«Sierra Nevada es una referencia para todos y tiene montañas extraordinarias»

Este jueves, día 20 de junio, Jerónimo López participará en el ciclo de conferencias por motivo del 25º aniversario del Parque Nacional de Sierra Nevada. Lo hará con una conferencia que lleva por título 'Ética y montañismo. Ayer y hoy del alpinismo: una visión personal'. Será a las siete y media en el Centro Cultural CajaGranada.

En la conferencia disertará sobre cómo el cambio climático y el uso de las montañas afectan en los últimos tiempos a los escenarios donde se realizan las actividades montañeras. También cómo las recientes transformaciones sociales están afectando a valores y aspectos esenciales que tradicionalmente han estado unidos a la práctica del alpinismo.

López ha sido testigo directo de los cambios y amenazas a las que se enfrentan las montañas y cómo ha evolucionado la práctica del alpinismo. Él, que escaló el primer ochomil español en 1975 y que ascendió sin oxígeno al Everest en 1988, ha conocido un Himalaya en el que cada expedición estaba prácticamente sola. Un gran contraste con la masificación actual en montañas como el Everest, donde en los últimos años se repiten imágenes como las de hace pocos días, con colas de escaladores, llegadas a la cima de más de quinientas personas el mismo día y concentraciones en el campamento base de más de 2.000 personas. «Hay una presión muy grande sobre las montañas», alertaba al otro lado del teléfono, que está transformando también la práctica del montañismo.

Las montañas son «especialmente sensibles a los efectos del cambio climático», señaló, al tiempo que incidió en la evolución del calentamiento global, que está siendo especialmente acelerada desde mediados del siglo XX. Además, puntualizó que los seres humanos somos responsables en buena medida de ese calentamiento. «Los humanos tenemos una responsabilidad aproximadamente tres veces mayor que las causas naturales», añadió.

Jerónimo López sabe bien de lo que habla porque, como geólogo, ha estudiado las montañas y, como alpinista, las ha recorrido. Ha participado en una treintena de expediciones a las principales cordilleras de la Tierra y a las regiones polares. Ha escalado numerosas montañas, incluidas tres de más de 8.000 metros, entre ellas el Everest, cuya cumbre alcanzó sin oxígeno en 1988. Y ha realizado varias expediciones al Ártico y una docena a la Antártida, estas últimas con programas antárticos de diversos países.

Además de recoger el Premio Príncipe de Asturias y el Premio de la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco en nombre del comité científico para la Investigación en la Antártida (SCAR), ha recibido varios premios y reconocimientos por su trayectoria personal. Entre ellos están la encomienda de la Orden al Mérito Civil y el premio nacional de la Sociedad Geográfica Española, entre otros.

Valoró que se están haciendo «cosas extraordinarias en el alpinismo actual pero, al igual que pasa en muchos otros ámbitos, sobre todo por el papel de las redes sociales, no siempre es lo más meritorio lo que más se difunde y le llega al público general».