El buitre leonado reina en Jaén
La población es de unas 423 parejas reproductoras, siendo la segunda provincia andaluza con más especies
Han pasado 40 años desde que se cuantificó la población del buitre leonado por primera vez. Es una de las cuatro especies que se dan ... cita en Europa –junto al buitre negro, el alimoche y el quebrantahuesos-. Desde entonces, cada diez años, la ONG SEO/BirdLife promueve el censo de esta y otras especies en las condiciones que permiten cada momento, condiciones que han ido cambiando mucho con el tiempo. En esta ocasión, publican una estadística que sitúa Jaén en los primeros puestos a nivel español.
Así, la población se estima en 423 parejas reproductoras, siendo la segunda provincia andaluza con más parejas (casi el 11%), después de Cádiz. Se reparten en 46 colonias de cría y cinco parejas aisladas. Hay dos poblaciones claramente diferenciadas: Sierra Morena y las sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. La especie se encuentra ausente como reproductora en Sierra Mágina y la sierra sur de Jaén, pese a haber lugares específicos para su nidificación.
Así, Sierra Morena alberga un 29,3% de la población total. El núcleo más importante es el de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, donde se estiman 299 parejas, repartidas en 35 colonias y tres parejas aisladas, lo que supone el 70,7% del total de la provincia. No obstante, la mayor colonia de la provincia se localiza en el único macizo calizo de entidad de toda Sierra Morena, en las hoces que forma el río Guadalén (Los Canjorros), con unas 35 parejas.
Pese a que Jaén es referente a nivel nacional, lo cierto es que la población de buitre leonado ha evolucionado negativamente desde el censo nacional de 2008, con una caída de un 11,32% en la última década. Mientras que en Sierra Morena la bajada en la última década ha sido del 20%; la del macizo de Cazorla ha sido del 7,14%. «Parte del descenso poblacional debe asumirse a partir del traslado de colonias más densas a otras de menor tamaño y posiblemente a otras localizaciones nuevas, formando pequeñas colonias o parejas aisladas, especialmente en las sierras béticas, donde hay mayor disponibilidad de lugares adecuados para nidificar», explican desde SEOBirdLife.
Por encima de las 30.000
Los resultados reflejan una situación un tanto fuera de lo normal frente a la de otras especies de buitres y frente al estado de las aves carroñeras en otros países. La población de buitre leonado en España actualmente se encuentra entre por encima de las 30.000 y por debajo de las 38.000 parejas. Si se mantuviera en la actualidad la proporción de población reproductora frente a la no reproductora calculada en anteriores ocasiones para obtener el número de individuos, el número de ejemplares de buitre leonado en España en la actualidad podría superar con creces las 95.000.
Esta población se distribuye por 2.544 colonias y 533 parejas que crían de forma aislada. Sirva de comparativa frente a esta población la de las otras 14 especies de buitres que habitan el 'Viejo Mundo', entre las que ocho se consideran ya 'críticamente amenazadas' a nivel mundial, tres 'en peligro' y el resto 'casi amenazadas'.
Principales amenazas
La principal causa de mortalidad de la especie actualmente son las colisiones, principalmente con aerogeneradores y con infraestructuras eléctricas, seguida de la desnutrición que sufren muchos ejemplares, especialmente ejemplares jóvenes que se encuentran en dispersión. Otra causa nada despreciable de mortalidad suponen los cebos envenenados en el medio natural y las electrocuciones en tendidos eléctricos.
No hay que olvidar que «España cuenta con el 90% de la población europea y cerca del 10% de la población mundial de buitre leonado y nuestro país tiene una gran responsabilidad en su conservación». «La cuatro especies de buitres que habitan aquí están gravemente amenazadas por el diclofenaco», asegura Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife. «Un fármaco de uso veterinario mortal para estas rapaces que lamentablemente está autorizado en España, con el consiguiente riesgo para los buitres que consumen carroñas de animales tratados con este potente químico. Un claro ejemplo de que la defensa de nuestro patrimonio natural está de capa caída. Es cierto que nunca ha sido una prioridad pero quizás esta preocupante desidia debería alarmarnos. Necesitamos biodiversidad para combatir los efectos del cambio climático», apunta Ruiz.
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