Susana Díaz, embarazada

La noticia del embarazo es llevada aún en secreto por su círculo más cercano, dado que la presidenta es muy celosa de su intimidad y se resiste con contumacia a entrar en asuntos personales, cuando se le pregunta en entrevistas periodísticas. Sólo ha manifestado, aunque con visible incomodidad, que no renunciaba a la maternidad, porque ésta «no debe ser un obstáculo», y confesaba que tiene grandes deseos de ser madre.

La política trianera se considera una persona muy volcada en su familia, formada por sus padres y cuatro hermanas, y en especial en sus sobrinas. «Soy una gran tita», ha dicho en más de una ocasión. Apenas habla de sí misma para referirse a su origen: «Soy de la casta de los fontaneros», replica a la terminología de Podemos, porque su padre, ya jubilado, fue fontanero del Ayuntamiento.

La presidenta andaluza y secretaria general del PSOE-A, la figura con mayor proyección del socialismo español en estos momentos, se casó en septiembre de 2002 con José María Moriche, a quien conocía desde niña de su barrio de Triana. Moriche trabaja en una cadena de librerías sevillana y anteriormente pasó un año en paro, tras haber estado empleado como administrativo en organizaciones de UGT que impartían cursos de formación. Según su declaración de la renta, que la presidenta presentó en el registro del Parlamento andaluz junto con la suya propia al comenzar en el cargo, percibió en 2013 la cantidad de 15.171 euros. Mantiene un perfil muy discreto y en contadas ocasiones se le ve en público acompañando a la jefa del Ejecutivo andaluz.

Díaz será la primera presidenta de un Gobierno autonómico que sea madre durante su mandato. Hay pocos precedentes de embarazos de mujeres con puestos de poder en la política española: Carmen Chacón como ministra de Defensa, que revistó las tropas visiblemente embarazada. Soraya Sáenz de Santamaría pasó la gestación de su hijo como portavoz del PP en el Congreso y dio a luz 9 días antes de las elecciones generales que la convirtieron en vicepresidenta del Gobierno. La presidenta de la Junta tendrá que estar pendiente ahora de otro calendario más, que sumar a las cábalas acerca de cómo cuadran las elecciones municipales, generales y los posibles huecos para unas supuestas andaluzas anticipadas. Se da por seguro que no supondrá ningún cambio en las actividades de la presidenta ni en sus proyectos políticos. «Habrá que buscar más formas de conciliar», dijeron desde su entorno. Aún no ha manifestado preferencias acerca de si quiere un niño o una niña.

El jueves, durante el foro celebrado en 'SUR', la presidenta respondió con humor, pero sin dar pistas, a una última e inesperada pregunta: «¿Qué piensa hacer para que crezca la natalidad en Andalucía?». Aún no se sabe si fue casualidad o un indicio.