La ilusión de una niña cambileña emociona a una brigada militar
El teniente de la Brigada 'Guzmán el Bueno' X de Córdoba agradece la atención que recibieron por parte de Carmen Lechuga y su familia
ascensión cubillo
Jaén
Miércoles, 22 de abril 2020, 11:52
Carmen Lechuga Colmenero, una niña cambileña de nueve años, ha vivido una de las experiencias más emocionantes de su vida en pleno confinamiento: ... hablar con un grupo de militares para agradecerles el trabajo que están realizando durante esta crisis sanitaria.
La Brigada 'Guzmán el Bueno' X de Córdoba se desplazó a Cambil el 19 y 20 de abril para llevar a cabo tareas de desinfección en la residencia Luz de Mágina, así como en los centros de salud de Cambil y Arbuniel.
Carmen y su familia viven cerca del centro médico cambileño y desde ahí los vieron trabajar, pero también tomar un descanso para reponer fuerzas. Fue entonces cuando los padres de la niña pensaron en ofrecerles café, de modo que Jose bajó a preguntarles y ellos aceptaron de buen agrado.
La ilusión de Carmen era hacerse una foto con los militares. Cuando dos de ellos fueron a la casa para devolverles los utensilios del café, les pidieron permiso y estos accedieron, pero Carmen seguía empeñada en que quería una foto con todos. Lola, la madre, bajó con ella a la puerta y desde lejos les preguntó si sería posible tomar la imagen que tanto anhelaba Carmen, un deseo que al final se hizo realidad. «Tenía muchísimas ganas de hablar con el ejército por todo lo que están haciendo por nosotros», explica Carmen a IDEAL, quien desde entonces guarda también la mascarilla que le regalaron.
Una sorpresa más
Pero esta historia no acaba ahí, sino en el mensaje de agradecimiento que al día siguiente compartió el teniente de la Brigada 'Guzmán el Bueno' X de Córdoba en su perfil personal de facebook: «A Carmen, la niña que nos cuidó: gracias por darnos tu sonrisa, gracias por cuidarnos, ahora eres pequeña y no lo entenderás, quizás nunca lo sepas, pero el día que te conocí hacía tres semanas que perdí a mi abuela tras muchos años sufriendo. No pude casi ni llorarla, pero teníamos mucho por hacer en esta situación y tu sonrisa e ilusión a mí me hizo sentir su fuerza. Solo pude darte una mascarilla militar, pero pediste nuestra boina y te doy mi palabra de que la tendrás, para que la guardes con cariño, con el mismo cariño que nosotros te hemos cogido. Gracias, campeona».
Lola no puede ocultar el orgullo que siente por su hija, y menos aún tras esta emotiva respuesta por parte del teniente. Toda la familia recordará este día que rompió la rutina de un encierro obligado por culpa del coronavirus.
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