«Si me dicen hace cinco años que iba a llegar aquí, no me lo hubiera creído»
El conocido artista de Martos, José Domínguez, vive unos años gratos, con la ilusión de que su obra despierte el interés en distintos puntos del planeta
ANTONIO ORDÓÑEZ
Viernes, 13 de mayo 2016, 01:46
El artista marteño José Domínguez ha cumplido un sueño madurado desde hace tiempo. Ayer abría las puertas, en el Museo Provincial de Jaén, su muestra ' ... Proceso evolutivo', una selección cercana a la treintena de obras en las que se aprecia el cambio de la pintura del pintor en los últimos años (especialmente en su última década). Junto a sus naturalezas que le hicieron conocido se aprecia el paso hacia esos paisajes urbanos que están llevando al creador a recorrer el mundo.
Tenía mucha ilusión por esta exposición, pero ahora que ya ve sus cuadros en la sala, ¿qué sensaciones le genera el colgar su obra en el principal museo de la provincia?
Es un sueño hecho realidad. Llevo luchando por esto tres o cuatro años. Se presentó la solicitud, me dijeron que había que esperar algún tiempo, y yo comenté que no tenía prisa. Y bueno, como le he comentado a Francisca Hornos, la directora del Museo Provincial, creo que esta es la exposición, de mi carrera artística que ya llevo unos cuantos años, que más me he trabajado.
¿En qué sentido?
Porque es una sala muy grande, que permite a su vez gran formato. La distribución de la sala con sus paneles, he jugado con vinilos. Pero la verdad es que la satisfacción de ver la obra montada, y que creo que va a gustar mucho, supone un orgullo para mí.
Amplio periodo
Un número importante de obras que cubren un periodo importante de su creación, ¿no?
En total son 28 obras, que abarcan diez años de mi proceso evolutivo. Empecé con las naturalezas, que todos los que han seguido mis exposiciones en Jaén las conocen, hasta llegar a mi última etapa, en la que llevo trabajando desde hace dos años y que se centra en las ciudades, con perspectivas, panorámicas. Esta parte es la que se está exponiendo en Pekín y también estoy cerrando para ir a Manhattan, etcétera.
A nivel plástico, desde un criterio estético, además de esa variación en la temática, ¿cómo se aprecia ese 'proceso evolutivo' que da título a esta exposición?
Los pintores sufrimos muchas evoluciones y cambios. Yo siempre he dicho que quien me conoce desde el principio aprecia mi concepto impresionista, el jugar mucho con los colores, la luz, la pincelada suelta. La explosión de color ha protagonizado mi obra, sobre todo en esa etapa más centrada en las naturalezas. Pero en los dos últimos años hay un cambio, donde con la misma técnica - pincel y espátula - me he metido de lleno en las ciudades, donde se aprecia más perspectiva, más dibujo, aspectos más lineales. Ha llamado mucho la atención precisamente eso, como esos trabajos de ciudades son muy lineales, donde detallo mucho las líneas. Creo que es un toque personal, bueno o malo, es mi sello personal.
Esta exposición sirve para mirar atrás y, en un mundo tan complejo como es el de las artes, ¿se aprecia que se ha andado un camino bien cimentado?
Yo siempre digo que esto es como una siembra que tú haces. Si siembras, recoges. Si a mi me dicen hace. Fíjate, digamos que hace cinco años, que yo iba a estar ahora mismo donde estoy, no me lo hubiera creído. Te estoy hablando de que voy a ir a Manhattan, que estoy en Pekín, que he expuesto en una de las grandes galerías de Madrid como es Zúccaro. Por eso, si me dicen hace cinco años que iba a estar en estas salas, no me lo hubiera creído. Ha sido mucho el sacrificio, apostar por esto, seguir sin pensar en tirar la toalla pensando en que un día llegaría el reconocimiento.
Amar lo que uno hace
En relación a eso, en una de las frases que se contemplan en la exposición dice que la única forma de trabajar es amando lo que uno hace. Supongo que como en el amor, en este tiempo, hubo momentos gratos y otro que serían menos gratos.
Por supuesto. Para la pintura hay que estar inspirado y, como todo, pues tienes tus días. Ahora esta última exposición tuve la mala suerte que me caí, que me rompí un brazo, y precisamente me ha pillado con obras de gran formato. No puedes imaginar lo que me ha costado terminar esos cuadros con una mano inmovilizada, . Pero bueno, las ganas todo lo pueden.
Está claro que José Domínguez vive un punto de inflexión, tanto en ese paso en la temática de la obra, como en el reconocimiento que cada vez llega de más lejos. ¿Hacía donde se dirige?
La prueba está en que en estos dos años me están llamando de las galerías precisamente con esta última etapa de mi obra: las ciudades. Aquellas en las que además hay más colorido. Ese tipo de obra, muy suelta, es la que me demandan y la que está viajando. Y por ahí es por donde pienso seguir.
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