Almería 2005: 'Veinte años no es nada si aún te eriza la piel'

La historia de aquellos Juegos no comienza en 2005, sino mucho antes, cuando una idea audaz surgió en la mente de José María Granados de Torres, desde las páginas de IDEAL, y Antonio Sáez Lozano, concejal del Ayuntamiento de Almería. Era 1989, y los Juegos Olímpicos de Barcelona'92 estaban en el horizonte. Se lanzó la propuesta de que Almería debía aspirar a ser sede de un evento que la colocara en el mapa deportivo internacional, que la provincia dejara de ser eco informativo por aspectos negativos y pasase a ser referente por su capacidad de hacer. Y lo hizo. Un macroevento que quizás no destacó en lo deportivo, pero sí por su capacidad de organización y de trabajo.

La propuesta fue recogida con entusiasmo por el Ayuntamiento en 1989 y comenzó un largo proceso que se concretó en 1999, cuando Almería recibió el encargo de romper con esa 'camisa de fuerza' que la situaba en una esquinita del mapa y aspirar a convertirse, durante diez días, en la reina del Mediterráneo, con luz propia.

El crecimiento

La candidatura creció con el apoyo decisivo de varios alcaldes que gobernaron en distintas etapas del proceso. Santiago Martínez Cabrejas, aún recordado con cariño tras su fallecimiento, fue el primer alcalde que hizo de esta causa un empeño personal. Le siguieron Luis Rogelio Rodríguez-Comendador y Juan Megino, quienes continuaron impulsando el proyecto hasta verlo convertirse en realidad. Desde el gobierno central, figuras como Juan Antonio Gómez Angulo, secretario de Estado para el Deporte, o más tarde Vicente Añó, como consejero delegado del comité organizador, también jugaron un papel fundamental en la materialización de este sueño.

La organización de los Juegos fue una hazaña logística y un revulsivo para Almería. Durante semanas, la ciudad y sus alrededores vibraron con la llegada de atletas, técnicos y medios de comunicación de toda la cuenca mediterránea: unos para competir, otros para dar fe de lo que se había montado. Se levantaron infraestructuras modernas y funcionales, desde el Estadio de los Juegos Mediterráneos hasta pabellones y centros de prensa, que aún hoy son herencia viva de aquella época dorada. Fue, sin duda, una oportunidad para que la ciudad mostrase al mundo que podía ir más allá de su tradicional imagen costera, que podía ser protagonista de una historia mayor: albergar a miles de deportistas en unos 'mini-Juegos Olímpicos'.

Almerienses y 'extranjeros'

Entre los protagonistas deportivos destacaron los almerienses que compitieron con orgullo y excelencia. Juanjo Salvador y Carlos Carreño —que se despediría de la selección tras los Juegos— se colgaron la amarga plata tras caer frente a Egipto, a quien habían derrotado en el partido inaugural. Miguel Ángel Florido logró el oro como seleccionador español en el concurso femenino, y Mariano Sarmiento surcó uno de los campos de regatas más espectaculares del Mediterráneo. Deportistas que llevaron la bandera de Almería y dejaron la huella de la tierra en las pistas y en el agua.

A nivel nacional, nombres como Rafa Martínez, Almudena Cid, Mayte Martínez, Kepa Blanco, Nico Almagro, José Luis Abajo 'Pirri' o Paquillo Fernández dieron brillo y prestigio a la delegación española, convirtiéndola en la que más medallas ha logrado nunca en unos Juegos Mediterráneos.

La promoción y difusión del evento corrió también a cargo de figuras como Laura Muñoz —la novia de Casablanca y la española más laureada en la historia de los Juegos—, que dio voz y visibilidad a la competición, al igual que Zinedine Zidane, Theresa Zabell o Sergio García. También almerienses como Gabriel Giménez Callejón, árbitro internacional que pitó la final olímpica en Barcelona y que en 2001 se retiró dirigiendo la final mediterránea en Túnez; Inma González, una precoz niña que puso el voley femenino en órbita desde Almería, jugó en Barcelona'92, recorrió mundo y se afincó en Menorca; Ismael Torres, presente en los Juegos de Túnez y portador de la bandera; Juan Martínez Oliver, que ganó etapas en el Tour de Francia y la Vuelta a España, incluida una contrarreloj en Santenay cuya gesta, ignorada por la televisión francesa, obligó a simular su entrada en meta para obtener imágenes; o la haltera Pepi Pérez Carmona, referente del deporte almeriense en los años 90. Todos ellos fueron portadores de la bandera con los tres aros que simbolizan a los continentes unidos por esta competición —Asia, África y Europa—, en color azul por estar bañados por el Mediterráneo y difuminados como su reflejo en el agua del mar.

Reconocimientos

Aprovechando este aniversario, la recién creada Asociación de Periodistas Deportivos de Almería ha organizado su primera gala, que se celebrará el próximo 13 de junio en el Auditorio Maestro Padilla a partir de las ocho de la tarde. Este evento no sólo premiará a los deportistas almerienses más destacados de 2024, sino que también rendirá homenaje a la realización de aquellos Juegos que situaron a Almería en el mapa hace 20 años, reconociendo el esfuerzo de quienes los hicieron posibles.

Otro de los premios de la noche será para el Circuito de Tabernas, que ha sido clave en la difusión internacional de Almería. Recibirá el Premio a la Proyección Internacional de la provincia. Este trazado, enclavado en el corazón del desierto almeriense, ha visto rodar a leyendas del motociclismo como Marc y Álex Márquez, Valentino Rossi, los hermanos Espargaró, Álex Rins o Tito Rabat, quien incluso vivió en las propias instalaciones cuando ganó el campeonato del mundo. También ha sido escenario de actividades de automovilismo con la participación del heptacampeón de Fórmula 1, Lewis Hamilton. El Circuito de Tabernas es símbolo de la capacidad de la provincia para atraer grandes eventos deportivos y situarse en el mapa mundial del motor. Una idea de dos soñadores: José Antonio García, que demostró tener gasolina en las venas como piloto de rally, y su hijo David García, que asumió el mismo riesgo sobre dos ruedas, hasta proclamarse campeón de Europa.

Pioneros

Además de este merecido homenaje a Almería 2005, la gala incluirá los premios oficiales que entrega por primera vez la Asociación de Periodistas Deportivos de Almería para reconocer los logros del pasado año. Entre los galardonados figura Antonio Biosca, jugador del Real Betis y único almeriense que ha disputado un Mundial de fútbol, el de Argentina 1978. Este premio supone un justo reconocimiento a una figura emblemática del deporte almeriense que durante mucho tiempo permaneció en la sombra y al que Almería le debía este homenaje. Habrá reconocimiento a Paloma del Río, periodista de RTVE ya retirada, que es, sin duda alguna, la voz de los Juegos, Olímpicos –cubrió 14 entre los de verano y los de invierno– y 4 Mediterráneos, entre otros.

La gala será retransmitida por Interalmería TV y Canal Sur y cuenta con el respaldo imprescindible del Ayuntamiento de Almería, la Diputación Provincial, la Junta de Andalucía y los ayuntamientos de Roquetas de Mar, Vícar, El Ejido o Cuevas del Almanzora, ciudades que fueron subsedes en los Juegos y que continúan apostando por el deporte y la cultura deportiva en la provincia.

Este evento es mucho más que una entrega de premios. Es un acto de memoria, de reconocimiento y de compromiso con el deporte y con Almería. Es una manera de renovar el orgullo por lo que se logró hace dos décadas y de celebrar el presente y el futuro. Porque el deporte es historia y es narración, y Almería tiene una historia que merece ser contada una y otra vez, para no olvidar de dónde viene y hacia dónde quiere ir.