Dominio sin premio y eliminatoria viva para el Pulpileño

El equipo de Paco Jurado salió con personalidad, con el empuje de quien sabe que juega en casa y que debe marcar el ritmo del encuentro. Se hizo con el balón desde el primer minuto y mostró una intención ofensiva que contrastaba con la actitud más conservadora del Santomera, que dejó claro desde el inicio que su prioridad era no encajar y mantener viva la eliminatoria para la vuelta.

Dominio local

Durante los primeros minutos, el dominio local fue absoluto. Con Gonzalo incisivo desde la izquierda, el cuadro rojinegro buscó constantemente el área rival. La primera gran ocasión llegó pronto, con un centro de Gonzalo que se cerró peligrosamente y estuvo a punto de sorprender al guardameta Toni. Fue un aviso de lo que vendría después. Un Pulpileño volcado, buscando espacios, intentando superar el entramado defensivo del conjunto murciano no permitió que hubiese ocasiones claras. El equipo tenía el balón, pero el Santomera, bien ordenado y con las líneas muy juntas, obligaba a los locales a circular con paciencia. En medio del esfuerzo colectivo, había jugadores con movilidad y desborde, tratando de romper el orden rival desde los costados. Pero faltaba precisión en los metros finales. El miedo a encajar era palpable en ambos equipos y eso se notó en un primer tiempo donde, aunque el Pulpileño fue mejor, ninguno quiso arriesgar.

En la segunda mitad, el guion se mantuvo, pero el Atlético Pulpileño dio un paso más. Salió decidido a buscar el gol y lo rozó nada más comenzar. En una acción a balón parado, Jordi César conectó un potente cabezazo que obligó a Momprevil a intervenir bajo palos. Fue la primera gran ocasión clara del partido y también un estímulo para los locales, que intensificaron su presión.

El Santomera apenas apareció en ataque, aunque tuvo una ocasión aislada tras una acción individual de Rubira, que ganó un duelo en la frontal y habilitó a Tiku. El delantero lo intentó con un zurdazo que atrapó Cristian Arco sin mayores complicaciones. Más allá de ese susto puntual, el partido fue un monólogo del conjunto dirigido por Paco Jurado en busca de un gol que se resistía.

En el tramo final del partido, el asedio fue constante. El equipo loca lo intentó por dentro, por fuera, a balón parado y en jugadas combinadas. Spinman, primero, Francis Moreno y Wilson después, obligaron a Toni a realizar una doble intervención espectacular para evitar el tanto, cuando se cumplía un poco más de una hora de juego. El meta del Santomera fue, sin duda, el gran salvador de su equipo. Poco después, en un nuevo centro desde la derecha, Ismael remató cruzado y volvió a exigir una parada providencial del portero visitante, que sostuvo a los suyos cuando más lo necesitaban.

Pese a la insistencia y al despliegue ofensivo del Atlético Pulpileño, el gol no llegó. El pitido final dejó una mezcla de sensaciones. Por un lado, la frustración lógica por no haber podido concretar el dominio en el marcador; por otro, la tranquilidad de haber demostrado solidez, ambición y superioridad frente a un rival que apenas inquietó a la meta rojinegra durante los noventa minutos.

La eliminatoria sigue abierta y será en Santomera donde se decida el futuro. El empate obliga al conjunto pulpileño a ganar, con argumentos de sobra para creer. Con la intensidad de esta ida, con el trabajo colectivo mostrado y afinando la puntería, pueden soñar legítimamente con avanzar en este camino hacia el ascenso.

Ahora, toca preparar la batalla decisiva. Porque si algo dejó claro este partido es que el Pulpileño no se conforma, que quiere más, y va a ir a por ello a campo santomerano.