«Para hacer asequible la vivienda hay que quitarle su fuerte carga impositiva»
Eugenio Aguinaga Churruca, arquitecto ·
El profesional en arquitectura asegura que esta medida supondría «una rebaja del precio del inmueble en torno a un 20% de inmediato»Javier Pereda pereda
Jaén
Domingo, 24 de agosto 2025, 17:34
Eugenio Aguinaga Churruca, arquitecto residente en la capital de España, donde estudió la carrera de Arquitectura en Politécnica de Madrid, con maestros como Javier Carvajal, ... hijo de arquitecto bilbaíno, con más de 50 años de experiencia profesional, con una importante obra construida en Bilbao y Madrid, con numerosos premios concedidos por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y del Colegio Oficial vasco-navarro, como el nuevo ensanche de Bilbao entre el museo Gugengein y el Palacio de Congresos; dos obras en el Docomomo (organismo de la UNESCO para la conservación del patrimonio del movimiento moderno).
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Arquitecto que ha trabajado por libre, con clientes muy diversos e importantes y sin compromisos políticos, como la sede del parque científico de Madrid en la Universidad Autónoma de Madrid. Tiene más de 40 obras construidas de cierta importancia. Han colaborado arquitectos renombrados como Carlos Sobrini, Cesar Pelli en Yale (EE. UU ) o Ricardo Legorreta en México. Se adscribe al movimiento moderno siguiendo las huellas de Carvajal y Julio Cano Rasso, sin rehusar en trabajar sobre elementos clásicos de los que se considera heredero y que sigue presente en sus diseños.
Este experimentado arquitecto recomienda a cualquier extranjero que visite España que no deje de desplazarse a Jaén a conocer la Catedral de la Asunción en la capital.
–¿Qué obra le hubiera gustado hacer y no ha podido realizar hasta ahora?
–Una iglesia.
–¿Por qué?
–No he trabajado en lo que he querido si no en lo que han querido mis clientes.
–¿Cuáles admira más?
–San Pedro Vaticano y la Basílica de San Miguel en Madrid, de Bonadia.
–¿Qué opinión le merece la construcción del Bernabéu?
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–Es una obra que ha recibido una atención e importancia excesiva. Esencialmente, es una estructura abierta de lamas metálicas que ignora el entorno, está fuera de escala y entra en conflicto con el resto de la población. No es posible la utilización de multiusos. De hacerlo como se pretende, sin el aislamiento necesario, será inviable para el entorno ciudadano.
–¿Qué medidas adoptaría para abaratar el precio de la vivienda en España y que pueda ser accesible a la gente joven?
–En primer lugar, hay que decir que la gente joven nunca ha podido comprar una vivienda a no ser que se la comprasen sus padres. En cualquier caso, para hacer más asequible la vivienda, no se puede recurrir a bajar su calidad o a pagar peor a los que interviene en la construcción de las mismas. Lo primero de todo sería quitarle la fuerte carga impositiva que se incluye en el coste de la vivienda. Eso supondría una rebaja del precio de la vivienda en torno a un 20% de inmediato. No se puede pretender financiar las administraciones locales con el coste de las obras. Hoy en día el que compra una vivienda está manteniendo a los funcionarios municipales. También habría que suprimir los tremebundos gastos financieros por la tardanza de esos organismos en otorgar los permisos. No es aceptable que para hacer un chalet de 400 m2, que cumple con todo tipo de legalidades, el ayuntamiento de turno tarde más de un año en conceder la licencia. Esto supone unas cargas financieras que hacen inviable abordar las obras sin unos costes importantes que a su vez repercuten sobre la vivienda. También es urgente derogar la legislación sobre la vivienda permitiendo el fenómeno de los okupas y no crear suelo urbanizable para atender las necesidades que existen. Con una población menor, hace 50 años, se hacían 300.000 viviendas de Protección Oficial al año y ahora no se llega ni a un 20% de esa cifra. Todo esto es muy importante, porque los españoles no han podido trabajar y ahorrar dinero viviendo de alquiler. Si para los propietarios no es atractivo alquilar las viviendas, hay menos vivienda disponible en el mercado, por lo que aumentan los costes de los arrendatarios. La solución no pasa por fijar los precios ni socializar el suelo, porque estas fórmulas ya han fracasado a lo largo de la historia.
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–¿Qué otros problemas candentes existen hoy para la arquitectura española?
-En primer lugar, en España hay un exceso de arquitectos, que han sido reducidos a los antiguos delineantes, que han desaparecido. Han aparecido cantidades ingentes de escuelas de arquitectura públicas y privadas con un nivel de exigencia mínimo y unos programas mal planteados, con unos profesores con dedicación completa que no ejercen la profesión, lo que dificulta la enseñanza. El arquitecto que sale de las escuelas en su gran mayoría no sabe de construcción ni cálculo de estructuras ni de cálculo de instalaciones. Todo lo anterior produce un fracaso de las expectativas de los alumnos que se sienten frustrados al no encontrar las expectativas previstas. Soy partidario como los abogados ingleses o los arquitectos norteamericanos de que antes de que un estudiante se colegie como arquitecto se someta a un examen de ese colegio, para comprobar si reúne las condiciones necesarias para edificar para la sociedad unos edificios que sean positivos para la cultura del país. La dana de Paiporta mostró la pésima calidad de la construcción de los edificios afectados, lo que llevó a que hubiera más víctimas por unas importantes lluvias en Valencia que por un seísmo de 8,8 de la escala de Richter en Japón. Por último, el fenómeno de degradación de la arquitectura es un elemento más, como el apagón o las averías del AVE de un país que no funciona.
–¿Qué opina de la corrupción que se ha destapado con respecto a las mordidas en el sector de la construcción?
–Corrupción en la construcción y en los Ayuntamientos la ha habido siempre; antes y en democracia. He visto extorsionar a clientes míos por parte de casi todos los partidos. No lo he denunciado por la dificultad de probarlo y porque al no colaborar los políticos para erradicar el asunto denunciar esos hechos sería un suicidio profesional. No obstante, quiero ser optimista y pensar que se puede volver a los niveles de decencia que hubo en la postguerra española.
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–¿Qué opinión le merece el Patrimonio Histórico Nacional que tiene nuestro país?
–España tiene un patrimonio histórico tan importante que además de ser la envidia de los otros países europeos, resulta muy difícil de mantener por el importante coste que supone. En esa línea puedo destacar una ciudad como Madrid, con el museo del Prado, el Palacio de Oriente y el Banco de España de Yarnoz, el teatro de la Ópera, el Palacio de Liria, San Francisco el Grande o la Biblioteca Nacional sobresale entre las capitales europeas. La Alhambra de Granada, que según una encuesta de The Tablet está considerada como la quinta mejor obra de la historia de la arquitectura, o la catedral de Sevilla, la Giralda, y el Barrio de Santa Cruz. Por supuesto en Barcelona hay que hablar de la Iglesia de la Virgen del Mar y la Sagrada Familia de Gaudí, que lamentablemente su autor no pudo terminar en vida, y no es fácil de concluir ya que trabajaba mucho a pie de obra y no dejó unos planos detallados de lo que quedaba por hacer; Todos ejeplos de la riqueza de España
–¿Ha visitado la ciudad de Jaén? ¿Qué le parece la capital desde el punto de vista arquitectónico?
–Jaén es una ciudad encantadora, menos conocida de lo que se debiera, que tiene una catedral espectacular y sumamente original en el contexto de las de las demás catedrales españolas. Es una visita que recomendaría a cualquier extranjero que viniera a España.
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