La rebelión de los campesinos de Zabaleta
El lugar de concentración de aquellos aceituneros que Zabaleta pintó y Miguel Hernández cantó ha sido el barrio de La Magdalena
JOSÉ ANTONIO GARCÍA-MÁRQUEZ
QUESADA
Miércoles, 19 de junio 2024, 13:43
Los campesinos de Rafael Zabaleta, esos hombres y mujeres que el pintor convirtió en arquetipos y que impresionan por su fuerza expresiva de sus colores ... y volúmenes, han tomado las calles de Quesada para sorpresa de propios y extraños. El lugar de concentración de aquellos aceituneros que Zabaleta pintó y Miguel Hernández cantó ha sido el barrio de La Magdalena, el de mayor altitud en la ciudad de la sierra.
Personas ataviadas de labriegos, recreaciones en cartón piedra, escenografías de gatos extraídos de óleos del pintor, bodegones naturales al uso de los que pintó Zabaleta, láminas de sus obras emblemáticas adosadas a los árboles y los versos de Miguel Hernández sobre caballetes, porque igual que uno y otro comparten Museo, ahora les toca compartir la calle.
La iniciativa la han desarrollado la Asociación de Vecinos Melgar Casas Nuevas del Barrio de La Magdalena. Bajo el título 'RecreArte' la actividad ha contado con talleres de máscaras y pintura, charlas didácticas, exposiciones y encuentros literarios. Entre los participantes, jóvenes de Aprompsi, integrantes de la escuela de adultos y de los clubes de lectura y vecinos del barrio.
La idea ha cuajado al punto de que para una próxima edición la asociación de vecinos, con la colaboración del área de Cultura del Ayuntamiento, va a procurar que, además de que los campesinos retomen la calle, a ella se incorpore todo el repertorio iconográfico, ese universo onírico y metafísico de la producción artística de Rafael Zabaleta.
El búho y el olivo
Además, entre las actividades culturales llevadas a cabo en el barrio de La Magdalena figuran un recitado poético en el que colaboró la Escuela de Adultos Casachayda y dos talleres, uno de xilografía con estampación de camisetas infantiles y otro de pintura impartido por los artistas plásticos locales Ramón Moya y Francisco Fernández, pintores con numerosas exposiciones individuales a sus espaldas.
Ambos pintores trataron de motivar a los participantes para que plasmaran desde vivencias y experiencias a conceptos tan abstractos como el respeto y la solidaridad. Dos símbolos de la tierra estuvieron presentes en la cita pictórica: el búho, que representa la inteligencia y la sabiduría, y el olivo, el árbol centenario que alimenta a Quesada y a toda la provincia de Jaén. En cada camiseta quedó dibujada un olivo con un nido de búho entre sus ramas.
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