Santiago Pontones promociona la patata de La Matea, cultivada a 1.300 metros de altitud

En este acto, en el que también ha estado presente el diputado de Agricultura, Ganadería, Medio Ambiente y Cambio Climático, Pedro Bruno, el máximo responsable de la Diputación ha elogiado el trabajo de este consistorio segureño y el de su alcalde, al que ha calificado de «incombustible porque siempre tiene ganas, ilusión y explora nuevas oportunidades para su municipio». Una de ellas está vinculada al cordero segureño y hoy se ha presentado esta patata de La Matea que «queremos poner en valor porque se cultiva a 1.300 metros de altitud con un agua de gran calidad», aspectos que, según ha remarcado Reyes, «la convierten en una variedad singular». El objetivo de esta iniciativa no es otro que conseguir que «los restaurantes de calidad de nuestra tierra prueben y usen esta patata y que confirmen si reúne esas condiciones de calidad diferentes», ha apostillado.

La apuesta por la patata de La Matea de Santiago-Pontones se enmarca, como ha explicado Francisco Reyes, en la línea de trabajo que está desarrollando la Diputación para diversificar la economía provincial y dar a conocer y fomentar cultivos alternativos al olivar. «El monocultivo del olivo genera riqueza, pero también paro estacional, y lo que estamos haciendo es financiar inversiones en cultivos alternativos que se complementan con el olivar, como pueden ser el espárrago, el pistacho o la almendra, algunos de los cuales usan la misma maquinaria para su recolección». De esta forma, «no solo contribuimos al cultivo de un producto de calidad, sino que ayudamos a que la población se mantenga en el territorio», ha enfatizado Reyes.

Por su parte, el alcalde de Santiago-Pontones ha agradecido a la Diputación que «siempre apoye a los municipios pequeños «, en este caso respaldando una «marca registrada de calidad en una zona donde no producimos mucha cantidad de patata ni de otros productos, pero sí de mucha calidad».

Este «producto gourmet», como ha resaltado Pascual González, debe su singularidad tanto «a la altitud de la vega donde se cultiva como al riego, procedente del manantial de la Fuente del Berral, como a las temperaturas de nuestra zona, donde en verano refresca mucho más por las noches». Ese es, a su juicio, el secreto de «estas patatas tranquilas cultivadas de una forma sostenible en la Sierra de Segura y con las que queremos también favorecer el desarrollo económico de la zona, ya que complementan la renta de muchos de nuestros agricultores».