Pablo López | Cantante

«Actuar en la Alhambra será uno de los días más importantes de mi vida»

–El lanzamiento de 'Quasi' está siendo uno de los grandes hitos de la temporada. ¿Qué aporta este proyecto a su carrera?

–Aporta trayectoria. Seguir caminando. Este proyecto es una radiografía cristalina de cómo soy y eso al final el público te lo compensa. La gente no quiere saber de mí más que mis canciones.

–¿Cómo ha sido trabajar con Raphael en 'Victoria'?

–Está siendo. Raphael no deja pararte en el presente ni para respirar un segundo. Resulta maravilloso trabajar con alguien que es una fuente de enseñanza constante sin pretenderlo. Raphael no da consejos, ni te dice 'haz esto o lo otro'. Simplemente su caminar resulta enriquecedor para los que estamos a su alrededor.

–¿Una gozada trabajar con un mito?

–Más bien una responsabilidad. Y también una presión tremenda porque Raphael es muy exigente consigo mismo y con todos los que tenemos alrededor, que nos obliga a dar una vuelta de tuerca más.

–¿Qué le ofrece a los fans para seguir sorprendiendo?

–Para empezar, no pretendo nada. Simple y llanamente hago canciones. Cada día me doy más cuenta de que el alimento y el motor de todo lo que he hecho son mis canciones. Soy carne de ellas por suerte y por obligación. También intento estar siempre a la altura del momento. Es la única arma que tengo para que haya gente esperándome cuando piso cualquier ciudad.

–Más allá de los valores musicales ¿en qué medida ayuda en la carrera de un artista participar en programas de televisión?

–A mí me ayuda en lo personal. Mi carrera ha ido avanzando con la misma velocidad, pero siempre hacia delante. Nunca ha explotado porque yo saliera en La Voz. La gente te conoce más por la calle, pero una entrada no te la compran por salir en la tele. Trabajar en un medio que no es el tuyo, que es el escenario, te permite vivir la experiencia de conocer artistas a los que admiro de toda la vida y otros nuevos.

–¿Hasta qué punto se implica Pablo López, que empezó tocando en el metro de Londres, con los concursantes de programas como La Voz?

–Yo me implico hasta donde ellos me quieran dejar. Después de bastantes años de experiencia, uno sabe que La Voz no es un sitio a partir del que te formas una carrera. Y los primeros que se dan cuenta son los concursantes. Mi participación en Operación Triunfo fue una época bonita para mí, pero nadie me ha hecho mi carrera.

–Granada siempre fue una gran cantera de talento musical. ¿Qué consejo le daría a los que están empezando?

–Yo, aunque vaya a cumplir diez años de carrera, considero que estoy empezando. Soy el benjamín de los que tengo alrededor. Yo les diría que sean verdad. Que no escuchen tanto el ruido de las redes, sino que sean honestos. Se le pilla muy rápido al mentiroso.

–Usted nunca ha negado su fascinación por los Beatles o Queen, pero también por Serrat o Sabina. ¿Cuál ha sido su último descubrimiento?

–Últimamente escucho mucho a un artista belga que se llama Stromae, que tiene una propuesta maravillosa.

–En el 1001 Noches de la Alhambra usted comparte cartel con Luz Casal, 091, Suede… Sinceramente, hace diez años, ¿veía su nombre junto a verdaderas leyendas de la música?

–No. Literalmente no. Tú me dices esto hace diez años y te hubiera respondido que soñar es gratis. Conozco mucho a Luz. Es una representación de los artistas que me han influido.

–¿Siente vértigo con todo lo que le está pasando?

–Sentí vértigo hace tres o cuatro años con 'Unikornio'. El síndrome de Stendhal por poco no acaba con mi vida por tanta belleza (risas). He aprendido a gestionar el vértigo y saber las cosas que quiero o no quiero hacer.

–¿Cuál es el techo de Pablo López?

–Musicalmente, hasta donde aguanten la energía, la ilusión y las ganas. Personalmente, me gustaría llegar a viejo con salud y con ganas de vivir.

–Sin ánimo de hacer 'spoiler' ¿qué oirán y verán quiénes vayan a su concierto del próximo 16 de septiembre?

–Algo novedoso. Cada vez que ofrezco un concierto es como si conociera a mi pareja por primera vez. Cada concierto tiene su sello. No es lo mismo Vigo que Santander. Los dos son buenos, pero las emociones son distintas. Me encomiendo a la energía y a lo que pase allí ese día.

–Granada es una plaza clásica en sus giras. ¿Conoce la ciudad?

–Conozco Granada más de lo que muchos piensan. Estuve cinco años yendo todas las semanas. La conozco de esquina a esquina. Me da coraje ir a Granada de gira porque es como si fuera a Fuengirola y no me puedo quedar unos días. Por suerte o por desgracia, yo tengo que ir donde me lleva la música. Granada es una plaza fija en mis giras y en las todo el mundo porque es una de las ciudades más importantes de este país.

–Cuénteme ese lugar de Granada donde si tuviera un rato, le gustaría regresar...

–(risas). Hay alguna esquinita sin nombre en el Albaicín donde soñé con Lagartija Nick y Enrique Morente y donde me enamoré. Y digo que no tiene nombre por si me planto allí (risas). Esa esquinita tiene una belleza también propia de un síndrome de Stendhal.

–Ha citado a Lagartija y Morente. ¿Considera que ese Pablo López que venía Granada todas las semanas está influido por artistas de la tierra?

–Sin duda alguna. También Los Planetas y un montón de artistas de Granada. En realidad, estoy influenciadísimo por todo lo que escucho. No tengo ningún prejuicio. De Rocío Jurado a Beethoven, de Camarón a Coldplay.

–¿Qué significa para usted cantar su piano y tocar en la Alhambra?

–No hay palabras para describir lo que significa para mí y para cualquier artista a nivel mundial. Yo creo que probablemente será uno de los días más importantes de mi vida.