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Entrevista con Jaime Riba, escritor y actor

«Doña Urraca es una representación de Almería, ha tenido que luchar mucho»

Presenta este martes en el Aula de Cultura de IDEAL su obra 'Urraca, Urraquita, Urraquitita', una novela con aires de realismo mágico

Miguel Cárceles

Almería

Sábado, 7 de junio 2025

Jaime Riba Arango es 'patano' de la cabeza a los pies. Nació en Vera en 1992. Fue allí donde creció y maduró su aptitudes artísticas y culturales hasta que decidió liarse la manta a la cabeza y dejar su tierra para perseguir el sueño de la interpretación. Con veintidós años se trasladó a Madrid e ingresó en la Real Escuela Superior de Arte Dramático. Desde entonces, su personalidad poliédrica y su capacidad para afrontar retos distintos le han llevado del teatro a la literatura pasando por los platós de 'La que se avecina' de Mediaset. El de 'Urraca, Urraquita, Urraquitita' es su primer contacto con el mundo de la literatura. Y un experimento de creación y de conexión con el realismo mágico. Un contacto surgido a borbotones, como una fuente en un desierto, y que le está causando muchas más alegrías que sinsabores. Presentará el libro este martes, 10 de junio, en el Aula de Cultura de IDEAL, que se celebrará a las 19 horas en el Centro Cultural de la Fundación Unicaja, que también patrocina el evento.

–¿Cómo le arrolla la literatura a Jaime Riba, el actor?

–Realmente a un actor le tiene que arrollar la literatura en algún momento. Porque al final el teatro es literatura viva. El trabajo del actor de teatro, además, y yo me considero personalmente actor de teatro le lleva de forma natural a la curiosidad por la palabra innata, por la forma, el significado, la etimología, la forma de contar historias. Hace un año o año y medio, me empezó a picar la curiosidad. Y, a través de ello, también he descubierto muchísimos autores. Porque se me abrió un mundo más allá de nuevas formas de narrativa.

–Como cuáles, póngame algunos ejemplos.

–Pues mira, me han pasado por delante autores que han estado siempre en primera plana antes de que yo nacera. Pues como puede ser, por ejemplo, Gabo, García Márquez. O Vargas Llosa, que falleció hace recientemente. Incluso con algunos de ellos yo tenía diferencias a la hora de acercarme a sus obras porque no me interesaba mucho su opinión política o su forma de pensar o de comportarse. Pero he encontrado en su literatura, por ejemplo, en el caso de Vargas Llosa, que es una persona completamente militar, completamente crítica con la sociedad. Pero yo soy muy joven y crecí viendo a Vargas Llosa en la tele. Ahora para mí eran novelas que acababan de salir, por así decirlo. También a Silvia Pla, a Isabel Allende...

–¿En qué momento uno decide ponerse a escribir? ¿De dónde le surge esa inquietud?

–Pues es una pregunta muy compleja de responder. Creo que es algo que se va como forjando. Hay gente que desde pequeño ya escribía, contaba historias, o les gustaba hacer sus propios cuentos. En mi caso no fue nunca así, pero es verdad que de repente hay una parte de mí que al salir de 'La que se avecina', al haber estado dos años tan expuesto, que tenía una necesidad más íntima. No sé cómo, de repente llego a la conclusión de que quiero escribir Urraca, Urraquita, Urraquitita. Sí recuerdo el momento en el que de repente ideé la premisa. ¿Qué ocurre si una señora decidiera quedarse debajo de un naranjo y no volver a moverse nunca más? Y a partir de ahí ya fue como una cascada que se rompe, que no podía parar, estaba todo el rato obsesionado con esa mujer. Fue tomando forma, fue componiéndose, empezaban a aparecer los personajes, y en un momento dije: «Pero bueno, ¿por qué me voy a negar a mí mismo?». Entonces cogí, me planté delante de una libreta, apunté todo lo que me surgía de la cabeza y me puse a escribir.

–¿Cómo es un día a día en su proceso creativo?

–Yo me he mentido toda mi vida pensando que soy una persona completamente estructurada. Cuando yo he trabajado los personajes interpretativos, siempre recurría a técnicas de papel y de mesa. Pero ahora siento que me he mentido toda mi vida y que no soy nada estructurado. He sido, como dicen, una brújula. O quizá ni siquiera he sido eso, he sido una veleta. He estado todo el rato a expensas, literal, de por dónde venía el viento. He sido muy estructurado en lo disciplinar. Yo me levantaba a las 7 de la mañana, tomaba café en mi casa y me ponía a escribir, y así hasta prácticamente a la hora de comer, y la tarde ya veía, pero prácticamente igual. Pero me he dejado descubrir. Y hay otras dos cosas que para mí han sido muy importantes en mi proceso creativo. La primera, intentar no mirar hacia atrás en la historia. Si había algo que yo creía que deformaba mucho todo lo anterior, lo apuntaba en una libreta y ya cuando veía que la bola era muy grande, a lo mejor me metía atrás para poder seguir escribiendo. Y lo segundo, más importante, era que yo quería todo el rato incluir pequeñas «palmadas» al espectador.

–¿Qué tiene Doña Urraca Alcolea de Riba?

–¿De mí? Mucha gente piensa que Doña Urraca Alcolea es como si fuese una representación de mi propia abuela, pero no. Doña Urraca, para mí, representa a todas las mujeres que me han rodeado de alguna manera. El otro día escuchaba a Isabel Allende decir que le preguntaban mucho de dónde sacaba las mujeres tan fuertes de sus historias. Y ella decía que estaba siempre rodeada de ellas. Y en mi caso me pasa un poco lo mismo, ya no solamente con las mujeres, sino también con lo rural. No encuentro debilidad en lo rural, no encuentro debilidad en lo viejo. Siempre he estado rodeado de abuelas, las veías cargando sacos para alimentar a los caballos, subirse a los árboles, salir a defender todos sus propios terrenos. Quizá Doña Urraca es más que una representación de mi abuela, una representación de mi tierra, de Almería, que he tenido que luchar mucho, y que he tenido que buscar la dignidad durante años, porque hemos sido, muchas veces nos miran como ahora, como un parque de atracciones.

–¿Y su Vera es Ventaquemada?

–Totalmente. Ventaquemada es un pueblo completamente inventado, pero no por eso menos real. Digamos que es como mi Macondo. O como Jándula para David Uclés. Son pueblos creados que no tienen nada de inverosímil.Son los pueblos en los que nosotros nos hemos criado. Y Ventaquemada tiene mucho de Vera, muchísimo. Es cualquier pueblo andaluz. Y así me lo estaba haciendo ver mis lectores. Evidentemente yo pensaba en una representación de Vera, pero no una Vera actual. Porque todos los pueblos de costa tienen una mirada mucho más internacional, más abierta. El mar se ha convertido en un objeto turístico maravilloso. Pero es que en el mar solamente tenía, hace bien poco, un sentido laboral, y muy peligroso. El significado de lo que es el mar ha cambiado completamente.

–¿Cómo es la conexión con Dos Bigotes? ¿Cómo entra en una editorial tan rompedora?

–En realidad me pongo en un contacto con ellos, porque ellos no sabían ni de mi existencia, ni de qué estaba escribiendo, pero en realidad ellos, digamos, que me salvaron. Se interesaron muchísimo cuando les mandé el mail con las primeras 8 páginas. Yo no tenía nada más escrito. No sé cómo me atreví, pero lo hice. Y les encantó. Decidieron arriesgar muchísimo, porque ellos, una editorial independiente, no se mueven por las grandes estrellas ni por las personas que tengan más o menos seguidores. Sacan una media de 10 o 12 novelas al año y arriesgar una novela sin ver algo mínimo, es para ellos perder una décima parte de su trabajo anual.

–Juan Goytisolo decía en los 60 que esta Almería inhóspita no tenía quien le escribiera. ¿Tiene ya narrador?

–Creo que sí. Y mucho antes que yo, por supuesto, lo mío es una primerísima novela que por suerte está haciendo un hueco en la industria editorial, cada vez más, pero creo que hay autores maravillosos. Por ejemplo, podría destacar a Paco Becerra. Almería se tiene que contar desde dentro. Somos los almerienses los que tenemos que contar Almería, porque Almería siempre va a ser mirada por los de fuera como algo exótico. En el siglo XIX, con toda la mirada del orientalismo, la propia España, hablaba de Almería como algo exótico a lo que mirar. Es una mirada condescendente. Y yo creo que ahí debe haber siempre apoyo de las instituciones para que esto ocurra, porque almería tiene mucho que ofrecer. Juan Goytisolo también decía que Almería no tiene Alhambra, no tiene Giralda, pero tiene una belleza innata en la tierra, tiene una tierra trágica. Es de los pocos autores que han escrito a Almería y que además la han tratado con tanto realismo y con tanto cariño a la vez. Quizá por eso sea una persona tan envidiada y criticada por algunos.

La cita

Lugar: Centro Cultural de la Fundación Unicaja de Cultura en Almería

Fecha: Martes, 10 de junio

Hora: 19 horas

Dirección: Paseo de Almería,69

Entrada libre hasta completar aforo

Patrocinado por: Fundación Unicaja

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