La Junta apuesta por la colaboración público-privada en su nueva planificación industrial

Esta nueva planificación política tendrá como horizonte para sus actuaciones el año 2030, ya que desde el departamento que dirige Rogelio Velasco saben que estas políticas no pueden ser cocortoplacistas, aunque sí se prevé el impulso de medidas más inmediatas para ir abriendo camino en este complejo objetivo. «Para que el tejido industrial prospere se tienen que diseñar políticas adecuadas y ser perseverantes y pacientes para esperar resultados a medio y largo plazo, en un periodo de más allá de cinco años», aseguró a este diario el consejero responsable de Economía, Rogelio Velasco.

La nueva estrategia pondrá en marcha un primer plan de fomento para su aplicación en esta misma legislatura que conjugará iniciativas públicas y privadas, un plan que tendrá su continuidad con nuevas propuestas y formulaciones para 2025 y 2030, respectivamente, y que buscarán reforzar la solvencia de las empresas industriales ya instaladas y la consolidación de las que se pretenden captar en el futuro.

La Consejería de Transformación Económica ya está trabajando con los principales agentes del sector para definir ese primer plan de acción hasta 2022, concentrando ahora todas sus labores en el análisis de una treintena de cadenas de valor industriales para identificar las mejores oportunidades de futuro en el sector, que giran en torno a la transformación digital y el avance tecnológico, junto a la economía verde y las energías renovables. Los principales proyectos tractores han sido ya incluidos en las 151 iniciativas que la Junta presentará al Estado para aspirar a los recursos de los fondos europeos 'Next Generation', con una inversión estimada que supera los 35.000 millones, toda una oportunidad para el despegue de este nuevo modelo que pretende pivotar sobre el fomento de la neutralidad climática y el liderazgo digital.

La debilidad industrial de Andalucía la hace especialmente vulnerable ante coyunturas críticas como la provocada por la actual pandemia, según sostiene la Consejería de Transformación Económica, con déficits estructurales como su elevada tasa de paro y la baja renta per cápita, fruto en gran medida por el bajo nivel de industrialización con un tejido formado actualmente por 33.560 empresas, el 16,8% del total de las existentes a nivel nacional. Además, la situación de partida de Andalucía para este anhelado desarrollo industrial es igualmente deficitaria. El año pasado la industria solo aportó el 10,9% del Valor Añadido Bruto frente al 15,7% en España o el 18,7% en Europa. Asimismo, en 2019 el porcentaje de empleo vinculado a la industria fue de un 9,4%, muy inferior a la media nacional (14%) y de Europa (17,3%). El desafío de esta nueva política industrial a corto plazo es atacar precisamente estos déficits y acortar la distancia entre el PIB industrial andaluz y el de la media nacional y europea para aspirar a revitalizar la economía de la región.

La nueva política buscará la diferenciación de Andalucía como región industrial aprovechando sus recursos naturales y prevé además desplegar un eficaz seguimiento de las medidas que se pongan en marcha, propiciando la conexión de los diferentes actores para fomentar sinergias que consoliden su actividad. Asimismo, se propone tejer un ecosistema habilitador que sea capaz de dar soporte y acompañamiento al crecimiento de la industria para fijar así su actividad en el territorio.

La nueva estrategia incidirá en seguir avanzando en la simplificación y eliminación de trabas administrativas innecesarias que ya ha iniciado el Gobierno andaluz, ya que se considera muy importante seguir revisando de manera constante el marco regulatorio para establecer procedimientos más ágiles y eficientes que favorezcan el desarrollo industrial y la llegada de nuevos proyectos e inversiones.

En este sentido, Rogelio Velasco puso como ejemplo el proyecto de colaboración público-privada de la gran planta solar fotovoltaica de 1.500 hectáreas que se instalará en la provincia de Sevilla con 400 millones de inversión, que será capaz de suministrar electricidad para una población de 1,2 millones de personas. Por último, el consejero económico de Ciudadanos puso de relieve el plan de despliegue de fibra óptica ya en marcha que va a potenciar la digitalización de la economía andaluza y va a facilitar el impulso de iniciativas industriales en zonas rurales.