El documental 'Manuel Falces. Inventario de espejos' ve la luz en Fical

Ayer, esa deuda se iba a saldar en un escenario idílico como lo es el Festival Internacional de Cine de Almería, Fical, y, más concretamente, en el Patio de Luces de Diputación, casi como pequeño homenaje a la luz que siempre supo captar en sus instantáneas el que fue un fotógrafo revolucionario y una figura esencial para la gestión cultural.

Allí se encontraba Mouriño, evidentemente, pero no podía faltar otra figura imprescindible en el relato de la historia de Falces: Matilde Sánchez Imberlón, quien fue su compañera de vida, pero también compañera en su obra tanto delante como detrás de las cámaras. Sin ella y su labor por mantener viva la difusión de su imagen mediante la Fundación Manuel Falces, que también ha aportado la mayor parte del archivo fotográfico del documental, habría sido imposible. Este vería finalmente la luz más tarde en el Teatro Apolo.

«Espero que sirva para acercar su figura a generaciones intermedias que todavía no conocen su obra», explicó ayer Matilde Sánchez durante la rueda de prensa. «La Fundación se creó para eso, para que el paso del tiempo no la haga caer en el olvido, porque todavía hoy vemos sus trabajos y son de una vanguardia absoluta», trasladó.

Mouriño consideró que, «como dice Gervasio Sánchez en el documental, lo de Manuel Falces es un caso inaudito en la fotografía española. Es una obra llena de frescura y vanguardia y que al final hace que el tiempo haya dado la razón a Falces. Es difícil caer en el olvido cuando su propia creación crea un discurso que se adapta incluso a la evolución de nuestros tiempos».

Entre los testimonios que se recogen en el documental se encuentran destacados personajes y autores de la fotografía, alguno de ellos Premio Nacional, como Ricardo Martín, Pablo Juliá, los citados Matilde Sánchez y Gervasio Sánchez, Carmen Vizcaíno, Juan Carlos Asián, Ramón de Torres, Juan Manuel Castro, Josep María Monzó o también otros testimonios que destacan la defensa que hizo de la fotografía a través de la prensa, donde firmó más de seiscientos artículos, críticas o reportajes didácticos.

Otra de las claves menos conocidas que desvela el documental es «su aportación al campo de las artes audiovisuales, con ejercicios de experimentación cinematográfica, que después tiene su aplicación en el corpus de su obra que es extensísima», aseguró Mouriño. «Es difícil abrazar todo el campo artístico que representa, por lo que el documental ofrece esos destellos que invitan a querer conocer más». El director también recordó y pidió el mismo reconocimiento para Matilde Sánchez, «ya que su obra dialoga también con la de Falces».

En definitiva, el documental representa una aproximación a esta figura irrepetible a través de un nutrido fondo documental que da cuenta de toda una vida dedicada a la fotografía; de las propias imágenes de Falces, de su poesía y de la poesía de su admirado amigo José Ángel Valente; de los motivos, historias y ensoñaciones que su discurso fotográfico encierra.