Adelina Patti, 'La Diva' cuya voz no dejó memorias, sino un legado
La escritora Reyes Monforte presentó en el Aula de Cultura de IDEAL su última obra: 'La Diva'
David Roth
Almería
Jueves, 22 de mayo 2025, 23:58
Con el patrocinio de la Fundación Unicaja, el Aula de Cultura de IDEAL Almería celebró un nuevo encuentro literario en el Centro Cultural Fundación Unicaja del Paseo de Almería. La protagonista fue Reyes Monforte, que presentó su última novela, La Diva, una obra que recupera la apasionante vida de Adelina Patti, una de las figuras más fascinantes, extravagantes y poderosas del siglo XIX.
La escritora madrileña, con una trayectoria consagrada en medios como la radio, la televisión y la literatura, se sumergió en la historia de la primera gran estrella global de la ópera. Lo hizo, como explicó durante la presentación, casi por accidente: «Estaba de vacaciones en Reino Unido, en Gales, y al entrar en una cafetería, la dueña, al saber que era española, me dijo: 'Entonces querrá visitar el castillo de Adelina Patti, la gran diva de la ópera que nació en Madrid'. Pensé que estaba confundida, pero me acerqué al castillo y descubrí una historia de novela, de película. Y dije: esta no se me escapa».
Desde ese instante, Monforte quedó atrapada por una vida repleta de episodios asombrosos. Patti fue una figura inabarcable: la soprano mejor pagada de todos los tiempos (cobraba 5.000 dólares por función, el equivalente a más de medio millón de euros hoy), estrella global en una época en que las mujeres apenas tenían acceso al trabajo remunerado y mito internacional de la ópera antes incluso de que existiera la industria del entretenimiento como tal. Llegó a cantar para Abraham Lincoln, el zar Alejandro II, el emperador Napoleón III o la reina Victoria, con quien mantuvo una amistosa competencia para ver quién poseía más joyas o aparecía en más portadas: «Lo mío tiene más mérito», decía Patti, «porque usted ha heredado un trono, pero yo me he ganado todo desde niña».
De hecho, empezó a cantar a los ocho años y nunca paró. Debutó en el Niblo's Garden de Nueva York con apenas esa edad y asombró al mundo. Durante años, su padre y su cuñado dirigieron su carrera con el temor de que la voz cambiara con la adolescencia. No ocurrió. A los 13 años, su nombre ya encabezaba los carteles por delante de músicos consagrados. A los 18, debutó en el Covent Garden de Londres. Allí, el empresario encargado dudó en pagarle, así que le ofreció cantar tres noches gratis a cambio de una temporada. Patti aceptó, lo cobró igualmente y estuvo allí 20 años.
Además de voz prodigiosa, tuvo visión de negocio. Entendió pronto el poder de su imagen y el valor de su talento. Exigía ser pagada por adelantado —en metálico, cheques o incluso lingotes— por si 'algo ocurría' antes de actuar. Cuando un empresario intentó pagarle solo la mitad, subió al escenario con un solo zapato: «Hasta que no me traiga el otro,no actúo, y Adelina Patti no canta descalza».
Su vida fue un espectáculo más allá del escenario. Fue musa de Galdós, Rossini, Verdi, Dickens, Zola, Tolstói o Sorolla. Inspiró personajes como la diva Carlotta de El Fantasma de la Ópera. Fue niña prodigio, coleccionista de muñecas y pionera del fenómeno fan: miles de personas hacían cola para besar su felpudo, otros se agarraban a su carruaje o trepaban a los balcones de sus hoteles. Fue también precursora de la publicidad moderna, prestando su imagen para productos de belleza, bombones o habanos.
Entre sus muchas excentricidades contaba con un papagayo llamado que gritaba «más dinero» cada vez que entraba un empresario a negociar un contrato. Rechazaba firmar si los lavabos del tren no eran de oro, y obligaba a sus compañeras de reparto a no maquillarse, argumentando que el polvo le dañaba la voz. En realidad, como confesó Monforte entre risas, lo hacía para destacar más entre sus figurantes.
Tanta fama y dinero también generaron controversia. Sufrió un atentado en San Francisco por parte de un hombre que no soportaba que una mujer ganara en dos horas lo que un obrero en diez años. Pero ella nunca se disculpó por su éxito. Fue una figura que rompió moldes y normas. Se casó tres veces, la última con un hombre 27 años menor, desafiando el conservadurismo de la época. Su primer marido, el marqués de Caux, quiso meterla en prisión por adulterio, pero Patti evitó el escándalo pagándole la mitad de su fortuna. Para ella, «la libertad no tenía precio».
En su retiro, vivió en su castillo de Gales, donde construyó un teatro privado aún en uso. Muchos defienden haber visto su fantasma o escuchar su voz. Una niña, contó Monforte, aseguró que antes de una actuación con el colegio ante la que le invadían los nervios, una señora se le acercó y le dijo: «Disfruta en el escenario y sé feliz». Tras la función, la niña no encontró a la mujer, pero sí su retrato en el castillo: era Adelina Patti.
La autora relató que nunca dejó memorias. Cuando un editor acudió al castillo para proponerle escribirlas, ella respondió: «Una diva no deja memorias. Deja un legado». 'La Diva', la novela de Reyes Monforte, recoge ese legado con una mezcla de documentación minuciosa y pulso narrativo. Un homenaje a una mujer que vivió con intensidad, que desafió su tiempo y que, más de un siglo después, sigue fascinando.
El acto fue conducido por el delegado de IDEAL Almería, Miguel Cárceles, y culminó con una firma de ejemplares.
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