Las más de cuatro mil piscinas de la capital se podrán llenar con normalidad este verano pese a la sequía

«Jaén ciudad tiene la fortuna, gracias también al trabajo de muchos años, de tener una gran variedad de recursos, tanto de aguas subterráneas como superficiales. Podemos abastecernos de varias maneras. Se trata de una gran potencialidad que nos permite ser más resilientes en situaciones de sequía», explica el concejal de Contratación, Control de Servicios Públicos y Proyectos Municipales, Francisco Lechuga.

La demanda anual de la capital, lo que consume, «es de 8 hectómetros cubicos (hm3), ocho mil millones de litros». ¿De dónde sale? «Aproximadamente un 20% de recursos supramunicipales, que gestiona la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), mediante un convenio con todos los ayuntamientos de esta zona y algunos de Córdoba, del sistema del Quiebrajano», señala Lechuga. Según la CHG actualmente el embalse se encuentra casi al 25% de su capacidad, con 8,3 hm3 de agua embalsada.

La ciudad también se nutre del acuífero de Grajales-La Pandera y de una gran variedad de captaciones propias, como las de Las Peñas de Castro, «que es muy importante», los manantiales de Mingo y La Merced, de Los Villares u otros sondeos y tomas de agua en Santa Catalina y en el Tomillo. «Contamos con datos que nos avalan de que no han bajado los niveles de estos, ni en anteriores sequías, de forma importante», explica el edil responsable.

Por ende, no se plantean restricciones en la ciudad «ni hay previsto hacer ningún bando de alcaldía que restrinja el uso», lo que «no quita con que seamos consecuentes con que el agua es un bien muy escaso, por lo que queremos transmitir a la ciudadanía que hagan un uso de las prácticas de ahorro».

En cuanto al llenado de las piscinas, sí que apelan a que aquellas que guardan todo el año el agua procedan a su depuración en lugar de a llenarse desde cero, así como acometer el riego de jardines y macetas en horas nocturnas y hacer un uso responsable de agua en la vida cotidiana, como no dejar el grifo corriendo mientras se lavan los dientes.

Para ellos existe una ordenanza municipal que recoge toda una serie de medidas. Además, para evitar problemas de desabastecimiento en determinados puntos de la ciudad, el llenado o completado de las piscinas no se puede realizar cualquier día, sino que debe atenerse a un calendario por zonas. «Si todos se llenan al mismo tiempo puede haber riesgo de que no haya agua para el consumo humano normal, ya que el sistema soporta el paso de determinados litros a la vez», aclara.

La ordenanza municipal incluye otros mecanismos de ahorro de agua, como los contadores individuales y la obligatoriedad de reutilizar el agua. En aquellas con una cantidad superior a los treinta metros cuadrados (30 m2), se deberá recoger el agua sobrante de la misma mediante una instalación que garantice su almacenamiento y posterior uso en las mejores condiciones higiénico-sanitarias sin tratamiento químico, exceptuando el consumo humano.

Desde el Ayuntamiento se están realizando, además, otra serie de actuaciones para ahorrar agua y eliminar las pérdidas del sistema. Así, desde el año pasado no se baldean las calles, «usamos el agua estrictamente necesaria para regar arbolado con cisternas y máquinas fregadoras para aceras y calzadas», subraya Lechuga. Además, se están haciendo obras y redoblando los esfuerzos contra las fugas de agua, ya que en torno al 30% del agua potable que entra en su red de abastecimiento se pierde, una cantidad similar a otras ciudades.

Y se está ultimando un proyecto en el que se trabaja desde el pasado verano para utilizar parte de las aguas residuales de la depuradora, tras un tratamiento terciario con una filtración más exhaustiva y una desinfección, en riego de jardines y tareas de uso urbano como fregar o baldear las calles o incluso los propios vehículos municipales. «Vertemos al río Guadalbullón entre 8,5 y 9 hm3, el agua que consumimos y un poquito más que se filtra. El objetivo es detraer un 2 o 3% de ese agua para poder utilizarla en usos urbanos. Hablamos de unos 200.000 metros cúbicos, un ahorro de agua muy importante», recalca el concejal.

¿Y el resto de la provincia? A expensas de mayo y las lluvias que pueda traer, serán los ayuntamientos los que decidan uno a uno si no hay una norma superior. El año pasado los pantanos estaban al inicio de junio, de media, al 29% de su capacidad y no hubo prohibiciones. Actualmente se encuentran a poco menos del 27%. Sí que existen ya recomendaciones de que no se llenen en varios de ellos, pero no es la normal. Solo en algún caso particular, como Arroyo del Ojanco, se prohibirá en las próximas semanas si continúa sin llover.

Además, según diversos estudios, aunque en tiempos de sequía todo ahorro es bienvenido, el consumo de agua para llenado de piscinas supone en torno al 3% del total del consumo frente al riego agrícola (que ya se ha limitado) y una parte muy pequeña frente a las pérdidas de la red por su antigüedad o deterioro.

Del mismo modo, las medidas de ahorro se repiten en otros municipios, como Úbeda, donde el Ayuntamiento lleva «trabajando en las piscinas desde el mes de marzo para recuperar el agua y no vaciar y volver a llenar como años anteriores. Además se ha hecho una obra para optimizar el consumo de agua durante el verano». En Andújar se están agilizando los trabajos para abrir como máximo a mediados de junio.

En cualquier caso, no parece que las medidas se vayan a tomar de forma generalizada hasta final de verano. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha advertido esta semana que si «finalizado el mes de septiembre no hemos tenido ninguna precipitación en el ámbito de nuestras responsabilidades, que son las cuencas mediterráneas, empezaríamos a tomar decisiones y, evidentemente, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, dependiente del Gobierno de España, pues también tendría que tomar sus decisiones», siendo esta de la que depende la provincia jienense.