Las feministas de la tercera ola lanzaron un lema que los hechos no han desmentido: "Lo personal es político". Así, el embarazo de Susana Díaz ... pone de manifiesto cómo de honda es la relación entre poder y género. La condición de mujer y de mujer política escasamente se pone de relieve en toda su complejidad como en esta ocasión y, dados los escasísimos casos de embarazos en mujeres poderosas, de hecho un reciente estudio revela que poco menos del 80% de directivas tienen hijos, este va a ser un ejemplo de libro para valorar la situación de la igualdad y sus carencias. Se verá, o mucho me equivoco, que la maternidad no es un lastre, una enfermedad, ni una desventaja, ahora que suenan trompetas de retroceso en los derechos laborales de las mujeres, sino una de esas cosas buenas de la vida y, por tanto, tan natural como esencial.
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Una cuestión personal, pues, irrumpe en lo político y todos harán calendarios que sumar a los calendarios y preguntas a las preguntas sobre 'timmings' y estrategias. Pero veamos: ¿Influirá la gestación de Susana Díaz en los tiempos, tan agitados, de la vida política nacional y andaluza? Yo apunto mi conclusión: No tiene por qué. Ya sabía su estado de buena esperanza, que decían las antiguas crónicas, cuando me aseguraba esta Navidad que hará campaña por toda Andalucía, con pocos actos puntuales en otros lugares de España, por compromisos personales, así que de momento es de suponer que la presidenta va a mantener su intensa agenda. De hecho no ha cedido en los primeros y más delicados meses de embarazo.
Y si da a luz en julio ¿evita eso la convocatoria de elecciones autonómicas en esas fechas? ¿afectará a su salto a Madrid? Mi opinión es que todo está tan abierto que cualquier cosa puede pasar y que la presidenta pondrá por delante otros intereses antes que estos tan personales. Aunque controla todo lo que se mueve, Díaz se ha hecho con un equipo sólido, con Juan Cornejo en el partido, Jiménez Barrios en el Gobierno, Máximo Díaz Cano en la secretaría general de Presidencia y Miguel Ángel Vázquez en la comunicación. El problema será conciliar, pero a fin de cuentas es el que tienen millares de mujeres trabajadoras.
Habrá quien calcule incluso el impacto electoral de su embarazo. ¿Favorecerá su imagen, su proyección nacional? ¿le dará votos? Sin duda le quedan por escuchar muchas opiniones y de muchos gustos y disgustos. Porque lo político, y también lo sabe la presidenta, también es personal.
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