'Boda' confinada vía Zoom, una manera divertida de celebrar el amor

«Necesitábamos que se rieran. Ante esta situación, el humor es el salvavidas», explica Elena Arjona, gerente de Trebol Moda, una tienda especializada en trajes de fiesta y complementos de Alcalá la Real, y además una de las implicadas en esta original idea que nació en un grupo de whatsapp con más de 35 amigos. El título era una declaración de intenciones en sí mismo: 'vídeo sorpresa falsa boda'.

Cada uno grabó vídeos en su casa simulando escenas que se dan en cualquier enlace que se precie, desde la típica pareja a la que se le echa el tiempo encima hasta la espera en la puerta de la iglesia para tirar arroz a los novios. El vídeo ya montado se lo mandaron en un pen drive por correo postal, donde especificaban que no lo podían abrir hasta el 18 de abril.

«Estábamos deseando que llegara la hora para abrirlo», apunta Lucía López, quien reconoce que no se esperaban para nada la sorpresa que vendría a continuación. Y es que a las seis de la tarde, hora en la que tendrían que estar casándose de no ser por el coronavirus, los 35 amigos estaban esperándolos en una videollamada grupal vía Zoom.

Fue entonces cuando pudieron ver el tráiler de la boda que los amigos habían preparado. «Estábamos viendo en tiempo real sus caras y reacciones porque para nosotros esa era la gracia», señala Elena, «es lo que tiene un regalo, que si no ves la cara, da igual lo que regales».

Pero ahí no acabó la sorpresa. Los amigos les pidieron que apagaran la cámara unos minutos y cuando retomaron la videollamada, todos aparecieron vestidos de gala para celebrar la boda. Ellos con traje y ellas con vestido, maquilladas y sin zapatos de tacón, que alguna ventaja tenía que tener esta situación excepcional. Uno de los amigos se disfrazó de cura y los que fueron designados como padrinos leyeron textos contando anécdotas vividas junto a la pareja.

Uno de los momentos más divertidos llegó cuando el cura preguntó si alguien tenía a mano unos risketos para usarlos como anillos. «En pleno estado de alarma, con los poderes que me otorga el confinamiento os declaro unidos en matrimonio», sentenció el falso sacerdote, y de esta manera tan peculiar Lucía y Alberto se dieron el 'sí, quiero' delante de sus amigos. Hubo brindis, copa de espera e incluso baile.

«Fue una sorpresa muy bonita y emocionante que nos animó el día porque la verdad es que estábamos algo apagados acordándonos todo el rato de lo que podía haber sido la boda», comenta Lucía. Precisamente este era el objetivo que perseguían los amigos, regalarles una experiencia inolvidable para demostrarles una vez más que pase lo que pase, siempre estarán ahí.