Lucía Marín ha dirigido en países como España, Italia, Portugal, Austria, Rumanía, China y Estados Unidos. Fiorella Licandro

«La música para mí es la vida, pero ante todo es un acto de rebeldía»

Lucía Marín. Directora de orquesta ·

La aclamada directora linarense asiste este martes, 22 de noviembre, al Conservatorio de Andújar donde se inaugura una sala con su nombre

ASCENSIÓN CUBILLO

Jaén

Lunes, 21 de noviembre 2022, 11:30

Lucía Marín nunca pensó que iba a tener la oportunidad de dirigir a las mejores orquestas de este país, entre ellas la Nacional de España, ... la Sinfónica de Galicia o la de RTVE, aunque con apenas 12 años ya compraba las partituras orquestales que había en la tienda de música de Linares. Le resultaba enriquecedor pasar de los dos pentagramas del piano a tener de repente 15.

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Aquellas sinfonías de Mahler que «a duras penas» podía seguir le atraían. «Descubrir los tesoros que hay detrás de las notas en una partitura orquestal y esa emoción que surge de ir todos a una ha sido para mí un descubrimiento, y el motor de mi vida», reconoce.

Empezó a estudiar en el Conservatorio Profesional de Música 'Andrés Segovia' de su Linares natal y de ahí pasaría a Sevilla, donde hizo piano. Cursó la carrera de dirección en el Centro Superior de Música del País Vasco, Musikene, mientras que en Estados Unidos hizo el máster y el doctorado en dirección.

Una formación integral en lo humanístico, lo musical y lo vital que le ha llevado por auditorios de medio mundo. siendo en algunos de ellos la primera directora española y, en todos, la primera andaluza. Ahí es cuando aflora el «orgullo patrio» y se siente más de Jaén y de Andalucía que nunca.

–¿Qué significa para usted el reconocimiento por parte del Conservatorio de Andújar?

–Para mí es un gran orgullo y una gran alegría estar presente en el Conservatorio Elemental 'Juan de Castro'. Quiero darle las gracias a su director, Ray Jiménez, y a todo el claustro por haber pensado en mí. Es muy emocionante también porque me hace echar la vista atrás y darme cuenta de que no he llegado sola hasta aquí; si lo he hecho es porque ha habido gente que me quiere y que me apoya. He tenido la enorme suerte de tener unos profesores maravillosos que me han llevado en volandas hasta estar donde estoy hoy en día.

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Día a día

«Trabajo con pasión, rigor y generosidad para tener experiencias musicales y vitales que me hagan crecer»

–Se ha formado en España y Estados Unidos. ¿Hay diferencias en los sistemas de enseñanza?

–Sí. En España tenemos la enorme suerte de contar con una red de conservatorios elementales, profesionales y superiores que no existe en la mayoría de los países del mundo. Es muy positivo tener esta red de enseñanza con profesores excepcionales. Luego tenemos la posibilidad de finalizar o rematar nuestros estudios en el extranjero, pero sin esa base tan sólida, como en mi caso, no hubiéramos llegado a donde estamos hoy en día.

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–¿Qué ha aportado Linares a su formación musical?

–Todo. Y no solamente Linares; yo me considero hija del olivo, hija de la tierra de Jaén, donde la tierra seca da oro líquido. Es para mí un gran orgullo tener la fuerza, la energía y el talento de sus mineros, de sus tarantas y de ser de la tierra de Carmen Linares, Andrés Segovia y Raphael.

–¿En qué proyectos anda inmersa en la actualidad?

–Los directores pasamos mucho tiempo estudiando hasta que llegan nuestros conciertos. Tendré la oportunidad de dirigir la Orquesta de Córdoba en los conciertos de Año Nuevo que se celebrarán el 1 y el 2 de enero. Estamos en conversaciones para ver si hay oportunidad de hacer también algún concierto en la provincia de Jaén.

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Posteriormente tengo una producción del Teatro de la Zarzuela para febrero y marzo, y en mayo-junio estaré en el Teatro Principal de Palma haciendo la producción de ópera de La Traviata. Estoy muy contenta de tener estas grandes oportunidades con estas importantísimas instituciones de este país.

–Dice que las directoras tienen que lograr ahora ser titulares de las orquestas. ¿Qué situación hay en España?

–La guerra se gana a base de ganar pequeñas batallas. En nuestro país hay 30 orquestas profesionales, en las cuales solamente dos mujeres, una directora polaca y otra española, son titulares de las mismas. Así que queda mucho camino por recorrer y el próximo paso para nosotras las directoras es justamente asentarnos, no solo como directoras invitadas sino como titulares.

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Está habiendo un tsunami de cambios en los últimos años, y la dirección de orquesta sigue siendo un reflejo del mundo de la cultura y también de la sociedad de nuestro país. Los puestos como directores titulares conllevan una enorme responsabilidad, digamos como de altos ejecutivos de empresa, y es importante que estemos preparadas para cuando llegue el momento.

Hacia la igualdad

«El próximo paso para nosotras es asentarnos, no solo como directoras invitadas sino como titulares»

–¿Cuál es el camino hasta llegar a dirigir una orquesta?

–La dirección de orquesta es una especialidad de grado superior de música. El camino a seguir debe ser sólido como músico, pero no solo eso. Un director de orquesta tiene que ser un humanista, un conocedor de la cultura en general. Debe ser un gran músico y haber tenido mucha experiencia tocando como solista pero también en música de cámara, y, por supuesto, tener experiencias con distintos colectivos a lo largo de su juventud. Debe ser un proceso natural. Una vez formado como músico sólido es el momento de decidir y de ver si tiene vocación de pasar a hacer música liberándose de su instrumento cambiándolo por el instrumento orquesta, donde tienes en tus manos un colectivo musical de altísimo nivel y gran preparación al que has de dar unas instrucciones para hacer música.

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–¿Hay cantera en España?

–Sí la hay y debe de seguir habiéndola en todos los niveles. La dirección de orquesta necesita estar presente en todos los estratos: en niveles profesionales, amateur y semiprofesionales. Para mí es igual de loable dirigir la Orquesta Nacional de España que dirigir la banda de un pueblo de Jaén de 3.000 habitantes. Las sensibilidades son las mismas y el público al que ofrecemos la música tiene el mismo valor; por tanto, debemos de llenar nuestros pueblos y ciudades de Jaén de música para hacer más feliz a la sociedad.

A mí la música me cambió, me ha hecho ser quien soy y soy una convencida de que la música puede cambiar el mundo. Cuanta más música haya en nuestras calles, en nuestros centros educativos y en nuestros conservatorios, muchísimo mejor.

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–Ha dirigido repertorio sinfónico, operístico y de musicales. ¿En cuál se siente más cómoda?

–Estoy muy cómoda en todos los géneros que he tenido la oportunidad de dirigir. Gracias a la música tenemos un abanico muy grande de estilos y yo me considero una directora versátil capaz de afrontarlos todos. El sinfónico y el operístico, junto con el ballet, son en los que me siento más cómoda, pero durante mi época en Estados Unidos dirigí musicales, que muchos de ellos están cercanos a la opereta, y fueron una enorme experiencia de crecimiento personal y musical.

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