El balón echa a rodar

El Partido Popular llega a la cita con las urnas con ganas. Ha declarado Almería campo de batalla prioritario, primordial. Creen, en la fontanería del partido, ese grupo de personas que escudriñan las encuestas, que las desmenuzan y sacan conclusiones de los estudios demoscópicos, que el tercer diputado está al caer. Ayer, sin ir mas lejos, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) se lo otorgaba.

Según el PP, este tercer diputado caería porque apenas les separaba un millar de votos de arrebatárselo a Podemos. Pero Julio Rodríguez, el exjefe del Estado Mayor del Ejército (Jemad) no es David Bravo. Por sí mismo tiene tirón. Y hay que sumarle los votos de Izquierda Unida. Aunque en política uno y uno no son dos, un apretón que movilice al electorado cabreado del PP que no migró a Ciudadanos, que se quedó en su casa ausente del proceso, es la clave para los populares.

Sin ir más lejos, Mariano Rajoy, que no pisó Almería en la campaña del 20-D, estará el martes en Almería. También visitará Granada y Málaga. Juanma Moreno, su jefe de filas andaluz, ha desvelado que estos son los frentes, allá donde el PP podría arañar un diputado más.

Sin embargo, este arañazo no sería a los morados sino a los socialistas. El PSOE es el que más dañado acude a la cita con las urnas. La escena nacional le ha dejado maltrecho y las encuestas le auguran una pérdida importante de apoyo popular y de escaños. En Almería, sin ir más lejos, si se cumplen los augurios del CIS caería hasta contar solamente con un asiento, el de Sonia Ferrer Tesoro. Los socialistas están preocupados, pero cuentan con que conseguirán en dos semanas arrancar a su electorado del sofá y evitar que Unidos Podemos le quite el segundo puesto. Sin él, no podrían optar a la Presidencia del Gobierno. Pero más aún, el PSOE se sumiría en una crisis sin precedentes.

Y en este campo de guerra, el tercer actor en discordia es el que representa Podemos e Izquierda Unida. Unidos Podemos sitúa a Andalucía como territorio prioritario para sus envites. Pablo Iglesias también vendrá a Almería a apoyar a Julio Rodríguez. Lo hará este miércoles en un acto aún por determinar. Quiere amarrar el diputado 'almeriense'. Si hubiesen obtenido unos 300 votos menos, el PP les habría dejado sin asiento en el Congreso en las pasadas elecciones. Y el ansiado 'sorpasso' a los socialistas que auguran las encuestas pasa por atar representación territorial extensa, no sólo en las grandes circunscripciones.

Rodríguez también está haciendo méritos. Ha venido ya en dos ocasiones en precampaña, ayer asistió a la pegada de carteles. Y hoy comienza campaña en Roquetas de Mar. Su presencia aquí tendrá que compaginarla con representación en otros territorios, porque Podemos lo considera un activo de primer orden. Igual que Hernando en el PP.

Ciudadanos, la formación naranja, dice con la boca pequeña que intentará conseguir el segundo escaño. Sin embargo, sale a amarrar el primero, el de Diego Clemente. Su campaña será un calco de la que hicieron hace cinco meses. Les fue bien, ¿para qué cambiar? Su papel en el Congreso pasa por ser cruciales para el pacto. No lo fueron numéricamente en la undécima legislatura, la extinta sin gobierno, y según las encuestas tampoco lo serán a partir del 26-J. Pero su centralidad le otorga un papel relevante de obtener unos resultados similares a los de hace seis meses.

Almería, seis escaños y 451.760 electores para designar representantes en el Palacio de San Jerónimo, sede del Congreso de los Diputados. No es crucial, pero es una gota más con la que rellenar el vaso. Especialmente si se observa la soterrada batalla autonómica. Para el PP es crucial subir en Almería si quiere hacer sombra al PSOE de Susana Díaz. Juanma Moreno va a implicarse en la campaña como si fuera la de unas autonómicas. Y en esto, la tierra del indalo va a ser de sus visitas más recurrentes. En el PSOE, lejos de contar con Pedro Sánchez -que no tiene previstos actos en la provincia, como tampoco Albert Rivera, de Ciudadanos- tendrán a Susana Díaz intentando aupar el futuro socialista -que si no negro, las encuestas tiñen de gris oscuro-. Perder un escaño del PSOE en Almería sería determinante para el resultado autonómico con el que Díaz pueda lucir victoria electoral, la quinta seguida según sus aspiraciones.

Pero antes de meter gol, el balón tiene que tocar tierra. A medianoche sonaba el pitido del árbitro. Y desde entonces, todo está en juego. Uno de cada tres electores aún no sabe a quién va a votar. Y eso es suficiente como para convertir en papel mojado cualquier encuesta, incluso la voluminosa y bien trazada que ayer alumbró el Centro de Investigaciones Sociológicas.