Dos ranitas del sureste, Hyla meridionalis fotografiados en la Charca de Suárez de Motril J. E. GÓMEZ

El ocaso de la ranita cantora

La ranita meridional se extingue en doce humedales granadinos | El último censo realizado sobre la presencia de Hyla meridionalis en todo el sureste ibérico confirma la desaparición de la mayoría de sus poblaciones

Martes, 29 de octubre 2019, 18:51

A la caída de la tarde, sobre todo en primavera, un croar largo y penetrante, se expandía entre las aneas y carrizales de charcas, lagunas ... y riberas. Era el canto que una pequeña rana de color verde, de no más de cuatro centímetros de longitud, lanzaba desde las hojas de las aneas y ricinos con la esperanza de atraer a alguna hembra de su especie, Hyla meridionalis, conocida como ranita meridional, ranita cantora y del sureste, ya que se trata de una especie de anfibio que solo habita en el sureste ibérico, aunque hay algunas poblaciones en el norte de África y Canarias. Pero este canto, ya no es fácil de escuchar, ya no es posible deleitarse con los constantes coros de decenas de ranitas cantoras lanzando al viento su llamada nupcial. La ranita del sureste se puede considerar extinta en casi todos los lugares, lagunas, charcas y zonas húmedas, donde aún sobrevivía en la provincia de Granada.

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El único enclave donde la especie se recupera y crecen sus poblaciones es la Charca de Suárez de Motril

Un censo de población de Hyla meridionalis iniciado hace dos años, del que IDEAL ofreció sus primeros datos en febrero de 2019, confirma que la especie ha desaparecido en 12 de los 16 enclaves granadinos donde aún sobrevivía. Este censo, llevado a cabo por 130 voluntarios, asociaciones de defensa de la naturaleza y entidades de las provincias de Granada, Almería y Murcia, con colaboración también de la ciudad de Nador, Ceuta y Canarias, confirma que la especie se encuentra en una situación límite, «se puede decir que estamos ante el ocaso de la ranita del sureste, un grave declive de sus poblaciones que podría contrarrestarse con programas de protección y reintroducción», afirma el biólogo especializado en anfibios, Juan Ramón Fernández Cardenete, que desde la Asociación Herpetológica Granadina ha formado parte de los científicos que han colaborado con este censo.

Los datos finales han sido peores de lo que se esperaba. Las poblaciones de ranita cantora ha desaparecido por completo en el 80 por ciento de sus reductos. Se considera extinta en la laguna de los Arenales, en Albolote, uno de los lugares donde era más fácil verlas, con charcas convertidas en verdaderas aulas universitarias para estudiar vertebrados acuáticos, al igual que los nacimientos del Parrica (Alhama y Ventas de Zafarraya); en la sierra de Madrid (Íllora); el embalse de Colomera,; el entorno del Hervidero; en la Zubia, el río Darro a su paso por el valle de Valparaíso; en tres poblaciones de la vega del río Genil (Santa Fe, Fuentevaqueros y Cúllar Vega); las turberas de Padul ya perdieron la especie Hyla arbórea y ahora tampoco cuentan con Hyla meridionalis, las únicas ranas arborícolas del Mediterráneo. Además, en la costa, se considera extinta en los ríos Verde y Seco de Almuñécar, el humedal de la vega de Salobreña, en charcas de la Herradura y en Carchuna

Las causas de este ocaso continuado se encuentran en la alteración de los ecosistemas donde habita, la desecación de zonas húmedas que se ha llevado a cabo de manera progresiva en las últimas décadas, tanto para la agricultura como por la expansión inmobiliaria; el uso indiscriminado de fertilizantes y vertidos contaminantes en los humedales. Los efectos del cambio climático con un incremento considerable de la acidez de las aguas ha contribuido a este declive.

Vídeo. Escucha el canto de Hyla meridionalis J. E. GÓMEZ

La esperanza en la Charca de Suárez

Aún queda una esperanza de recuperación. El censo ha confirmado también que en algunos enclaves, aunque no ha crecido, se conserva tal y como estaba hace unos años. En concreto, las chacas de Güéjar Sierra, Tocón de Quéntar y Dehesa de los Montes, mantienen sus poblaciones, pero donde realmente se produce un crecimiento de la presencia de ranita cantora es en le Reserva Natural Concertada de la Charca de Suárez de Motril, donde la voz de la ranita cantora es una constante en la primavera, donde es fácil verlas refugiadas entre las aneas, ricinos y tarajes. El censo, que en la costa ha estado coordinado científicamente por Fernando Alcalde, de la Asociación Buxus, ha constatado un crecimiento importante de la especie, que se debe, sobre todo, a la protección de este espacio natural y la labor de cuidado y mantenimiento que se realiza desde el Ayuntamiento de Motril.

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Los responsables de este censo afirman que la extinción de esta especie es inminente en los pocos lugares donde aún sobrevive si no se toman medidas de protección efectivas, que han de pasar por la declaración de especie protegida y la prohibición de usos y actividades que destruyen su hábitat. Sólo así, cuando lleguen las futuras primaveras, podremos disfrutar de los coros nupciales de la ranita cantora.

Hyla meridionalis macho en pleno canto J. E. GÓMEZ

Un año de escuchas de la ranita del sureste

Es una mancha verde y marrón, a veces dorada y azul, que se mantiene muy quieta entre las hojas de las aneas y los vértices de las ramas de los tarajes. Aunque se le observa sobre arbustos y vegetación de cierta altura es un anfibio, una pequeña rana conocida como ranita meridional o ranita del sureste (Hyla meridionalis) que está calificada como vulnerable a la extinción y que posee en el sureste mediterráneo y algunos puntos del norte de África sus últimos reductos, el más significativo y donde la especie parece recuperar sus poblaciones es la Charca de Suárez de Motril, donde ahora, en invierno, es posible observarla con una cierta facilidad si se presta atención a las variaciones de color de las hojas de las aneas.

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