Viñetas de gamberra nostalgia dibujadas en el confinamiento
Aguilar Sutil publica la tercera aventura del Dr. Litus, a la que se suma un personaje femenino, en las historietas listas para ser vendidas en el kiosco
'Dr. Litus y la Ira del Sultán' es la tercera historia de un aventurero con aires 'lovecraftianos' y un toque muy nacional. José Santiago ... Aguilar Sutil, conocido como Aguilar Sutil «a secas», aprovechó los meses de confinamiento domiciliario para dar filo a los lápices y rótulos de entintado digital y, así, sacar la tercera entrega del Dr. Litus con la editorial Chocoplanet.
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Se trata de una edición que movieron por redes sociales e internet, ya que los canales de distribución tradicionales están «muy parados» a causa de la pandemia. Precisamente, la que animó al autor a crear la tercera historia del doctor y su fiel ayudante con escafandra, se suma Lena Albatros, una mujer aventurera que «salva del entuerto a los dos mequetrefes». Con un estilo de dibujo de la Escuela Bruguera ('Mortadelo y Filemón', 'Zipi y Zape') que hace viajar en el tiempo a cuando la paga del fin de semana desaparecía en chuches y en las 'grapas' que vendían en los kioscos. Una tradición que, según Aguilar Sutil, se debería recuperar. «Son los orígenes del descubrimiento de los cómics, recuerdo cómo esperaba las novedades y me lo pasaba pipa con las historietas». Las mismas que él también crea y busca atraer a un amplio público.
«Hay una franja de edad que está un poco olvidada a la hora de vender cómics, como son los niños de entre 7 y 12 años, ese punto entre la niñez y la adolescencia», explica el dibujante, y habla de cómo es en ese punto en el que la afición por las viñetas creció en los amantes de Ibáñez, por ejemplo. Una entrañable nostalgia que trata de compartir también en su obra.
Y es que 'El Dr. Litus y la Ira del Sultán' es una parodia de Nikola Tesla investigando casos paranormales a comienzos del siglo XX. Mezcla de ciencia, fantasía y mucho humor, el protagonista se adentra en sótanos oscuros, templos malditos e iglesias abandonadas, al más puro estilo de H. P. Lovecraft. Con una narración accesible, lleno de guiños para lectores más adultos, pues dibuja «para todos» y, además «nos tira mucho la nostalgia».
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Guiños al lector
«Procuro no meterme en temas politicos ni religiosos, me gusta hacer algo atemporal y que pueda también disfrutar un adulto como un niño», explica el dibujante Aguilar Sutil. Así, destaca también la importancia de ese «toque especial» o «guiño» al lector más maduro. Por ejemplo, confiesa que todos los nombres extraños que aparecen en sus historietas son comidas típicas en el idioma original.
En este último, todos son platos de comida turca, mientras que en otros cómics nombró a los personajes como pasteles alemanes. «Uso varios niveles de lectura, para que el lector no se quede solo en la superficie», señala.
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