La venta de Pozo Ancho no consigue despertar interés

Estas estaciones, que al igual que el resto de inmuebles puestos en venta se encuentran sin uso desde hace años debido al cierre de sus líneas o, como en el caso de Baeza-Utiel, no se llegaron a concluir o poner en servicio, presentaban precio medio de salida de 60.000 euros, una cantidad por la que cualquier amante del ferrocarril podría hacerse con algunos de los vestigios más característicos del distrito minero de Linares-La Carolina. Y sin embargo, dicha venta no ha conseguido aliviar la caja del Estado por el momento.

Los recintos de estación de la antigua línea de Linarejos-Los Salidos, donde se sitúa la estación de Pozo Ancho, o seis pertenecientes a la antigua línea Linares-Puente Genil, construida a finales del siglo XIX para sacar el mineral de las zonas mineras jienenses hacia el puerto de Málaga, con algunos elementos en el entorno protegido de La Tortilla, son algunos de los inmuebles enajenables de Adif en el término municipal y para los que el Ayuntamiento de Linares solicitó su retirada.

Así, según explica el concejal de Patrimonio del Consistorio linarense, Daniel Campos, en una reunión mantenida con responsables de Adif se defendió «el carácter histórico y patrimonial» de dichos espacios que, en algunos casos como la Estación de Pozo Ancho y la Tortilla, están considerados como Bienes de Interés Cultural por su estrecha relación con el desarrollo de la minería en el distrito de Linares-La Carolina.

«Para el patrimonio de Linares no se trata únicamente de estaciones ferroviarias sin uso, sino que muchas están estrechamente relacionadas con el patrimonio minero de la ciudad, y es por ese motivo que se solicitó la paralización de su venta. No hemos tenido una respuesta inicial pero, lo cierto, es que el mal estado de algunas de ellas hace difícil que alguien invierta un precio mínimo de 60.000 euros en ellas», destaca Campos quien, pese a todo, reconoce que, de ejecutarse su venta, será necesario atender a su protección y características patrimoniales.

En este sentido, uno de los inmuebles que más preocupa es la antigua estación de Pozo Ancho, en la línea de Linarejos-Los Salidos pues, según destaca el edil, la zona se encuentra dentro del Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz, tanto en su trazado como en los restos de esta vía que coincide con varios senderos. Mientras, el edificio de la estación se encuentra puesta en valor con panel explicativo, mobiliario urbano y su inclusión en senderos mineros. Algo similar a lo que ocurre en el caso de la línea a Puente Genil, con algunos vestigios junto a las minas de Los Lores, protegida en virtud de la declaración BIC de todo el conjunto.

La empresa pública propietaria de las infraestructuras ferroviarias añade que estos inmuebles podrán ser vendidos mediante subasta pública o por enajenación directa a sus inquilinos, dependiendo de si están vacíos u ocupados y pudiendo ser necesaria, en algunos casos, su previa depuración física y jurídica (desafectación formal y regularización catastral y registral).

Esta es una de las tres medidas previstas en la nueva política de reducción del gasto lanzada por la dirección general de Servicios a Cliente y Patrimonio, a través de la dirección de Patrimonio y Urbanismo, junto con la racionalización de espacios y la puesta en venta de viviendas de la propiedad de Adif.

Aliviar las arcas

La posible enajenación de algunos inmuebles ferroviarios en desuso en el término municipal de Linares no es la única venta prevista por el Estado en la ciudad con el objetivo de aliviar la situación de las arcas públicas. Meses antes del anuncio de venta por parte de Adif, el Ministerio de Interior anunciaba su intención de sacar a subasta pública el acuartelamiento de Vadollano, que oficialmente quedó fuera de funcionamiento en diciembre de 2012, aunque desde entonces se mantiene en activo como espacio de entrenamiento de distintos grupos de militares.

Al igual que en el caso de las estaciones, desde el Ayuntamiento de Linares se ha mostrado su oposición a la venta de este espacio, por lo que se reclamó su cesión a la Administración municipal de cara a su adecuación como zona de esparcimiento y desarrollo de un espacio de educación medioambiental. Sin embargo, ante la negativa del Ejército de ceder el antiguo polvorín, desde el Consistorio se trabaja ahora en el desarrollo de un proyecto para su reconversión como centro de formación, similar al que ya funciona en La Enira, dirigido a diferentes fuerzas del Ejército.