El Ayuntamiento de Níjar pide más prudencia ante otro ahogado

Cabe recordar que en las playas almerienses han fallecido catorce personas por ahogamiento en espacios acuáticos o el mal estado del mar desde el pasado mes de julio. La inmensa mayoría de los fallecidos se han concentrado en calas y playas del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar y principalmente en el mes de agosto, con siete muertes frente a las cuatro registradas en julio.

Ante estas cifras, el concejal de Turismo, Patrimonio y Playas, y portavoz del Ayuntamiento, Alexis Pineda, destacó que el método más efectivo para evitar estos incidentes es «apelar a la conciencia y responsabilidad de la gente», aunque «el Ayuntamiento siga proporcionando, junto con la ayuda de los actores turísticos de la localidad, información sobre los peligros de la mar como son los riesgos de resaca».

Asimismo, comentó que «poco se podría haber hecho por el joven fallecido el pasado sábado, ya que había una mala y peligrosa situación de la mar y no había vigilancia, ya que ésta solo se mantiene durante el período estival, que es cuando hay gran afluencia en las playas».

Pineda informó, asimismo, que desde el Consistorio se están valorando establecer «medidas pasivas» en algunas zonas donde se repite el fenómeno de resaca como puede ser «situar elementos de salvamento rápido».

Hay que recordar que, en septiembre, la alcaldesa de Níjar, Esperanza Pérez, y la delegada de la Junta en Almería, Sonia Ferrer, mantuvieron un encuentro para la creación de un convenio que establecería un servicio de vigilancia especial, que, según Alexis Pineda, «está en proceso».

El convenio, que podría tener carácter anual para prorrogarse posteriormente, tendrá que hacer un análisis de los equipamientos disponibles, considerando el uso de motos de agua como quizás el equipamiento más conveniente para poder desplazarse por el mar pese a condiciones adversas.

El Ayuntamiento de Níjar ya estableció a finales de agosto algunas medidas de advertencia, con lo que colocó banderas en seis playas y calas no urbanas del término municipal para advertir a los bañistas del estado del mar, de manera que también instaló paneles informativos en tres idiomas en los que se recuerda que se tratan de playas «no vigiladas» y con «riesgo de resacas y oleaje».