda más de mil o mil quinientos ejemplares.
«Para los autores, la cosa ha cambiado poco desde la crisis de los noventa», asevera, «las ventas de cómics realizados por autores españoles en España siguen siendo insuficientes para que se pueda contar con un sueldo digno». Según apunta, «la mayoría de los dibujantes de cómics nacionales tienen que vender su obra en el extranjero si quieren vivir de esto, y de los guionistas, ya ni hablamos».
Lo que sí tiene claro Antonio García, es que, si Gustavo existiera, se pensaría dos veces si podría ser su amigo. «No sé yo... Jeje. Bueno, seguramente sí, porque es un chaval muy noble con buen fondo, pero no sé yo...», concluye, no sin cierto tono irónico, que despeja, a fin de cuentas, toda duda.
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