La fotografía andaluza de hoy se reivindica en 21 miradas

La fotografía más reciente recoge el testigo de los lienzos de Eugenio Chicano que hace menos de un año inauguraron y dieron nombre a la sala temporal de la Aduana. Producida por el Centro Andaluz de la Fotografía y comisariada por el escritor y crítico de arte Juan Manuel Bonet, la muestra toma su nombre del libro del poeta sevillano Rafael Lasso de la Vega. La 'Galería de espejos', de historias que se encadenan, es el hilo conductor de una propuesta donde se reflejan la memoria y las inquietudes de los autores andaluces. Y cobra especial protagonismo en la obra de Manuel Muñoz, que a través de los espejos conecta su Córdoba natal con La Habana.

Es un viaje en dos sentidos. Por un lado hacia el interior, hacia historias íntimas y cercanas. Como el dramático retrato del luto y la viudedad que firma la malagueña Virginia Rota ('La pena negra') con unas instantáneas acompañadas de textos que remiten a la estética lorquiana. O la personal propuesta de la onubense María Clauss, que indaga en el pasado espía de su abuelo durante la Segunda Guerra Mundial en una serie fotográfica sobre la llamada 'Operación carne picada'. Y también la elección de Antonia Moreno, que captura sus raíces en Arcos de la Frontera en 'De dónde vienen los dioses'.

Y, por otro lado, hacia el exterior, hacia un paisaje y paisanaje que impacta a quien lo contempla. La malagueña Laura Brinkmann expone aquí unas pocas 'páginas' de su diario de viaje por África, imágenes de Burkina Faso y Ghana que tomó acompañadas de notas, vídeos y sonidos de esos instantes. Hasta la fría Suecia traslada Erika Pardo Skoug, malagueña de padre y sueca de madre, con sus nórdicos paisajes nevados cargados de cierta melancolía, que según aprecia Bonet remiten a la pintura de una especie de «Hopper escandinavo». Islandia, Cabo de Gata y Fuerteventura son las paradas fotográficas de José María Mellado, con un toque pictórico y un aire metafísico. Pablo Castilla acerca a la Costa Tropical la tradición de la fotografía norteamericana de carretera, un trabajo premiado por Fotolibro<40.

Están también la Roma de José Guerrero o el París de Claudia Ihrek, con instantáneas que se alejan de las clásicas postales turísticas de las ciudades. Y precisamente a quienes hicieron de eso su oficio, a los antiguos postaleros del XIX y principios del XX, rinde homenaje la obra de José Muñoz, reinterpretando esas imágenes de la Alhambra o la Alcazaba en clave actual. Las referencias al pasado reaparecen en Fran Bascuñana, que con su objetivo capta lo que queda de la casa de Jesús de Perceval, pintor, escritor y fundador del Movimiento Indaliano. Memoria y actualidad se hibridan en Manolo Espaliú, que captura la Irán de hoy siguiendo con su cámara los pasos que dio en el siglo XVII el diplomático García de Silva y Figueroa, el primer occidental en identificar las ruinas de Persépolis.

En 'Galerías de espejos' se miran también las preocupaciones de los autores contemporáneos. Mar Martín sigue el rastro de los residuos nucleares a través de viejas centrales desmanteladas del Berlín del Este con capturas como la del botón que desactiva manualmente el reactor nuclear.

El impacto de la pandemia es el motor de la obra de Aitor Lara para National Geographic Society de la que aquí se muestran tres tomas: una de ellas, una misa en la calle en pleno confinamiento. Y la pasión por la ornitología está detrás de las piezas de Juan del Junco: al mismo tiempo que observaba a las aves, tomaba fotos. Capturas que luego presenta enmarcadas y con pies de foto a modo de libro de ornitología de los años 70. En los animales también se detiene la cámara de Camino Laguillo, que inmortaliza a los monos de Gibraltar.

Y hay más. La fotografía errante y caminante de Pablo López; la post surrealista y fantástica que compone Lola Guerrera; el diario íntimo de Elo Vázquez que difunde en la red; y las vistas aéreas de las marismas andaluzas de Héctor Garrido con las que arrancaba la película 'La isla mínima' de Alberto Rodríguez. En total, 21 nombres con más de 60 piezas que, como resaltó la delegada de Cultura Carmen Casero, «ponen en valor» un arte menos difundido de lo que debiera.