Los precios de la gasolina y el gasóleo se disparan en el último año con cifras récord

Unos precios que superan con creces los datos del mismo periodo de hace una década, en 2012, cuando las cifras eran de 1,37 de media, año en la que el carburante también experimentó un importante crecimiento. Esta herramienta digital facilitada por el ministerio, que permite comparar los precios en tiempo real entre las gasolineras de la provincia, también ofrece una comparativa de precios medios históricos, aunque sólo de los cinco años anteriores. En ese balance, es el año 2022 el que tiene las mayores cifras, pasando por ejemplo de los 1,139 euros por litro de 2021 de media a 1,49 en gasolina 95 y de los 1,07 del gasóleo en 2021, a los 1,4 de media el pasado mes de enero.

Para comprobar el incremento, solo hay que calcular lo que costaba llenar el depósito hace un año y ahora. Si, por ejemplo, fue a repostar el pasado jueves 17 de febrero, llenar un depósito de 50 litros de gasolina 95 costó 78,8 euros. Sin embargo, hace un año le habría costado, ojo, 16 euros menos según los datos de este portal, pasando de 62 a 78 euros. Si se hace el mismo proceso, pero en este caso con gasóleo, la diferencia es de un euro más, alrededor de 17 euros con respecto a hace un año. Es por ello que si se visita cualquier surtidor, la indignación de los conductores es latente y se está convirtiendo en uno de los asuntos más comentados. Eso sí, hay importantes diferencias de precio entre unas y otras gasolineras de la provincia e incluso en la propia capital.

De hecho, en Jaén, en una gasolinera de la Avenida de Granada se paga hasta 1,674 euros el litro, mientras que en otra de la calle Castellar, el precio estaría en 1,475. Esta situación se traduce en que muchas familias reduzcan el uso del coche lo menos posible. También existen trucos, como no llevar mucho peso; conducir de forma tranquila sin frenazos, utilizar las marchas más largas;apagar el motor cuando una parada se va a alargar más de la cuenta; levantar el acelerador cuando se baja una pendiente, o saber que a 140 kilómetros hora se consume un 14% más que a 100.

En las estaciones de servicio, al contrario de lo que se pudiera pensar, esta coyuntura de precios altos no beneficia a los empresarios, sino todo lo contrario: se consume menos que cuando hay precios bajos y pierden un gran volumen. «La gente está consumiendo menos, sin duda», sentencia Álvaro Fontes, presidente de la Agrupación Andaluza de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles (Agavecar). «Todas las energías tienen una subida importante, con la inflación disparada, y estamos continuamente en los medios, y eso es malo para todo el mundo porque el consumo se retrae y a nuestro sector le perjudica», refiere el representante patronal.

Aunque no está cuantificado, asegura que la bajada de ventas en el arranque del año ha sido bastante notable. «El mes de diciembre no se notó tanto por las Navidades, pero en enero desde luego se ha notado una caída que todavía no hemos cuantificado pero que muchos de nuestros asociados acusan; la cuesta de enero de este año está siendo bastante empinada», asegura. No en vano a la cuesta habitual se ha sumado en esta ocasión precios históricamente altos, jamás vistos por estos lares, donde el coche sigue siendo una de las opciones preferentes a la hora de moverse.

Eso sí, avisa de que los niveles de precios disparados está frenando, según el empresario, la vuelta a la normalidad tras la pandemia en este sector. Ello repercute también en la generación de empleo, con plantillas que siguen muy ajustadas en estas empresas. Las causas de este encarecimiento se deben a circunstancias internacionales. Desde que empezó 2022, el precio del petróleo se ha encarecido alrededor de un 15%, hasta superar los 90 dólares por barril, y con una previsión negativa de que el crudo alcanzará los 100 dólares a corto plazo.

Entre las causas aparece tanto la escasez de oferta por parte de los países productores, agrupados en la OPEP+; como la amenaza de conflicto entre Rusia, que es uno de los principales exportadores a Europa, y Ucrania. «Nosotros nos sentimos que somos la parte pequeña del sector, los que ponemos el combustible a disposición del público, pero no intervenimos en la formación del precio», añade Fontes, y reconoce que reciben muchas quejas de los consumidores. «Al final, la cara del sector para el consumidor final somos nosotros, y poco podemos hacer más que aguantar el cabreo del consumidor», añade este gran conocedor del sector.