Roquetas de Mar se pone el traje de luces para una feria de postín

El cartel no deja lugar a dudas. Roquetas vuelve a ser plaza grande cuando se viste de luces. La programación se ha estructurado para atraer a todos los públicos, desde los más veteranos hasta los nuevos aficionados que descubren en cada pase la complejidad y la belleza del rito taurino. Cada tarde está pensada como una propuesta diferente, pero con un hilo común, la autenticidad.

El ciclo arrancará hoy viernes 18 de julio, a partir de las nueve de la noche, con una novillada en clase práctica en la que intervendrán jóvenes alumnos de distintas escuelas taurinas. Frente a seis erales de La Palmosilla, hierro que ha destacado en las últimas temporadas por su juego encastado y su nobleza, los aspirantes tendrán la oportunidad de mostrar su aprendizaje, su valor y su expresión artística. Esta cita no es solo un acto simbólico, es una declaración de principios. La cantera importa. La base necesita escenarios reales para crecer, para medirse, para aprender a respirar el miedo y transformarlo en pasión. Roquetas ofrece su plaza como trampolín y con ello ratifica su compromiso con la tauromaquia del mañana.

Triunfadores

El sábado 19, a las siete y media de la tarde, llegará uno de los momentos estelares del ciclo, la corrida mixta. Abrirá cartel el rejoneador Diego Ventura, un auténtico coloso del toreo a caballo, considerado por muchos como el mejor de la historia reciente. Su temporada está siendo apoteósica. Con faenas memorables en Las Ventas, Jerez, Nimes o Badajoz, Ventura ha demostrado que el rejoneo, en sus manos, alcanza cotas de arte y riesgo que estremecen. Lidiará dos toros de San Pelayo, ganadería de la que es habitual triunfador. La conjunción entre doma, temple y precisión convierte cada una de sus actuaciones en un espectáculo cargado de emoción.

En el toreo a pie estarán dos nombres fundamentales del panorama actual como Alejandro Talavante y Emilio de Justo, ambos con trayectorias que los consolidan en la cúspide del escalafón. Se enfrentarán a toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés, sinónimo de bravura, exigencia y emoción, habituales en los carteles de relumbrón. Talavante atraviesa un momento artístico especialmente maduro. Su temporada está plagada de faenas de gran profundidad y sentimiento, como las que firmó en Salamanca, Alicante y Madrid, donde su capacidad para templar y su hondura conectaron con los públicos más exigentes. De Justo, por su parte, llega con la moral por las nubes. Su paso por Cáceres, Pamplona o Aguascalientes lo ha vuelto a situar entre los toreros más sólidos y entregados del escalafón. Su concepto, basado en la pureza, el valor y la autenticidad, tiene muchos seguidores.

Brillantes

El domingo 20 de julio, también a las siete y media de la tarde, cerrará el ciclo una corrida de toros con acento sevillano y un cartel de los que no dejan indiferente. Se lidiarán seis toros de Jandilla, ganadería triunfadora en la reciente Feria de San Isidro, cuyas reses se caracterizan por su clase, su movilidad y su capacidad de embestida. En el cartel figura, en primer lugar, Morante de la Puebla, un torero único, genio inclasificable, que este año ha recuperado su mejor versión con tardes memorables en Sevilla, Salamanca, Madrid o Pamplona. Su regreso a Roquetas despierta una expectación lógica: nunca se sabe por dónde aparecerá el duende, pero cuando llega, él suele ser su vehículo.

Le acompañará Juan Ortega, paradigma del toreo clásico, de los embroques despaciosos, del temple que emociona. En este 2025 está dejando una huella profunda con su concepto estético y su personalidad. Sus actuaciones en La Magdalena, Córdoba o Valladolid han sido objeto de análisis y admiración, y su nombre se repite entre quienes valoran el toreo de pureza. Completa la terna Borja Jiménez, una de las revelaciones más contundentes de la temporada. Con la Puerta Grande de Las Ventas en su haber y dos orejas en Sevilla, el sevillano ha sabido conjugar técnica, valor y ambición para ganarse un puesto entre los elegidos. Su presencia en Roquetas es otro signo del nivel que alcanza este ciclo.

Tres tardes, tres propuestas distintas pero complementarias. Roquetas de Mar vuelve a demostrar que cuando se programa con criterio, cuando se piensa en el aficionado y se cuidan los detalles, el toreo sigue siendo capaz de emocionar, de convocar, de ser parte de la memoria colectiva. La Feria en honor a Santa Ana se convierte así no solo en una cita festiva, sino en un espacio para el reencuentro con una de las manifestaciones culturales más profundas de nuestro tiempo. Una vez más, el toreo se cita con Roquetas. Y la afición, como siempre, responde.