La guerra del agua en Jaén acecha de nuevo al olivar

«La gestión de la Confederación Hidrogáfica del Guadalquivir es un desastre», acusa Agustín Rodríguez, de la asociación de regantes de Andalucía Areda. Él está en el centro de la polémica. Durante años fue uno de los hombres claves del campo andaluz en Areda y sobre todo en UPA, organización que acabó expulsándolo en 2015. Era público que Rodríguez era muy cercano a los responsables socialistas de la Junta de Andalucía: participaba en las entregas de subvenciones a cooperativas, en actos oficiales se le concedía protagonismo más allá del que le correspondìa como representante de una pequeña organización agraria, participaba en eventos con regantes junto al consejero de turno ... De la noche a la mañana perdió su influencia en la administración andaluza y ante organismos oficiales, y dejó de figurar en las fotos con las autoridades. Actualmente Rodríguez, en nombre de Areda, recorre pueblos de Jaén advirtiendo a alcaldes y regantes de que unas 3.000 hectáreas se pueden quedar sin agua este año y para siempre y que «Confederación quiere cargarse el procedimiento, que es la vía en la que muchas comunidades confiaron en 2010 para regularizar sus riegos y tener concesiones definitivas». Está preparando movilizaciones con el argumento de que se quiere recortar en unas 3.000 hectáreas las zonas de riego extraordinario y que las normas de este año son más restrictivas.

Acusa además al organismo de cuenca de tener sin resolver en algunos casos desde hace veinticinco años solicitudes de concesión de riego de unas 60.000 hectáreas: 20.000 de comunidades que se abastecen de pozos del Acuífero Carbonatado de La Loma, otras 15.000 de los riegos extraordinarios, 8.500 más de comunidades de Las Villas cuya concesión fue otorgada por la efímera Agencia Andaluza del Agua y anulada por el TSJA tras invalidarse el traspaso de competencias del Guadalquivir a la Junta, otras 10.000 en torno a la presa de Siles y 15.000 vinculadas a proyectos más pequeños.

Desde los años 90 la superficie del olivar que se riega ha aumentado exponencialmente. Es la clave de la revolución del olivar en Jaén. De limitarse a las vegas se generalizó a buena parte de la provincia. Según los datos del inventario nacional, en 1998 había 156.000 hectáreas de regadío. Tres años después ya se estimaba que se superaban las 200.000. Actualmente se calcula que de las 586.173 hectáreas dedicadas al olivar en la provincia de Jaén, más de 280.000 tienen agua. Casi una quinta parte beben de concesiones provisionales en trámite para convertirse en definitivas. Y la cifra crece sin cesar. Según un informe de la Fundación Estrategias para el Desarrollo de la Provincia de Jaén, en 2014 el riego llegaba al 45,72 por ciento del total de cultivos, cuando ahora es ya del 50% o más. En 2010 la superficie de riego era de apenas un 32,67 por ciento. Solo con esta expansión se explica que Jaén produzca este año más aceite que Italia, Túnez y Grecia juntos.

Aunque los riegos extraordinarios para ese nuevo olivar comenzaron a aprobarse en los años 90, es en 2010 precisamente cuando se institucionaliza el sistema: mientras se tramitan las solicitudes de concesiones de esas nuevas comunidades, se fueron autorizando riegos extraordinarios con licencias provisionales eternas.

«Los riegos extraordinarios no conceden derechos, conceden agua. Nosotros, aquí y en toda la cuenca, queremos que todos los regantes tengan derechos», insistió Páez a los alcaldes el martes pasado. Con esta premisa, trabajan «en otorgar las concesiones pendientes para que esas expectativas se trasformen en derechos». Es decir, se intenta, «por un lado, que los regantes no se queden sin regar y «mientras riegan con esta autorización extraordinaria se viene trabajando en los expedientes». Páez indicó que estaba esta semana en Jaén para «también de desmontar algunas cuestiones que se han venido diciendo quizás por desinformación», en velada alusión a las acusaciones de Rodríguez.

Desde UPA-Jaén, Elio Sánchez explica que «lo que está pidiendo la Confederación es una foto fija de los regadíos actuales. Que no se metan más y más hectáreas. A día de hoy prácticamente todos los regantes que fueron incluidos en los riegos extraordinarios en 2010 tienen garantizada el agua. Hay quien trata de asustar y movilizar a la gente. Mientras que la Confederación no quiere engordar más las hectáreas hasta legalizar lo que hay en trámite, hay quien sigue prometiendo a los regantes que se pueden meter más hectáreas, y les plantea más gastos, obras ... Intentan generar malestar desinformando y creando un malestar que es caldo de cultivo para especuladores que quieren tramitar el agua cada año. La realidad es que quienes están en el sistema desde 2010 tienen el agua garantizada. Pero otros mantienen su estrategia es generar un problema donde no lo hay, para que luego parezca que lo han solucionado», plantea. La organización tiene noticias de que hasta 30.000 hectáreas de olivar pueden ver legalizados sus riegos entre este año y el que viene con concesiones definitivas.

Asaja-Jaén ha llegado a advertir en comunicados que estará «vigilante» ante la actuación de «conseguidores del agua» en la situación actual. Su gerente y portavoz, Luis Carlos Valero, ve un matiz electoralista en la visita del presidente de Confederación a Jaén esta semana. «El agua da votos», asegura. Asaja también ha planteado movilizaciones si no hay ni riego extraordinario adecuado ni soluciones para los miles de regantes afectados por expedientes que duermen el sueño de los justos desde hace años, y por la parálisis de la presa de Siles. «No hacen nada en años y ahora vienen cuando hay convocadas unas elecciones prometiendo que van a dar por fin concesiones, que no hay problemas con el riego extraordinario, que hay soluciones para la presa de Siles, que han arreglado lo de la balsa del Cadimo ... No es creíble, sino que hay que interpretarlo en clave electoral», apunta. Valero es muy crítico también con Confederación.

En esa lectura en clave electoral, Areda ofrece en su perfil de Facebook fotos de reuniones en las últimas semanas con alcaldes y cargos institucionales. Según Areda, una quincena de alcaldes, muchos de ellos del PSOE -y hasta un diputado provincial- han apoyado las posturas de la asociación de regantes, que van contra una institución que ahora está bajo el control del Gobierno socialista. Una cuña potente en plena época electoral en un tema tan sensible como el agua. Tan importante como para que el presidente de la Confederación convoque una reunión de alcaldes para «tranquilizar».

La vertiente política del asunto se evidencia con otro hecho: previa a esa reunión de alcaldes hubo otra de partido, «interna», del presidente de la Confederación con cargos provinciales del PSOE. Una reunión con reproches de Páez a concesiones y trámites de tiempos pasados, cuando la Agencia Andaluza del Agua gestionaba el Guadalquivir y Agustín Rodríguez salía en las fotos con delegados y consejeros. Cuando eran aliados en la guerra del agua de aquellos años.