La dirigente del PP-A, Loles López, el presidente de NN GG, Javier Dorado, y Martínez Maíllo.

Rajoy vuelve a Andalucía en plena crisis del PP regional por la posible pérdida de Granada

Martínez Maíllo arrecia la presión sobre Ciudadanos para que vuelvan a dar su confianza al PP

MARÍA DOLORES TORTOSA

Domingo, 24 de abril 2016, 01:10

Mariano Rajoy vuelve a situar en Andalucía uno de sus actos preelectorales de carácter nacional. Hoy clausura en Córdoba la convención de Nuevas Generaciones que, ... desde ayer, reúne a la cúpula popular para preparar los previsibles comicios del 26 de junio. La presencia de Rajoy coincide con la peor crisis del PP andaluz desde que Juanma Moreno se puso a su frente en marzo de 2014. La 'operación Nazarí', por la que la UDEF investiga una presunta trama de corrupción urbanística ligada al gobierno municipal de Granada, no es el primer caso judicial relacionado con el PP, pero sí el primero de tal dimensión en Andalucía.

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Rajoy podrá hacer ver hoy que en este caso de presunta corrupción ligada a su partido sí se ha actuado con rapidez. Aunque tardó seis días en convencer a José Torres Hurtado para que dimitiera, este al final lo hizo el pasado lunes. Las presiones tanto desde Génova como desde San Fernando, sede regional del PP, para que Torres Hurtado, detenido y luego puesto en libertad en la citada operación, dejara vacante la Alcaldía han sido intensas y difíciles. Juanma Moreno logró en cierto modo salvar en parte su autoridad al lograr que el ya exalcalde renunciara al cargo, pero a un precio de impredecibles consecuencias en el PP andaluz.

Torres Hurtado exigió que con él dimitiera como concejal su número dos, Sebastián Pérez, en principio destinado a sucederle. Con ello impedía que Pérez, declarado enemigo político del exalcalde, fuera su sucesor. Pero no solo era un postulante a alcalde en su lugar, sino el presidente provincial del PP, también senador y en teoría una de las personas de confianza de Moreno. El mismo Pérez dijo no comprender por qué el partido le obligaba a tal sacrificio cuando ni siquiera aparece entre la quincena de personas investigadas en la presunta trama.

La solución política no solo dejó en evidencia una división en el PP de Granada, uno de los fortines electorales del partido conservador, sino que tampoco ha servido, hasta ahora, para convencer a Ciudadanos de que mantenga su apoyo para renovar la Alcaldía.

Ciudadanos ha pactado de forma salomónica tanto con PSOE como con PP en Andalucía. Casi al mismo tiempo, en junio del pasado año, contribuyó a la investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta como a la elección de los alcaldes del PP de Málaga, Jaén, Almería y Granada y a la del presidente de la Diputación de Málaga. Su principal argumento es que apoyaba a la lista más votada a cambio de un pacto que incluía, entre otros aspectos, un cordón sanitario a la corrupción política. Incluso cuando los regidores de Almería y Jaén renunciaron para concurrir a las elecciones generales de diciembre, Ciudadanos mantuvo el acuerdo con el PP e hizo posible el relevo sin problemas.

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El caso de Granada puede ser una excepción en la política de Ciudadanos. En un principio, tras la operación policial que detuvo a Torres Hurtado, estuvo abierto a respaldar a otro candidato del PP, pero dos días después cambió de opinión. Se sumó al resto de partidos de la oposición (PSOE, Vamos Granada e Izquierda Unida) para desalojar al PP del gobierno municipal y aupar al socialista Paco Cuenca a la Alcaldía. Este acuerdo sigue adelante, aunque el PP no desiste de presionar al partido naranja. Cuenta con tres semanas, hasta el pleno de investidura, para convencer a Ciudadanos.

Las presiones no han cejado. Ayer le tocó al vicesecretario de Organización, Fernando Martínez Maíllo, quien en Córdoba reiteró lo que vienen argumentando desde el PP andaluz. Según Martínez Maíllo, el PP ha cumplido con la exigencia de Ciudadanos y «aquellas personas que han sido señaladas, sin prejuzgar nada, porque no se puede hacer, ya no están». Por lo tanto, anima a Ciudadanos a que «recupere el acuerdo y el pacto que ha mantenido desde el primer día con el PP».

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La razón que C's argumenta en privado es que no conoce cómo va a desarrollarse la investigación sobre la presunta trama urbanística y no quiere que le pille apoyando al PP cualquier otra operación con detenidos o nuevos investigados. Maíllo advirtió que en el PP no están «dispuestos a aceptar por parte de Ciudadanos que considere que sobre todos los demás concejales del equipo de gobierno y del PP extienda un manto de sospecha».

Maíllo reprocha a Ciudadanos «tenga la manga muy ancha» con el PSOE en el ámbito regional en Andalucía y con el PP en este caso la manga sea «muy estrechita», en alusión a los casos de corrupción que afectan a la Junta.

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Algunos en el PP esperan que Mariano Rajoy convenza a Albert Rivera a última hora como hizo en junio del pasado año en Almería, donde había fraguado un acuerdo para darle la alcaldía al PSOE que fue abortado a pocas horas del pleno de investidura. En aquella ocasión, apuntan desde el PSOE y Ciudadanos, se trataba de un acuerdo local sin el visto bueno de la dirección nacional y regional. Ahora es distinto, añaden las mismas fuentes, ya que sí hay un acuerdo nacional entre PSOE y C's para desalojar al PP de la Alcaldía de Granada.

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