Ana Ruiz, en el hall del teatro Isabel la Católica, donde se despedirá y donde tantos éxitos ha cosechado. JORGE PASTOR

El adiós de la dama del flamenco de Granada

Danza ·

Ana Ruiz, la inventora de la flamencoterapia, deja los escenarios de forma profesional después de sesenta años de entrega al baile, «mi forma de expresión»

Jorge Pastor

Granada

Lunes, 2 de mayo 2022, 00:06

Cuando Ana tenía seis años se asomaba con curiosidad por la ventana de la academia que María Luisa Moreno tenía en el Campo del Príncipe, ... una de las más importantes de Granada. «Me encantaba ver bailar a las niñas; yo quería ser una de ellas», recuerda. Y así fue cómo, sin consultar a sus padres, cogió unos zapatos de charol negro con hebilla y se fue al zapatero para que le pusiera un taconcillo. Un año después ya estaba aprendiendo con María Luisa y recorriendo el aula de pared a pared con el punta tacón, punta tacón, punta tacón.

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Ana María ha formado a más de cinco mil alumnas. JORGE PASTOR

Ahora, después de sesenta años entregada en cuerpo y alma a su gran pasión, el flamenco, Ana Ruiz Domínguez, 'la dama del flamenco de Granada', ha tomado la decisión de bajarse de los escenarios, aunque advierte que una cosa es dejar de dedicarse profesionalmente al baile y otra muy distinto abandonarlo por completo. «Esto es mi vida y seguiré vinculada siempre de una u otra manera». Un adiós que celebrará por todo lo alto con una emotiva gala en el teatro Isabel la Católica, el 4 de mayo, donde estará rodeada de cientos de alumnas que han aprendido de ella en estas seis décadas al pie del cañón y por otros grandes flamencos que también han estado junto a ella a lo largo de su trayectoria. Una velada donde no faltarán el arte, las emociones y las lágrimas.

La bailaora instalará su residencia en Valencia. JORGE PASTOR

No será, en cualquier caso, la última vez que Ana Ruiz se suba a las tablas. Será la penúltima. El 19 de junio viajará hasta Cuba para interpretar junto al Ballet Flamenco Lo Ferro una zambra de Granada 'que quitará el sentío'. «Trabajaré con los bailarines durante unos días para llevar hasta Cuba todo el arte de Graná», asegura Ana Ruiz. «Será un gran montaje donde no faltarán proyecciones de fotos y vídeos de Granada para que todos los espectadores disfruten del paisaje y el duende de esta ciudad». Una ciudad de la que también se despedirá a la vuelta de unos meses para instalar su residencia en Valencia. «Echaré de menos sus calles, su paisaje y a toda mi gente», comenta Ana anticipándose a esos sentimientos que están por venir.

«Para mí el flamenco representa la libertad de expresión, la alegría del alma y el corazón en los momentos más tristes»

Y es que Ana Ruiz es una verdadera 'curranta' del flamenco. Este curso, sin ir más lejos, está enseñando en los siete centros cívicos de la capital. «Me pongo el casco, me subo a la motillo, y de acá para allá», espeta. Un ritmo difícil de mantener durante tanto tiempo. ¿Compensa? «Uno de los motivos por los que he tomado la decisión de retirarme es el económico, el arte en general está mal pagado», reconoce. No ha sido sencillo. «Para mí el flamenco representa la libertad de expresión, la alegría del alma y del corazón en los momentos más tristes», confiesa.

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Ana, en el patio de butacas del Isabel la Católica. JORGE PASTOR

Ana se estrenó ante el gran público pasados los veinte años en el Manuel de Falla, haciendo el 'Zorongo gitano', una pieza popular escrita por Federico García Lorca. «Ahí empezó todo, me sentí protagonista y desde entonces no he parado de bailar». Una actividad que durante estos cuarenta años ha compatibilizado con la formación. Ella ha aprendido de grandes maestros como las hermanas Romero, Maite Galán, Mario Maya o Manolote.Y de ella han aprendido unas cinco mil mujeres.

Dentro y fuera de España

«Alumnas que en el noventa y nueve por ciento de los casos solo pueden decir de mí cosas positivas», asegura con orgullo. Y es que Ana Ruiz no solo ha impartido su magisterio en España, sino también en Finlandia, Alemania, México, Italia, Costa Rica y Cuba. Un país, Cuba, con el que tiene una estrechísima relación. Debutó con una selección de alegrías junto al Ballet Español de Cuba en el Gran Teatro de la Habana en 2001, y desde entonces ha cruzado el charco todos los años –lo ha hecho en veintidós ocasiones–. «Allí me siento como en casa», refiere. «Siempre regreso con todas las fuerzas y todas las ganas para continuar».

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Ruiz da clases en los siete centros cívicos de Granada. JORGE PASTOR

Ana Ruiz saltó a la fama por ser la inventora de la flamencoterapia. Todo empezó en el año 2003. «Yo era profesora de flamenco para niños, y un buen día se me encendió la bombilla: ¿por qué no hacerlo también para mayores?», se preguntó –por aquel entonces daba clases en el Aula Permanente de Formación Abierta de la Universidad de Granada–. La respuesta la escribió en un proyecto donde no sólo plasmó sus conocimientos como flamencóloga, sino también sobre Historia del Arte, pilates y quiromasaje, cuatro disciplinas que Ana Ruiz fusionó en la flamencoterapia. «La gente de mayor edad me decía que no era para ellos, una creencia alejada de la realidad».

Con el cartel de su homenaje el 4 de mayo en el Isabel la Católica. JORGE PASTOR

«Sirve para vencer la depresión, para aliviar los dolores, para ganar agilidad, para ejercer la memoria...», señala Ana Ruiz, autora también, junto a Alfredo Arrebola, del libro 'Flamencoterapia, un ensayo de aproximación', que supera los tres mil ejemplares vendidos desde que se publicó en el año 2012.

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Hitos en la historia de una dama que también son hitos en la historia del flamenco en Granada.

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