«¡Que bote Granada, que bote la Tarasca!»

Muchos valientes se atreven a esperar a La Tarasca al sol en Puerta Real. 38 grados marca el termómetro de la esquina, para que te hagas una idea.

Esto empieza a acabarse. Los saltimbanquis llegan ya a la plaza del Carmen, los Reyes Católicos suben, eso, su calle y la Tarasca está ya casi en Puerta Real.

Cabezones por Mesones

Descansa La Tarasca junto a Simorra. La charanga rodea el paso y toca. Canta Mesones y hasta parece que el dragón, con las fauces abiertas, se suma al coro. ¿Tendrá buena voz? ¿Qué dirá el bicho de este espectáculo que está viviendo Granada hoy?

En el cruce de la calle Hileras hay gente aupada hasta en los escaparates. Están haciendo el agosto los cabezudos con las vejigas aprovechando el numeroso público y la estrechez. A uno le han dado con tantas ganas que le han tirado el móvil.

Entra La Tarasca en una calle Mesones donde no cabe ni un alfiler. El vestido azul le brilla bajo el sol y la chiquillería le grita guapa con sorna. Ella no inmuta el gesto. Es una diva.

«Yo he roto tres», reta El Negrillo a La Vieja en el descanso. La Vieja se mueve y baila mientras bebe agua. El operario no deja el personaje ni cuando descansa. «Vamos, compae», grita a los compañeros. Se lo está pasando en grande.

Mucho mucho público en Mesones y Trinidad, donde La Gitana acaba de romper su quinta vejiga en lo que va de recorrido. Está dando un espectáculo enorme hoy.

El Negrillo se mete entre el público de Capuchinos atizando a todo lo que se mueve. Detrás va El Indio, que hace lo mismo en la esquina de la Romanilla. Un grupo de adolescentes provocan a los personajes: «Dale, dale», les gritan. Buenas fiesta hay aquí.

Isabel, Fernando, Boabdil y Moraima bajan ya para Trinidad. Los Apaches tocan la barbacoa al sol en la Romanilla. Lluvia de vejigas más atrás. La Tarasca deja ya San Jerónimo.

Es en calles estrechas como San Jerónimo o Cárcel Baja donde más luce la procesión. Menos espacio, más sombra y más comodidad para que los niños reciban su ración de golpes de los cabezudos.

Los cabezudos descansan ahora un poco junto a la Catedral. Rostros sudorosos aparecen cuando se quitan las cabezas. Algunos se arrojan la botella de agua encima para soportar las temperaturas. Hace mucho calor.

La Vieja es uno de los personajes más activos. Ante la cafetería Vía Colón simula que no puede andar por los achaques. Se le acerca un chiquillo y se pone a bailar con él. Después echa a correr entre vejigazos levantando un griterío enorme.

Encaran los Reyes Católicos la calle Cárcel Baja y suena la música de Oliver y Benji. Si te lo preguntas, lector, los periodistas también recibimos nuestra ración de vejigazos. La Gitana y Chorrojumo acaban de descargar una fuerte lluvia aquí, en el cruce con Gran Vía. Nadie se libra, como debe ser.

Clavelitos en Gran Vía. Los niños se acercan al dragón y la Tarasca. Todo el mundo canta hasta que irrumpen la Gitana y Paniolla, que despejan la zona a vejigazos

«Va vestida de granadina en el Mayerling», describe un compañero el atuendo de la Tarasca. Aquí la malafollá se destila a todo lo que da...

La música de las charangas se mezclan al pasar frente a los Italianos. Los cabezudos se han tenido que despojar un instante de los adornos para beber agua. Algunos arrojan el líquido al público y se agradece.

Va muy rápida la procesión, con La Tarasca llegando ya casi a Gran Vía.

Hace tanta calor que los niños que esperaban en la plaza del Carmen le están pidiendo a la alcaldesa aire acondicionado.

Los Apaches dan paso a los cabezudos, que empiezan a soltar mandobles a los más pequeños. Hace un enorme calor. Los operarios cargan botellas de agua para aguantar el recorrido.

La charanga Vaso Largo versiona el himno de la ciudad y, detrás, payasos y figuras circenses provocan las primeras voces de los granadinos. Se mueven ya los gigantes.

Mediodía. Calor intenso en la plaza. Los ediles hacen pasillo a los cabezudos, que salen del Ayuntamiento. Suena la música. Empieza la fiesta.

Entran ya los operarios que van a portar a los cabezudos, figuras que antaño representaban a diablillos y hoy retratan a personajes queridos del imaginario granadino. Se les escucha cantar en el patio mientras se preparan. Esto va a comenzar en nada.

A pocos minutos de que inicie la fiesta, la plaza del Carmen no está cerca de estar llena. La calor está haciendo que el público se arremoline bajo los árboles, a la sombra, y quede vacía la zona central, que no tiene cobertura del sol. En mitad del espacio esperan ya la Tarasca y los gigantes que representan a los Reyes Católicos y al rey Boabdil y su esposa, la reina Moraima. Hay muchos chiquillos junto a las imágenes, sentados en el suelo de piedra, esperando a la sombra de las vallas que llegue la hora. Cerca de arremolinan los concejales y la alcaldesa, Marifrán Carazo, muy solicitada por los granadinos para saludarla y fotografiarse con ella.

El estilo de La Tarasca es una de las cosas más comentadas de la fiesta. Varía cada año. En esta ocasión, el vestido ha sido diseñado por Iván Martín. Luce la gigante un traje largo azul claro con largas mangas y volantes. El maquillaje es de Rocío García y los complementos son de Liliam Urquieta.

Buenos días, soy Pablo Rodríguez y hoy te voy a contar la salida de La Tarasca, una procesión originalísima con la que Granada se reencuentra con una tradición de siglos. Así que, querido lector, querida lectora, toma papel y boli que, con IDEAL, no te vas a perder ningún detalle de todo lo que suceda en las próximas dos horas.