«Creo que en la Navidad tampoco podremos bajar la guardia»

–¿Cómo está la situación en Andalucía después de los primeros días con las nuevas y duras restricciones? ¿Hay menor incidencia de contagios?

–En estos momentos nos encontramos en una fase de estabilización; estamos observando que la incidencia, que estaba aumentando de forma exponencial la semana pasada, ya se encuentra en una fase de estabilización. Por otro lado tenemos que entender que la gente que ahora esté llegando a los hospitales o a fallecer, se puede haber infectado en semanas anteriores (a las restricciones), por lo que para lograr un beneficio en términos de hospitalizaciones y de UCI (unidades de cuidados intensivos) y de fallecimientos tendremos que tener más paciencia.

–¿Cuáles son las perspectivas? Aquí en Andalucía ya se habla de confinamiento domiciliario. ¿Usted cree que se tendrá que echar mano de esa medida?

–La verdad es que todas las medidas están siempre encima de la mesa; lo que se propone por parte del sistema de vigilancia de Andalucía es que estas medidas siempre estén proporcionadas a la situación en la que estamos viviendo. Ahora mismo esta medida no es competencia de la Comunidad autónoma y en Andalucía en este momento tenemos que agotar el resto de medidas disponibles. Y es por eso que aquellos territorios como Granada en que se ha visto necesario ampliar las restricciones, se ha hecho con el objetivo final de no tener que acudir a un confinamiento domiciliario.

–¿La presión hospitalaria es lo que cuenta?

–Claro, para poder recurrir a un aislamiento domiciliario estamos mirando muy de cerca los datos de la capacidad asistencial que, como sabemos, especialmente en la provincia de Granada, se están tensionando mucho con los ingresos en camas de agudos. Se van acumulando porque esta ola es distinta a la primera que hemos vivido; es más duradera, más larga en el tiempo. Ante esta presión asistencial, se está haciendo todos los esfuerzos posibles para que la situación esté bajo control en el sentido de que se pueda proporcionar una atención sanitaria no solo a los enfermos de Covid, sino también al resto de personas que lo puedan necesitar en este periodo. La idea es centrarnos esta fase en esta valoración de la capacidad asistencial para determinar en cada momento que sea adecuada a las necesidades que tiene la población.

–Granada fue en la primera ola una de las de mayor incidencia y también en esta segunda ola. ¿Hay algún estudio que analice el porqué?

–Es curioso, vivimos en un territorio tan amplio y diferente que hace de Andalucía uno de los mejores sitios para vivir en España, pero al mismo tiempo esa variedad también se refleja en los datos y la evolución de la pandemia en cada una de las provincias. Provincias costeras han tenido una evolución distinta que las del interior, y también ha sido distinta la de Huelva, en la que la pandemia no ha afectado tanto en términos epidemiológicos. Es cierto que Granada ha tenido protagonismo tanto en la primera ola como en la segunda. Son muchos los factores que pueden estar detrás de ello. Por supuesto el inicio de la actividad escolar y universitaria, el regreso de la población que se había desplazado a la costa, el aumento de la actividad en espacios cerrados; pero también un área metropolitana tan desarrollada que propicia una mayor movilidad entre las personas. Son todos factores que han propiciado en Granada un repunte más marcado que en otras provincias.

–¿Por qué la costa de Málaga, que incluso tuvo un repunte en verano, está conteniendo más la pandemia que el resto de Andalucía cuando en la primera ola preocupó mucho porque era de las de mayor incidencia?

–Como siempre la explicación es difícil y tenemos varias hipótesis. Quizás influye el que Málaga tenga un clima tan templado que permite que la actividad social se pueda desarrollar en gran parte en el exterior. Luego también tenemos que al final de verano la salida de las personas hacia sus provincias y otras comunidades que habían pasado las vacaciones en la Costa del Sol, ha hecho que haya disminuido la movilidad y las relaciones sociales; Todo ello ha podido tener un beneficio en la situación que vive Málaga en este momento.

–¿Cree que hemos aprendido algo respecto a la primera ola? Las noticias de las dos últimas semanas son pesimistas y hay angustia en la ciudadanía por todo eso. Hay más muertes en la segunda ola que en la primera. ¿Qué está pasando?

–La preocupación por parte de la ciudadanía es la misma que compartimos los profesionales de vigilancia y de salud pública, pero sí que hemos aprendido. ¿Cuáles son los grandes logros que hemos alcanzado? En esta fase disponemos de más información, de una mayor capacidad diagnóstica, de una experiencia previa que también nos está ayudando a modular la respuesta en cada territorio y a no tener el aislamiento domiciliario como primera opción, como por ejemplo pasó en la primera ola.

–Se sabía que la segunda ola iba a llegar...

–Todos éramos conscientes de que esta segunda ola iba a llegar en otoño con el aumento de las relaciones sociales en espacios cerrados. Ha sorprendido no solo en Andalucía, sino más aún en otros países extranjeros, en otras comunidades; y sin embargo en Andalucía hemos logrado contenerlo, es verdad que en unas provincias con más éxito que en otras. Hemos logrado mantener la incidencia de casos, pero también nos hemos dado cuenta que no es suficiente porque en estos momentos la presión asistencial es muy grande.

–¿Y qué hacer?

–Es necesario que todos colaboremos y que tengamos conciencia de limitar las relaciones sociales al máximo para intentar minimizar el riesgo de contagio; el riesgo de contagio cero no existe, pero sí sabemos que cuando limitamos nuestras interacciones sociales y la movilidad, claramente tenemos un beneficio; Cuando las medidas de prevención individual –como la mascarilla, la distancia social, reunirse en pequeños grupos– vemos que no surten efectos, es cuando tenemos que aportar restricciones de la movilidad de las personas y de las relaciones sociales que ayuden claramente a reducir el número de contagios.

–El presidente de la Junta y el consejero de Salud insisten en llamar la atención de los jóvenes para que no contagien a los mayores. Se ha publicado que el 65% de los ingresados en UCI son padres que han podido ser contagiados por sus hijos. ¿Es cierto ese dato?

–Este dato viene de un estudio que han realizado en una UCI, no recuerdo bien de qué hospital; efectivamente es una evidencia de que los jóvenes están teniendo protagonismo en esta ola y que tenemos que llamarles a mantener una cierta responsabilidad con mensajes preventivos; Tenemos que llegar a ellos, porque los jóvenes son parte de la solución. Si ellos son responsables y sus padres también son responsables podemos evitar que se contagien sus mayores, sus abuelos y las personas vulnerables, porque el objetivo en esta pandemia es salvar vidas. Lo que tenemos que transmitir es que si nos ponemos las mascarillas es uno de los gestos más generosos que podemos hacer en estos momentos; hay que decir que esta medida preventiva la hacemos no solo para protegernos a nosotros mismos, sino también para proteger a los demás; creo que este concepto de solidaridad lo tenemos que incluir; que si llegara a contagiarme, no me gustaría que otros se lleguen a contagiar por mi culpa, y menos aún si se trata de personas mayores.

–Con los datos de la evolución que ustedes manejan en el comité de expertos, ¿puede decirnos cómo será la Navidad?

–Creo que en la Navidad tampoco podremos bajar la guardia; otra cosa es que algunas medidas concretas se puedan adaptar a las circunstancias; pero hay que transmitirle a la población que el virus nos está acostumbrando a que no podemos tener ningún tipo de despiste. El mantenimiento de las medidas básicas va a seguir al futuro, por supuesto no va a cambiar; pero no podemos pensar en la Navidad como la hemos vivido hace un año, y no creo que haya opción a que podamos tener aglomeraciones, o espectáculos multitudinarios. Tenemos que ser conscientes de que tendremos que vivir una Navidad diferente, prudente y más respetuosa con los demás y manteniendo la adherencia a las medidas que se propondrán y estarán vigentes.

–¿Cómo trabajan en el comité de expertos?

–Nosotros tenemos un modelo basado en el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía, que se compone de epidemiólogos de atención primaria, especialistas en Medicina Preventiva y Salud Pública de los hospitales, enfermeras y profesionales de protección de la salud; y este modelo ayuda al control y a dar respuesta no solo a la Covid, sino al resto de alertas de salud pública que cada vez vivimos con más frecuencia; unas veces puede ser la listeria, recientemente el brote de fiebre del Nilo. Tenemos una red de profesionales de salud pública que están capacitados para la detección del control de las alertas. La clave está en manejar información correcta y veraz de lo que está ocurriendo para tomar decisiones de forma adecuada, oportuna y a tiempo.

–¿Hay interlocución con epidemiólogos de otras regiones?

–Tenemos la ponencia de alertas del Ministerio de Sanidad donde participan todas las comunidades y es un foro y herramienta de comunicación y de trabajo conjunto, en el que se discute, por ejemplo, la estrategia de vigilancia actualmente vigente, y ahora el plan de actuación de respuesta coordinada de la pandemia Covid-19 que fue acordado por el consejo interterritorial. La ponencia de alertas es el espacio en el que todas las comunidades compartimos a nivel técnico nuestra experiencia y modulamos las recomendaciones.

–¿Son sus colegas y usted tan optimistas con la vacuna contra la Covid como nuestros políticos están transmitiendo?

–Somos conscientes de que quizás en estos momentos es una de las medidas que podría de alguna forma proporcionar un beneficio mayor e implementar las medidas que ya tenemos aplicadas; una buena vacuna podría ser una buena solución.

–Usted es de procedencia italiana, estudió Medicina en la Universidad de Bari. ¿Cómo recaló en España?

–Tuve la suerte de estudiar, dentro del proyecto del marco Erasmus, en la Universidad de Sevilla hace doce años; y me siento un enamorado de Sevilla, de Andalucía, y siempre tuve esa voluntad de regresar a esta tierra, donde me especialicé en medicina preventiva y de salud pública en el hospital Virgen del Rocío. Siempre luché para trabajar en esta tierra y para mi es un honor contribuir en la medida de mis posibilidades contra esta pandemia, a dar lo mejor de mi mismo para esta tierra.

–¿Pensó alguna vez que podría vivir una situación como la de esta pandemia?

–Nosotros los de salud pública tenemos un largo recorrido dentro del sistema sanitario nacional, un recorrido que quizás tiene poca visibilidad, pero el trabajo de los profesionales que se viene desarrollando de salud pública es un trabajo fundamental en la contención de brotes; cada vez lo estamos viviendo; en el año que llevo en este puesto llevamos viendo dos brotes y esta pandemia que también nos están poniendo en valor y la necesidad de tener profesionales de salud pública cualificados para dar respuesta a estos eventos. La OMS incluía dentro de las amenazas de salud pública que se esperaban una pandemia mundial de gripe; la hemos tenido de coronavirus y afortunadamente el hecho de disponer en Andalucía de profesionales y de una red de vigilancia estamos aportando lo mejor de todos nosotros para lograr un mejor control de la pandemia y por supuesto el contener el resto de brotes, que supone nuestro quehacer diario.