El futuro de la antigua plaza de abastos se mantiene en el aire

«Es un proyecto complicado porque su remodelación es muy difícil por las características del inmueble, lleno de pilares de hierro, y se está valorando si finalmente no es más efectivo apostar por su demolición», reconoce el alcalde de Linares, Juan Fernández, sobre el futuro de la antigua plaza de abastos tras más de un año de cierre y una vez que, pese a que el Consistorio anunciara la puesta en marcha de un concurso de ideas para la recuperación del inmueble, éste no se haya desarrollado.

En este sentido, el primer edil reconoce que antes, y tras las dificultades que implica la recuperación de un edificio de hormigón cuya estructura complica su remodelación, se analizará detalladamente el coste y las posibilidades de las opciones que se encuentran actualmente en la mesa, es decir, su demolición o un proyecto de recuperación con el mejor proyecto que se le plantee al Ayuntamiento. «Hay ocasiones que es mucho más costosos el intentar mantener la estructura que iniciar todo el proyecto desde el principio y por eso hay que estudiarlo con calma», señala Fernández.

En principio, desde el Ayuntamiento, una vez trasladados los puestos de frutas y verduras al mercado contiguo, se apostó por recuperar el proyecto para la creación de una plaza vecinal que favoreciera el desarrollo de un espacio de esparcimiento de los vecinos, algo inexistente en la actualidad en la zona. Así, se trabajó en eliminar los diferentes tabiques que limitaban cada uno de los puntos de venta de la antigua plaza con el objetivo de favorecer una zona diáfana donde diseñar una plaza semicubierta, mientras que se mantenía intacto el actual parking, frente a un proyecto inicial de ampliación a varias plantas y que se vio frustrada dada la naturaleza de granito del subsuelo.

Sin embargo, poco después, el alcalde reconocía las complicaciones para desarrollar la plaza ante la estructura que presenta el edificio que hacía necesaria una alternativa técnica que permitirá desarrollar un espacio diáfano pese a los numerosos pilares de hierro existente.

Para ello, desde el Ayuntamiento se anunció un concurso de ideas con el que encontrar una propuesta que cumpliera con los objetivos municipales para la plaza «desde la racionalidad económica y la necesidad de dar respuesta a las máximas posibilidades de uso existentes para dinamizar toda esta zona comercial de la ciudad», que de momento se mantiene en cartera a la espera de conocer los resultados sobre el coste que supondría la demolición y construcción del espacio abierto empezando «desde cero».