Liberada la española retenida por su familia de origen en el Sahara

Así lo esperan sus padres españoles, José Morales y Mari Carmen, y su pareja, Ismael Arregi, quienes llevan cinco meses luchando en todos los niveles por su vuelta. Tras acudir al Congreso de los Diputados de la mano de la concejala socialista Irene Lozano este martes pasado para reclamar una mayor presión política al Frente Polisario, ayer fueron recibidos por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. Para entonces la familia ya tenía conocimiento de la noticia de su liberación por la policía saharaui, aunque aún sigue en los campos de Tinduf. García-Margallo dijo confiar en que la joven española «recupere su completa libertad de movimientos y pueda regresar a España cuando lo desee», informa Efe.

El ministro recordó las gestiones de su departamento en colaboración con la ONU, el Gobierno de Argelia y el Frente Polisario, la organización política que controla los campos de refugiados saharauis y clave en el desenlace de la historia de Maloma. Para su liberación ha sido importante la presión ejercida por el propio director general de la ONU, Ban-Ki Moon, quien en una visita en marzo a los campos saharauis pidió de forma oficial al líder del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, que mediara en la situación de Maloma y de otras dos jóvenes también retenidas por sus familias de origen en contra de su voluntad.

Secuestrada

Maloma llegó a España por primera vez con siete años, dentro de los programas de cooperación en los que familias españolas acogen durante el verano a niños de los campos saharauis. Los niños están dos meses y luego vuelven a casa con sus padres. Al cumplir Maloma los doce años, José y Mari Carmen, sus padres de acogida, quisieron que se quedara a vivir todo el año con ellos para que pudiera estudiar. Al cumplir los 18 años, la joven decidió quedarse en España y la familia tramitó su adopción.

El pasado 5 de diciembre viajó con su padre adoptivo a los campamentos tras muchos años sin ver a su familia biológica y después de que le avisaran de que su madre sufría una grave enfermedad. Debía volver el día 12, pero no lo hizo. Según contó su pareja, Ismael, en el Congreso, unos 50 minutos antes de coger el avión, «su hermano, una de sus tías y dos primos» la abordaron y «se la llevaron en un coche».

La última vez que Ismael habló por teléfono con ella fue el 25 de diciembre. «Tras más de cuatro meses de calvario, martirio e incertidumbre, necesito saber cómo y dónde está», expresó a los diputados. Ismael pidió a la familia biológica que deje decidir a Maloma dónde quiere estar, informa Europa Press. El Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación de España trata de garantizar que si Maloma quiere volver, el Frente Polisario vele para que sea así. Las próximas horas serán determinantes en el desenlace feliz de esta historia.